La apostas¨ªa como respuesta
Seis hermanos de Sevilla van juntos al Arzobispado para firmar su renuncia a la fe cat¨®lica
Los padres han sido cat¨®licos practicantes durante buena parte de su vida, los diez hermanos fueron bautizados y se educaron en colegios religiosos, y los que se casaron a principios de los setenta lo hicieron por la Iglesia para evitar el papeleo que supon¨ªa una boda civil. Pero los diez hermanos que componen la familia Rodr¨ªguez Prieto de Sevilla ten¨ªan claro desde hace muchos a?os que ya no comulgaban con las ideas de la Iglesia. No bautizaron a sus hijos, se divorciaron si no funcion¨® el matrimonio y los ni?os fueron a colegios laicos. Aunque para la Iglesia los diez segu¨ªan contando como fieles hasta hace dos semanas.
Inmaculada, una de las hermanas, fue la que reuni¨® las partidas de bautismo de seis de ellos, distribuidas entre una parroquia de Sevilla y otra de Puente Genil (C¨®rdoba) y pidi¨® cita en el Arzobispado. "Mucha gente no lo hace por desidia, yo misma s¨¦ que si mi hermana no se mueve, no lo hago. Pero es facil¨ªsimo", dice Pilar, otra de los seis hermanos que acaba de apostatar de la Iglesia cat¨®lica. Los otros cuatro lo har¨¢n pronto.
Inmaculada reconoce que se lo est¨¢ tomando como una "militancia". "Me ofrezco para encontrar las partidas de bautismo de todo el que quiera. Ya estoy buscando la de muchos amigos que quieren hacerlo, pero no se ponen a buscar el papel", dice. Adem¨¢s de la partida de bautismo, para apostatar hacen falta dos testigos mayores de 18 a?os y firmar una declaraci¨®n de renuncia. En el Arzobispado de Sevilla tienen un modelo de declaraci¨®n metido en el ordenador que s¨®lo hay que rellenar con los datos personales.
El procedimiento puede variar de una ciudad a otra. Enric Dur¨¢n, un m¨¦dico afincado en Sevilla pero bautizado en Barcelona, lo ha hecho por carta. A principios de mayo envi¨® un escrito al Arzobispado barcelon¨¦s pidiendo que se le excluyera "a todos los efectos" del registro de personas bautizadas en la fe cat¨®lica y al cabo de dos semanas le contestaron diciendo que ya hab¨ªan registrado su baja. "Las facilidades han sido incre¨ªbles, la verdad", cuenta Enric, que ya intent¨® apostatar en 1979, pero desisti¨® por las trabas. "Hab¨ªa que ir a la parroquia, entrevistarse con un cura, pasar por un tribunal eclesi¨¢stico", recuerda.
La Conferencia Episcopal lleva tiempo alertando de que Espa?a vive una "apostas¨ªa en silencio". Inmaculada y Pilar coinciden en que algunas de las posturas adoptadas ¨²ltimamente por la Iglesia como la oposici¨®n al matrimonio homosexual o la condena insistente del uso del preservativo han actuado como detonante para dar el paso. "Llevo muchos a?os pens¨¢ndolo, pero no lo he hecho. Me convenc¨ª en las elecciones del 14 de marzo, cuando la Iglesia adopt¨® una postura muy bestia y muy decantada pol¨ªticamente. Ya me dije, ?Pero qu¨¦ hago yo aqu¨ª?", cuenta.
Pilar asegura que si alguien no se siente cat¨®lico hay que darse de baja "por coherencia". "Es como si estuviera todo el d¨ªa cabreada con un partido pero siguiera apuntada a ¨¦l". Inmaculada insiste en que su denuncia no es contra la Iglesia y cree que el Estado deber¨ªa hacer p¨²blicos "los n¨²meros" de la Iglesia. "Es una aberraci¨®n que el Estado tenga una partida presupuestaria de 2.000 millones de euros para la Iglesia. A eso hay que sumar el sueldo de todos los profesores de religi¨®n, que los ponen ellos y los pagamos nosotros", advierte.
En el Arzobispado de Sevilla cuentan con un registro de abandonos. Enric, Pilar e Inmaculada no saben con certeza si sus nombres se han descontado del censo de la Iglesia, pero Pilar advierte de que la copia sellada de la declaraci¨®n de renuncia que firm¨® hace dos semanas le da "tranquilidad". "Cuando vea la manifestaci¨®n del s¨¢bado [celebrada ayer] sabr¨¦ que no van en mi nombre".
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