Armstrong, protagonista absoluto
Ullrich sufre una ca¨ªda entren¨¢ndose, pero el Tour ni se inmuta: s¨®lo existe el norteamericano en busca de su s¨¦ptimo t¨ªtulo
Un vecino de hotel, un modesto dos estrellas, tur¨ªstico, en los bosques de Saint Jean de Monts peinados por el viento del Atl¨¢ntico, se le acerc¨® corriendo a Eusebio Unzue. "Lo he visto, lo he visto", le grit¨® emocionado al director del Illes Balears-Caisse d'?pargne. "He visto c¨®mo se ca¨ªa Ullrich. Iba a toda velocidad, haciendo tras coche, y, pumba, al suelo. Cuando se ha levantado, ten¨ªa toda la cara llena de sangre". "?Ah! ?S¨ª?", le respondi¨® Unzue, m¨¢s por educaci¨®n que por curiosidad. La frialdad, la casi indiferencia, con que el director de uno de los grandes equipos del Tour recibi¨® la noticia de la ca¨ªda de uno de los favoritos dej¨® perplejo al informante. M¨¢s le habr¨ªa valido al hombre pasarse por la sala de prensa, enorme hangar de mesas amarillas, y percatarse de que la impavidez que afectaba a Unzue no proven¨ªa de un ataque s¨²bito de locura o de falta de conocimiento, sino que era la reacci¨®n m¨¢s extendida entre los representantes de la prensa, que prosiguieron, o¨ªda la nueva, como si nada hubiera ocurrido concentrados en sus asuntos, mayormente en seguir comiendo o en seguir escribiendo de Lance Armstrong.
Hace a?os, cuando uno de los primeros Tours victoriosos del norteamericano, la prensa estadounidense utiliz¨® un juego de palabras para titular esa victoria. "Tour de Lance", dec¨ªan, en rima con "Tour de France". Hoy, v¨ªsperas de una probable nueva victoria del norteamericano, aquel titular es m¨¢s verdadero que nunca, incluso se queda corto, pues estar¨ªamos hablando del Tour de Lance elevado a la s¨¦ptima potencia. Y esto es lo que hay. En unos tiempos en los que antes del Tour el inter¨¦s del ciclismo es inexistente, en los que la afici¨®n anda despistada, sin noticias de, por ejemplo, el tricampe¨®n de la Vuelta, Roberto Heras, sin noticias de Menchov y Zubeldia, sin noticias de Mancebo, Ullrich, Mayo, Kloden, Azevedo, Totschnig, Leipheimer o Pereiro, que son los que completaron las diez primeras plazas del pasado Tour con Armstrong y con Ivan Basso. De ¨¦ste s¨ª que se tienen noticias, porque corri¨® el ¨²ltimo Giro, donde sufri¨® un d¨ªa un desfallecimiento y donde gan¨® una contrarreloj y una etapa de monta?a. Y los aficionados apenas los han visto correr este a?o, y cuando han corrido, apenas han aparecido por las primeras posiciones. Y los que saben algo de ellos lo saben v¨ªa misteriosas fuentes, amigos que dicen que un amigo les ha dicho que ha visto a ¨¦ste en no s¨¦ d¨®nde y que estaba muy fino. O v¨ªa SMS con pesos y exclamaciones. Y el que gan¨® el Giro, Savoldelli, llega al Tour como gregario de Armstrong; y los animadores del Giro, Rujano, Simoni y Cunego, ni siquiera est¨¢n en el Tour. Y tampoco estar¨¢ Aitor Gonz¨¢lez, que gan¨®, sorpresa, sorpresa, la Vuelta a Suiza. Y el que gan¨® el Dauphin¨¦ Lib¨¦r¨¦, I?igo Landaluze, estar¨¢ como gregario de Iban Mayo, del que tampoco hay noticias. Y el m¨¢s fuerte del Dauphin¨¦, Santiago Botero, estaba demasiado bien demasiado pronto, porque, otra vez los sabios del SMS, han concluido que hoy, una contrarreloj de 19 kil¨®metros que le ir¨ªa de perlas, estar¨¢ ya pasado de forma...
C¨®mo no hablar de Armstrong, del s¨¦ptimo Tour de Armstrong.
C¨®mo no predecir ya que entre la contrarreloj de hoy y la contrarreloj por equipos del martes -un ejercicio en el que el equipo del norteamericano, que este a?o se llama Discovery Channel, se impuso en 2003 y 2004-, Armstrong llegar¨¢ al primer d¨ªa de monta?a, el martes 12, con cierta comodidad en el liderato de la general, y c¨®mo no pensar que al igual que en 1999 (Sestriere), 2000 (Hautacam), 2001 (Alpe d'Huez) y 2002 (La Mongie), en la primera llegada en alto del Tour Armstrong se presentar¨¢ solo y destacado del resto de pretendientes. Esto es el Tour de Lance. Y despu¨¦s, en el segundo d¨ªa alpino, el del Galibier, que Valverde dice que le va muy bien, y en los tres d¨ªas de Pirineos, donde los del Euskaltel se sienten como en casa, todos los que han partido como rivales se dedicar¨¢n a pelearse entre ellos por los segundos papeles, por salir m¨¢s minutos en la tele, por ganar los maillots de otros colores diferentes al amarillo -Juanma G¨¢rate, el campe¨®n de Espa?a, llega preparado para los lunares de la monta?a, y G¨®mez Marchante para el blanco de mejor joven-, por lograr la gloria ef¨ªmera de un vencedor de etapa. Pero la gloria eterna, la eternidad, s¨®lo ser¨¢, o eso parece, de Armstrong, el protagonista absoluto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.