Vele por la ciudad
Una de las responsabilidades fundamentales del alcalde de Madrid es velar por unas condiciones de habitabilidad y calidad urbana que supongan, para los ciudadanos, el nivel m¨¢ximo de bienestar posible. No le pido los m¨¢ximos, pero s¨ª creo que tengo, que tenemos derecho a exigirle los m¨ªnimos. Unos niveles elementales de habitabilidad, de razonable fluidez de tr¨¢fico, de eliminaci¨®n de ruidos, de limpieza, de una planificaci¨®n urbana que se proyecte pensando en nuestros intereses y no en los de constructores, inmobiliarias o sociedades de distribuci¨®n de cable, gas o electricidad.
Se?or alcalde, la situaci¨®n actual de Madrid ha llegado a l¨ªmites insoportables e intolerables interfiriendo, seriamente, en la calidad de vida de todos los madrile?os. El disparatado volumen de obras en curso tiene colapsada a toda la ciudad, convirtiendo en pesadilla cualquier desplazamiento por ella a cualquier hora del d¨ªa. El ruido de excavadoras y martillos neum¨¢ticos es inaguantable, y las calles levantadas y/o cortadas por razones diversas, merecen ya una inscripci¨®n en el Guinness.
Y no me diga que est¨¢ trabajando por el futuro de la ciudad o por el incierto 2012, porque siendo leg¨ªtimos y deseables ambos objetivos, no le conceden patente de corso para el caos en que ha convertido usted a esta ciudad. Me pregunto, adem¨¢s, c¨®mo pueden ser tan incompetentes o tan irresponsables, o ambas cosas a la vez, sus concejales y colaboradores, porque no es comprensible, se?or alcalde, que, aparte de las grandes obras, las calles se llenen de zanjas peri¨®dicamente: primero para el gas, despu¨¦s para una compa?¨ªa el¨¦ctrica, despu¨¦s para Telef¨®nica. Pero, por Dios ?es que no se puede planificar una sola apertura con el enterramiento de un tubo suficientemente amplio para que quepan despu¨¦s todos los dem¨¢s?
Y como guinda, le voy a contar, porque seguro que no la conoce, la genialidad de uno de sus concejales al aprobar el cierre al tr¨¢fico durante cinco d¨ªas de un tramo de Francos Rodr¨ªguez, que obliga a todo un barrio, con la Cl¨ªnica Puerta de Hierro incluida, a colapsarse en busca de salidas, que son escasas y adem¨¢s est¨¢n tambi¨¦n en obras. Si la respuesta era que la causa eran las fiestas vecinales de la Dehesa de la Villa, disc¨²lpeme pero no es v¨¢lida, porque habiendo cortado hace meses la carretera que atraviesa la dehesa, dispon¨ªan ustedes de toda ella, con tramos planos incluidos, para haber instalado all¨ª las barracas de feria, sin deteriorar la vida de un n¨²mero importante de ciudadanos.
Finalmente me pregunto: ?por qu¨¦ en vez de abrir 100 obras simult¨¢neamente no se concentran esos efectivos en un solo punto, o en s¨®lo algunos puntos, y resuelven dos problemas?: tardar la d¨¦cima parte de tiempo y dejar libres las restantes zonas.
En fin, se?or alcalde, que Madrid ha superado ya los niveles m¨¢ximos de caos y la vida aqu¨ª es ya inaguantable. Y as¨ª como hasta el caos tiene sus leyes, como establecieron Lorenz, Teigenbaum o Mandelbrot, el disparate de Madrid no tiene explicaci¨®n posible. Y lo que es peor, no creo que tenga tampoco justificaci¨®n.
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