Doce muertes diarias en accidentes de tr¨¢fico
No, no se trata de las "profec¨ªas de Nostradamus"; desgraciadamente es una realidad que se repite cada a?o por estas fechas. No sabemos los nombres de los desgraciados, pero s¨ª sabemos cu¨¢l ser¨¢ el motivo de su muerte. Sabemos que la mayor¨ªa morir¨¢ (y causar¨¢ otras muertes) por distraerse conduciendo, distracci¨®n causada por la fatiga, por el uso del m¨®vil, por esa copita de m¨¢s que ten¨ªamos que haber evitado despu¨¦s de comer, por relajarnos cuando ya hemos llegado al destino pensando que ya somos inmunes al accidente, etc¨¦tera.
Otro gran porcentaje morir¨¢ (y a veces matar¨¢) por ir a velocidad excesiva, por no adecuar la velocidad a las exigencias puntuales de la circulaci¨®n o de la carretera. Ese minuto que nos parece tan vital y que queremos ahorrar por llegar cuanto antes a nuestro destino y que despu¨¦s perdemos mirando cualquier escaparate o chiringuito de playa con total impunidad.
Seguiremos muriendo (y tambi¨¦n matando) por realizar adelantamientos imposibles sin visibilidad y confiando en que ese que nunca viene de frente las otras veces, hoy tambi¨¦n falte a su cita con la muerte.
Pero, ?qu¨¦ nos pasa a los espa?oles, ese pueblo tan solidario, tan comprometido con la justicia social y ¨¦tnica, tan alegre y tan lleno de vida?, ?es que somos tan fatalistas que asumimos la muerte en carretera como una escena m¨¢s del gui¨®n de nuestras vidas?
La vida es el m¨¢s hermoso don, no permitamos que un mal invento del hombre acabe con ella. El pr¨®ximo verano no podemos faltar a nuestra cita con las vacaciones, tenemos que seguir viendo crecer a nuestros hijos, tenemos que seguir sorprendi¨¦ndonos con las maravillas de la naturaleza.
Antes de pisar el acelerador miremos a nuestro alrededor, no podemos perdernos el ma?ana, es tan simple evitar que nuestro nombre figure en las listas de la muerte...
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