Bendita heterodoxia

Seriedad. Transgresi¨®n. Iron¨ªa. Saber estar. Dominio del espacio. Referencias pict¨®ricas y literarias. Control r¨ªtmico. Geometrismo racional. Poso t¨¦cnico. Cultura del baile. Vasos comunicantes con el toreo. Pl¨¢stica actual. Voluntad contestataria. Herencia de Escudero. Pasi¨®n por el negro.

Se podr¨ªan esgrimir muchos argumentos para calificar este espect¨¢culo singular, hermoso, bien construido y sin duda ¨²nico dentro del panorama del teatro-danza flamenco de nuestros d¨ªas. La heterodoxia venal y altiva que exhibe Galv¨¢n es parte de su genio, de su personalidad. Y eso lo hace un artista notable. No es exagerado que recuerde al Escudero voluntarioso de sus legendarias danza acompa?ado por el ruido de dinamos.

El buen gusto precede a Galv¨¢n, su manera de tomarle la medida a las cosas. El coso taurino es una referencia como cualquier otra: su discurso habla de muchas m¨¢s cosas, encierra muchas m¨¢s verdades. Sus citaciones van de Picasso a Nijinski. Sabe lo que hace, lo que mezcla, lo que nos propone con tes¨®n. La instalaci¨®n final con los odres y el burladero es algo muy espa?ol (Mijares, un recuerdo) pero a la vez es fuerza secreta, acompa?ado por la m¨²sica siempre potente del desaparecido Guerrero. El coso es para Galv¨¢n un gran teatro del mundo, y a ¨¦l nos lleva.