La caverna

Basta de nenazos y de nenazas. Dejar secos a tiros a cuantos aparezcan como sospechosos de terrorismo a los ojos de la polic¨ªa, ?cosa m¨¢s viril! La parte mala es que, como sigan gastando ocho balas por cabeza, cada error humano le va a salir por un huevo al contribuyente, salvo que den pronto con una soluci¨®n final previa que hasta a nuestro presidente del Tribunal Supremo, Francisco Jos¨¦ Hernando, le pueda parecer razonable. Por ejemplo, reunir a todos los sospechosos, meterlos en trenes... El resto ya lo conocen ustedes. Primero se llevaron a los que sal¨ªan con prendas de abrigo en julio y ten¨ªan piel oscura; despu¨¦s se llevaron a los que ten¨ªan piel oscura aunque no llevaran prendas de abrigo; despu¨¦s se llevaron a todos los que, teniendo piel oscura, miraban los escaparates de prendas de abrigos, y ahora... Ahora, cielos, ?vienen ustedes tambi¨¦n a por m¨ª? ?Si este tono lo adquir¨ª en Mallorca! Pero si los polis se limitan a disparar con punter¨ªa una bala por persona, el coste en plomo lo podemos asumir.

Qued¨¦ muy impresionada cuando el dicho jurista jale¨® el sistema de eliminaci¨®n del otro por si las moscas. Si estamos "ante la tercera guerra mundial, que es la guerra contra el terrorismo", como declara el hombre, me perdonar¨¢n, pero tiene raz¨®n. Dado que los terroristas est¨¢n en todas partes y adem¨¢s son invisibles, resulta l¨®gico que se dispare a todo lo que se mueve. ?Y c¨®mo lograremos distinguirlos? Ah, bueno: aplicando la misma sutileza que suelen usar los terroristas mismos, cuando ponen bombas y eliminan a media docena de turistas europeos, pero se llevan por delante a decenas de trabajadores egipcios mal pagados. Mas, ?es la guerra! Actuemos brutal y ciegamente.

Tontos y est¨²pidos y bravucones. No nos mover¨¢n, no cambiar¨¢n nuestra forma de vida, nuestros valores. ?Necios! Un par de atentados, y vuelven los buenos tiempos de En el nombre del padre, si es que alguna vez se fueron del todo. ?Qui¨¦n gana a qui¨¦n? Pierde quien retrocede a la caverna y acaba revolc¨¢ndose en el mismo lodo en el que chapotean los cavern¨ªcolas que nos asedian.

La parte buena del tiro libre es que hace completamente innecesarios a los jueces. Se va a quedar sin curro, don Francisco.