Polonia ya no teme a la UE
Un a?o despu¨¦s de la integraci¨®n no se han cumplido los pron¨®sticos catastrofistas sobre el ingreso en la Uni¨®n Europea
El no franc¨¦s y holand¨¦s ha dejado perplejos a los polacos al a?o de su adhesi¨®n, y a d¨ªa de hoy nadie apuesta, salvo el Gobierno del primer ministro, Marek Belka, por el refer¨¦ndum sobre la Constituci¨®n europea a cuatro meses escasos de las elecciones generales, previstas para septiembre. El no al Tratado se considera aqu¨ª como un rechazo a la ampliaci¨®n de los 10 pa¨ªses del Este, y llega en un momento en el que Polonia empieza a notar los efectos de la adhesi¨®n.
Los polacos han pasado del temor, antes del ingreso en la UE, a la sorpresa por lo bien que han ido las cosas en el a?o que llevan dentro, seg¨²n reconoce la profesora Lena Kolarska-Bobinska, del Instituto de Asuntos P¨²blicos de Varsovia. Se tem¨ªa la ruina de la peque?a empresa y del peque?o agricultor; hab¨ªa miedo a la competencia extranjera y a la conquista del pa¨ªs por el capital extranjero. No ha sido as¨ª. Los productos polacos se venden bien en la Uni¨®n, las exportaciones agr¨ªcolas se han disparado, y en general el apoyo popular a la integraci¨®n ha subido a un 70%. En ello han jugado un papel importante las ayudas directas a la agricultura, que han tenido la virtud de modificar el euroescepticismo que hab¨ªa en el campo, fomentado, por otro lado, por organizaciones radicales y antieuropeas como Autodefensa y Partido Agrario, a los que se les augura importantes p¨¦rdidas de votos porque su base electoral es la m¨¢s beneficiada por el man¨¢ de Bruselas.
Polonia recibir¨¢ 12.000 millones de euros entre 2004 y 2006 de los fondos regionales
El l¨ªder de Autodefensa, Andrzej Lepper, explicaba a este peri¨®dico que se opusieron a la adhesi¨®n porque consideraron que se deb¨ªa tratar de igual a igual con los dem¨¢s Estados miembros, y los negociadores polacos lo hicieron mal. "Nos hemos convertido en un mercado para vender los productos de los pa¨ªses ricos, y corremos el riesgo de que haya disturbios en hospitales, ferrocarriles, con los mineros y en la agricultura, y con ello ya no ser¨¢ posible hablar de tratados".
Las mejoras se notan en la industria, pero sobre todo en la agricultura, aunque de manera irregular. De los cuatro millones de explotaciones agr¨ªcolas, dos tercios tienen s¨®lo una hect¨¢rea, y el tama?o medio es de 6,59. Unos 15 millones de familias, el 40% de la poblaci¨®n, vive del sector. Esas ayudas van al agricultor y dependen de las hect¨¢reas de tierra que posea, lo cual quiere decir que "casi todos los agricultores se han beneficiado en un a?o de estancia en la UE", afirma Bronislaw Komorowski, diputado y uno de los dirigentes de Plataforma C¨ªvica, el partido que probablemente formar¨¢ coalici¨®n de Gobierno con el centrista Ley y Justicia, pues los sondeos auguran un retroceso de los actuales gobernantes debido a los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n que salpican, incluso, al presidente, Aleksander Kwasniewski.
Komorowski admite que del total de explotaciones agr¨ªcolas s¨®lo un 30% son las que pueden competir de forma eficaz con los agricultores de la UE, y que mucha gente tendr¨¢ que pasar a otras ramas de la producci¨®n... o al paro.
El Gobierno y la oposici¨®n reconocen la existencia de bolsas de pobreza, concentradas en algunas ¨¢reas rurales, en particular en las que hab¨ªa explotaciones agrarias estatales (las granjas colectivas del periodo comunista), y zonas urbanas donde hay colectivos de trabajadores en paro tras la transformaci¨®n econ¨®mica que experimenta el pa¨ªs. Es el caso de la Silesia polaca tras la reestructuraci¨®n de la industria minera y sider¨²rgica.
Polonia recibir¨¢ 12.000 millones de euros entre 2004 y 2006 de los fondos regionales y de cohesi¨®n, y todos esperan que esto permita al pa¨ªs despegar con fuerza y modernizar sus infraestructuras.
Contra lo que cabr¨ªa esperar, el no contra la Constituci¨®n europea no ha afectado a la actitud de los polacos hacia la UE, aunque sin duda influir¨¢ respecto al Tratado. "Ahora la gente siente que hay una fuerte discrepancia, una fuerte divisi¨®n entre integraci¨®n y Constituci¨®n", a?ade Kolarska-Bobinska. "Lo de Francia prueba que puedes tener integraci¨®n y no votar el Tratado. Es decir, se puede votar no, y no pasa nada". Pero quiz¨¢s ni siquiera se d¨¦ la oportunidad a los votantes. Hay quien est¨¢ convencido de que la derecha, si alcanza el poder, ni ratificar¨¢ la Constituci¨®n en el Parlamento ni mediante refer¨¦ndum, porque lo que pretende es renegociar y apoyar el Tratado de Niza.
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