Adi¨®s desde la cumbre

Fausto Coppi muri¨® el 2 de enero de 1960, antes de poder anunciar al mundo que colgaba la bicicleta; un fr¨ªo 2 de enero dijo tambi¨¦n adi¨®s Miguel Indurain, en 1997, unos meses despu¨¦s de no haber podido ganar su sexto Tour; Eddy Merckx se despidi¨® un fresco d¨ªa de mayo de 1978, sabi¨¦ndose incapaz de intentar ganar su sexto Tour unos meses m¨¢s tarde; Anquetil lo dijo el invierno del 69, cinco a?os despu¨¦s de su quinto Tour; Hinault, como Indurain, unos meses despu¨¦s de fracasar en su intento por un sexto Tour, en 1986. S¨®lo Lance Armstrong, s¨®lo el ¨²nico corredor que ha ganado siete Tours -dos m¨¢s que cualquiera de los m¨¢s grandes de la historia- ha sido capaz de anunciar su retirada varios meses antes de ganar su ¨²ltimo Tour, s¨®lo ¨¦l, el tejano que venci¨® al c¨¢ncer antes de dedicarse al Tour, ha sido capaz de confirmar su retirada desde el mismo podio de los Campos El¨ªseos en el que minutos antes Bernard Th¨¦venet, el ganador de 1975 -el primero que acab¨® en la gran avenida de Par¨ªs- le hab¨ªa impuesto el maillot amarillo de ganador del Tour.

A¨²n resonaba el home of the brave, la ¨²ltima l¨ªnea del himno de Estados Unidos, en los Campos El¨ªseos cuando desde lo m¨¢s alto del podio Lance Armstrong, Ivan Basso con su hija Domitila en brazos, a su derecha, Jan Ullrich, a su izquierda, agarr¨® un micr¨®fono y lanz¨® su discurso de despedida. Aunque el ciclismo es el deporte de las sospechas desde que las ruedas giran, ninguno de los grandes campeones anteriores ha visto su nombre asociado en los titulares a la palabra sospechoso tanto como Lance Armstrong, as¨ª que a nadie extra?¨® que el norteamericano aprovechara la ocasi¨®n para, despu¨¦s de exhibir a sus hijos a su alrededor y enviar un mensaje impl¨ªcito al mundo -?c¨®mo un padre de familia orgulloso y sensible, amante de su prole, puede ser un tramposo, un hombre que juega con su salud conscientemente s¨®lo por el gusto de ganar una carrera?-, en su discurso de despedida hacer un encendido canto de amor al ciclismo y a?adir en ingl¨¦s: "Lo siento por los c¨ªnicos, por los esc¨¦pticos que no creen en el ciclismo, que no creen en los milagros. El Tour y el ciclismo son una carrera y un deporte extraordinarios, en el que no valen los secretos. Soy un fan del Tour, lo ser¨¦ toda mi vida. No es un secreto que es el deporte m¨¢s dif¨ªcil, el que exige m¨¢s trabajo y sacrificio". Y termin¨® en franc¨¦s-ingl¨¦s: "?Vive le Tour forever!".

El tejano entra en la tierra m¨ªtica del deporte. Lo hace despu¨¦s de ganar su s¨¦ptimo Tour un mes y medio antes de cumplir los 34 a?os -el m¨¢s viejo que lo gana desde Bartali en 1948-, despu¨¦s de ganar el Tour m¨¢s r¨¢pido de la historia; lo hace rodeado en el podio por los dos corredores que ha elegido para simbolizar el futuro: el tenaz veterano Jan Ullrich, cinco veces segundo, una primero, una cuarto; el m¨¢s joven Ivan Basso, tercero en 2004, segundo en 2005. Ellos ser¨¢n los protagonistas, los favoritos en 2006, el primer Tour sin Armstrong.