Bush designa un juez conservador para el Supremo y abre el debate sobre el aborto
Los dem¨®cratas prometen una investigaci¨®n a fondo sobre Roberts antes de votar en el Senado
El nombramiento del juez John Roberts como magistrado del Tribunal Supremo por parte de George W. Bush abri¨® desde ayer el debate sobre su perfil y sus opiniones. Roberts, de 50 a?os y cat¨®lico, es claramente conservador, y en su historial, muy destacado como abogado pero corto como juez, hay elementos ambiguos. La mayor preocupaci¨®n para los dem¨®cratas y otros grupos es que refuerce la actual minor¨ªa de jueces que quieren modificar o suprimir el derecho al aborto. La edad del juez es importante, porque el cargo es vitalicio, y Roberts podr¨ªa estar 25 a?os en el Supremo.
Si es confirmado -los debates se celebrar¨¢n en septiembre- sustituir¨¢ en el Supremo a Sandra Day O'Connor. Roberts, presentado por Bush como "un hombre de extraordinarios logros y capacidades", se gradu¨® en Harvard y empez¨® su carrera como asistente del juez del Supremo William Rehnquist, ahora presidente y gravemente enfermo. Trabaj¨® para el Departamento de Justicia y fue asesor jur¨ªdico en la Casa Blanca de Ronald Reagan. Ejerci¨® despu¨¦s la abogac¨ªa privada en un despacho de Washington y, en 2003, despu¨¦s de haber vuelto a Justicia, fue nombrado juez de un tribunal de apelaci¨®n por George W. Bush.
Una amplia representaci¨®n de expertos coincidi¨®, nada m¨¢s conocer el nombramiento, en que las credenciales jur¨ªdicas de Roberts son suficientemente s¨®lidas como para anticipar que el Senado aprobar¨¢ la decisi¨®n de Bush. Harry Reid, l¨ªder de la minor¨ªa dem¨®crata, admiti¨® que con la primera impresi¨®n, Roberts parec¨ªa "adecuado". Tambi¨¦n dijo que eso no es suficiente: "El Senado debe revisar su historial para determinar si tiene un claro compromiso con los valores b¨¢sicos americanos de libertad, igualdad y justicia".
Aunque no faltan los asuntos pol¨¦micos que pasar¨¢n por el Supremo en los pr¨®ximos a?os, desde los matrimonios gays hasta la investigaci¨®n con c¨¦lulas madre o el suicidio asistido, la inc¨®gnita del juez Roberts tiene que ver con el aborto. La sentencia del Supremo de 1973 conocida como Roe contra Wade dio respaldo constitucional a la interrupci¨®n del embarazo. Casi un 70%, seg¨²n Gallup, no quiere que eso se cambie, pero desde aquella fecha los grupos religiosos evang¨¦licos han llevado a cabo una campa?a sin descanso para limitar o anular la sentencia. En 1991, cuando trabajaba para el Gobierno de Bush padre en calidad de abogado del Departamento de Justicia, Roberts intervino en un asunto en el que escribi¨® que el caso Roe contra Wade "se decidi¨® err¨®neamente y deber¨ªa ser anulado".
Hace dos a?os, cuando fue nombrado juez, Roberts tuvo que explicar su postura de entonces y dijo que actu¨® como abogado, por encargo, y que "la decisi¨®n del Supremo en el caso Roe contra Wade es vinculante" y la respetar¨ªa, "independientemente" de sus "opiniones personales". Tambi¨¦n dijo que se trataba de una doctrina jur¨ªdica "afianzada" en EE UU.
?Ser¨¢ suficiente para los dem¨®cratas y los grupos de defensa del aborto? En septiembre se podr¨¢ comprobar, pero la batalla ser¨¢ importante, porque es mucho lo que est¨¢ en juego cuando se confirma a un magistrado del Supremo, que hace las veces de Tribunal Constitucional en EE UU. "No habr¨¢ una confirmaci¨®n autom¨¢tica por consenso, pero tampoco lo contrario, una oposici¨®n de principio. Estamos en un t¨¦rmino medio y haremos muchas preguntas y una investigaci¨®n concienzuda antes de tomar una decisi¨®n", adelant¨® el dem¨®crata Charles Schumer.
Para los grupos de defensa del derecho al aborto, el nombramiento es muy negativo, y ayer convocaron su primera manifestaci¨®n de protesta frente al Capitolio.
Cuando fue nombrado juez del tribunal de recursos del Distrito de Columbia (donde se encuentra la capital), Roberts contest¨® as¨ª al ser preguntado por su ideolog¨ªa: "Como abogado, no he tenido orientaci¨®n ideol¨®gica. He tenido clientes conservadores y liberales (...) y en todos los casos he dejado de lado mi perspectiva personal para cumplir con mis obligaciones profesionales".
La semana pasada, Roberts formaba parte del tribunal que ech¨® por tierra la decisi¨®n de otro tribunal que hab¨ªa considerado ilegales las comisiones militares del Pent¨¢gono para juzgar a los detenidos en la base de Guant¨¢namo. El argumento fue que el Congreso, aunque formalmente no declar¨® la guerra a Irak, de hecho s¨ª lo hizo al dar al presidente la autoridad que requer¨ªa, y en ese sentido no se puede negar al Gobierno los juicios militares especiales que pretend¨ªa llevar a cabo.
La acogida en los principales diarios fue cautelosa. "Un conservador, pero no un cruzado ideol¨®gico, que tiene admiradores entre los liberales", se?al¨® The Washington Post, cuya principal inquietud es el desconocimiento de sus opiniones. Lo mismo editorializ¨® The New York Times: "Si es un conservador en la l¨ªnea de O'Connor, deber¨ªa ser confirmado; pero no deber¨ªa serlo si un escrutinio m¨¢s exigente le revela como un ide¨®logo extremista".
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