La pol¨ªtica
La pregunta es de qu¨¦ sirve la pol¨ªtica si no puede sacar de la c¨¢rcel a un hombre que ha pasado all¨ª, injustamente, 4.998 d¨ªas. La historia de Ahmed Tommouhi. Hace m¨¢s de 13 a?os fue acusado de varias violaciones. Las tremendas irregularidades de la investigaci¨®n y una prueba de ADN llevaron a la Fiscal¨ªa de Barcelona a solicitar el indulto en abril de 1999. Un a?o despu¨¦s, el Tribunal Supremo instaba a lo mismo. De la actitud de las instancias judiciales se desprende la molesta evidencia de haber condenado a un inocente. Cualquier interesado en tener la misma sensaci¨®n puede acudir a la web http://www.geocities.com/eva_bobrow/ Tommouhi.html que levant¨® hace a?os Manuel Borraz, ciudadano ejemplar. All¨ª destacan dos hombres atrapados por el azar. Uno de ellos, Mounib, muri¨® en la c¨¢rcel. Tommouhi, el superviviente, ha superado ya un infarto: gente que sabe de su vida asegura que pasa los d¨ªas pegado a la radio y a las noticias, como un insecto en la ventana. Al igual que muchas de las m¨¢s nobles actividades humanas, la pol¨ªtica tiene por objeto la vigilancia del azar. Se trata de impedir, hasta donde sea posible, que el azar gobierne la vida. El azar encarcel¨® a Tommouhi. A cualquiera podr¨ªa pasarle, aunque es evidente que hay grupos de riesgo, como los temporeros y los magreb¨ªes. No afecta a todos por igual: no hay que ser alarmistas. ?Qu¨¦ ha hecho hasta ahora la pol¨ªtica espa?ola para combatir las indeseables circunstancias del azar? Est¨¢ escrito y basta observarlo.
Es inquietante la manera en que Tommouhi fue condenado. Un punto menos, sin embargo, que la inhibici¨®n de la pol¨ªtica
En el invierno de 2003 gobernaba el Partido Popular en Espa?a. El diputado socialista Jordi Pedret lo hab¨ªa interpelado p¨²blicamente sobre el caso Tommouhi. Esta fue la respuesta del Gobierno, con fecha 30 de diciembre: "El Consejo de Ministros, a quien compete su resoluci¨®n, tiene previsto resolver este asunto en el plazo m¨¢s breve posible, atendiendo a la dificultad del caso, ya que existen varios delitos cometidos por D. Ahmed Tommouhi, todos ellos de suma gravedad, para los que est¨¢ siendo tramitado expediente de indulto y requieren de un an¨¢lisis y estudio detallado".
La pasada primavera gobernaba en Espa?a el partido socialista. El diputado Joan Herrera, de Iniciativa, recibi¨® el pasado 16 de junio esta respuesta del Gobierno: "En cuanto a si tiene intenci¨®n el Gobierno de adoptar una decisi¨®n respecto a la petici¨®n de indulto en favor del Sr. Tommouhi, en estos momentos, el asunto est¨¢ siendo estudiado, y se espera que pueda ser resuelto en el plazo m¨¢s breve posible, teniendo en cuenta las complejas circunstancias derivadas de la gravedad de los hechos y de los diversos delitos por los que ha sido condenado".
Los hechos son graves. Complejos. Deben ser estudiados. "En el plazo m¨¢s breve posible". La coincidencia en el sarcasmo es absolutamente textual. "... el plazo m¨¢s breve posible": seis a?os despu¨¦s de la petici¨®n de indulto formulada por el fiscal Jos¨¦ Mar¨ªa Mena.
Cuando se examina la actitud del propio encarcelado, la conducta de la pol¨ªtica es a¨²n m¨¢s dura de asumir. Tommouhi dijo siempre que rechazar¨ªa el indulto, y volvi¨® a repetirlo cuando en el a?o 2000 el Tribunal Supremo se neg¨® a reabrir su caso, solicitando, sin embargo, que otros (defensores, jueces, fiscales) tomaran la iniciativa de liberarle. Esa decisi¨®n del Supremo es puramente antol¨®gica. As¨ª la contaba en su d¨ªa la agencia Europa Press: "El Tribunal Supremo ha desestimado la petici¨®n de revisar las tres condenas de Ahmed T., a pesar de reconocer que existen datos que pueden llevar a una 'duda razonable'. A cambio, el Supremo insta al abogado de T., la Fiscal¨ªa y los tribunales que les condenaron a solicitar el indulto". La nota de la agencia era exacta. El Supremo hablaba textualmente de "dudas razonables" en las pruebas que los condenaron. Hay que descomponer el sintagma para verlo bien. "Dudas" y "razonables". Y, sobre todo, era exacto el "a cambio". La decisi¨®n del alto tribunal supuso para Tommouhi la certeza de que iba a seguir en la c¨¢rcel hasta el a?o 2009. Si no mor¨ªa antes, claro est¨¢. En ese a?o acabar¨¢ de cumplir su pena. Despu¨¦s de m¨¢s de 17 a?os.
Es probable que la pol¨ªtica se acoja a un cierto cinismo para justificar su desidia intolerable. "Tampoco iba a aceptar el indulto, el condenado", quiz¨¢ se diga, cuando deb¨ªa ser, precisamente, esa actitud moral la que m¨¢s deb¨ªa urgirle en el cumplimiento de sus obligaciones. N¨®tese otro detalle en absoluto menor: Tommouhi no pide nada; acaso memoria, aunque no se la pide al Gobierno. Pero los ciudadanos s¨ª piden, respetuosamente, al Gobierno que resuelva. Ni siquiera su asentimiento al indulto, que resuelva. Es completamente inquietante la manera en que Tommouhi fue condenado. Un punto menos, sin embargo, que la inhibici¨®n de la pol¨ªtica. La gente entiende los errores judiciales, pero es especialmente sensible para advertir cu¨¢ndo la desidia acaba convirti¨¦ndose en una forma terrible de prevaricaci¨®n.
Pasado ma?ana cumplir¨¢ 5.000 d¨ªas de c¨¢rcel. Ahora el sintagma no se entiende ni siquiera desmenuz¨¢ndolo. No hay mirada que sostenga en pie esos d¨ªas. Al caer la tarde del mi¨¦rcoles, su familia, sus amigos y sus implicados lo recordar¨¢n en la plaza de l'Era del Pedr¨® de Martorell, adonde ten¨ªa que haber vuelto.
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