El no va m¨¢s lleg¨® con Rossini
Espa?a vive este a?o una situaci¨®n privilegiada en cuanto a la presencia de Juan Diego Fl¨®rez. Ha cantado ¨®peras de Rossini, Bellini y Donizetti en Madrid, Bilbao o Las Palmas, y anteayer ha cerrado con una selecci¨®n de canciones el Ciclo de Lied del teatro de la Zarzuela.
Ha hecho los deberes, como ¨¦l mismo comunic¨® al p¨²blico, memoriz¨¢ndolo todo. Se agradece. Y no ha ca¨ªdo en la tentaci¨®n de incluir ninguna aria de ¨®pera en el programa oficial. S¨ª, por supuesto, en las propinas, pero eso fue otra historia. Aunque, qu¨¦ duda cabe, una historia muy clarificadora del momento actual del tenor. Porque lo excepcional, lo inigualable, lo hist¨®rico estaba fuera de programa y vino con Rossini, con dos exhibiciones portentosas de La cenerentola y El barbero de Sevilla, especialmente en la primera. Fue el momento en el que tocamos el cielo.
XI Ciclo de Lied
Juan Diego Fl¨®rez (tenor). Con Vincenzo Scalera al piano. Canciones de Manuel Garc¨ªa, Bellini, Faur¨¦, Massenet, Bizet, Tosti y peruanas. Fundaci¨®n Cajamadrid. Teatro de la Zarzuela, 13 de junio.
Tambi¨¦n el p¨²blico vibr¨® con Una furtiva l¨¢grima, de Donizetti, o La donna ¨¨ mobile, de Verdi: la primera, con un punto lento que llevaba a un peligroso languidecimiento; la segunda, con s¨ªntomas de cansancio.
Pero lo de Rossini no tiene calificativos. Confirm¨® esa leyenda de que se puede morir por unos instantes de belleza. Y, en efecto, pudimos morir de gozo.
Juan Diego Fl¨®rez se ha instalado en la cima de los cantantes de la actualidad y cada una de sus actuaciones se mira con lupa. La faceta llam¨¦mosla lieder¨ªstica no la domina de la misma manera que la puramente oper¨ªstica, entre otras razones porque la ha cultivado menos (en Madrid cantaba por primera vez en p¨²blico incluso las canciones peruanas) y tambi¨¦n porque las exigencias de interiorizaci¨®n del canto no se le dan tan bien como la extraversi¨®n teatral. El tenor est¨¢ convencido, en cualquier caso, de que debe llevar los dos caminos en paralelo. Es una opci¨®n.
Elegancia
Del programa oficial luci¨® especialmente la elegancia mel¨®dica con la que afront¨® a Bellini. En Tosti o en el bloque franc¨¦s estuvo exquisito pero sin mordiente, y en las canciones de Manuel Garc¨ªa o las peruanas, con una correcci¨®n impecable, pero a falta de una chispa de incisividad.
Mejorar¨¢, sin duda, conforme madure este repertorio. De momento le viene algo distante. Acompa?¨® estupendamente siempre al piano el experto Vincenzo Scalera.
El tenor estaba te¨®ricamente en corral ajeno, pues se integraba su recital en el ambiente del lied. Tremenda tensi¨®n. Los aficionados a la m¨²sica cl¨¢sica son inflexibles en sus dominios. Sali¨® airoso Fl¨®rez y consigui¨® clamorosas reacciones de entusiasmo, justamente... con los fragmentos oper¨ªsticos. En fin, llega la ¨®pera y se acab¨® el resto. Cosas que pasan y sorprenden.
Babelia
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