Entre lo real y lo imaginario
El KM muestra el trabajo m¨¢s figurativo y menos conocido del pintor donostiarra Ram¨®n Zuriarrain
"En estos d¨ªas de glorificaci¨®n de la alta tecnolog¨ªa, s¨®lo un peque?o n¨²mero de artistas sabe dibujar realmente", sostiene el fot¨®grafo, escritor y cineasta finland¨¦s Rax Rinnekangas. E incluye en esa reducida lista a Ram¨®n Zuriarrain (San Sebasti¨¢n, 1948). Como prueba de su afirmaci¨®n cita los retratos, autorretratos e interiores que el pintor expone desde hoy en la sala Ganbara del centro cultural Koldo Mitxelena de San Sebasti¨¢n.
La muestra, que estar¨¢ abierta hasta el pr¨®ximo 24 de septiembre, recoge el trabajo m¨¢s figurativo de Zuriarrain, quien, en realidad, se mueve con igual soltura en este lenguaje y en el abstracto. Es tambi¨¦n su obra menos conocida, ya que en exposiciones anteriores "la traves¨ªa del paisaje ha primado sobre las del retrato y el autorretrato", apunta el cr¨ªtico de arte Fernando Golvano en el cat¨¢logo de la exposici¨®n.
El artista busca "un cierto misterio en la pintura y no s¨®lo una representaci¨®n"
Pero, "m¨¢s all¨¢ de esa polaridad expresiva (...), lo relevante de este artista es su fidelidad a una recreaci¨®n est¨¦tica de la naturaleza y del autorretrato, y tambi¨¦n la implicaci¨®n de su imaginaci¨®n creativa en la invenci¨®n de raros y, a veces, funcionales artefactos", destaca Golvano.
En este sentido, al propio Zuriarrain le resulta "curioso" contemplar la exposici¨®n, una retrospectiva que incluye trabajos de la d¨¦cada de los 60, cuando el pintor iniciaba su trayectoria y se val¨ªa de los autorretratos y los retratos como soporte de aprendizaje y experimentaci¨®n. "Hay cuadros que hace a?os que no ve¨ªa. Uno siempre se pregunta si habr¨¢ hecho cosas muy raras. Pero viendo la muestra me doy cuenta de que hay una unidad en mi obra, en la forma de pintar", observa el artista, que busca "un cierto misterio en la pintura, y no s¨®lo una simple representaci¨®n".
En esa constante investigaci¨®n, Zuriarrain juega, por ejemplo, con la luz. Y en esa dualidad entre la ficci¨®n y la realidad, dota a algunos protagonistas de sus cuadros con unos ojos rojos que iluminan el cuadro, al tiempo que lo impregnan de misterio.
La luz, en este caso la luz de penumbra que utiliza en Rocas en la oscuridad (1992), sirve tambi¨¦n al pintor para demostrar que, para ¨¦l, un interior no es s¨®lo el interior de su casa o su estudio. "En esta obra la luz es oscura y azul, mientras la atm¨®sfera b¨¢sica es la tranquilidad y la m¨ªstica. Estamos en el exterior, pero podemos sentir el interior de un bosque, que act¨²a como habitaci¨®n para las rocas", escribe Rinnekangas en el cat¨¢logo de la muestra.
La seriedad de estas reflexiones no impide a Zuriarrain tener inter¨¦s y capacidad para divertirse con su arte. El KM acoge obras r¨¢pidas y de peque?o formato en las que el artista juega con las palabras y los dibujos para bromear sobre ciertas situaciones o personajes. El pintor comparte ese gusto por la iron¨ªa con creadores de su generaci¨®n: Andr¨¦s Nagel, Rosa Valverde, Vicente Ameztoy y Jos¨¦ Llanos, los mismos que protagonizan Los forzudos (1978), pieza que da la bienvenida a los visitantes de la muestra y con la que reivindic¨® la figuraci¨®n ante las tendencias abstractas en boga en aquella ¨¦poca.
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