El verano m¨¢s bail¨®n
Espa?a es un a?o m¨¢s el centro mundial de la m¨²sica de baile. Los mejores 'dj's' del mundo 'revientan' clubes de Ibiza, festivales de 'techno' y macrodiscotecas. Cobran enormes salarios, convocan a miles de personas y se les adora como a estrellas. Son los amos de la pista
?Cu¨¢ntos a?os de los de interminables jornadas laborales, 23 d¨ªas de vacaciones, bajas justificadas y pagas extraordinarias necesita trabajar para ganar 70.000 euros? A algunos de los dj's incluidos en este reportaje les bastan cuatro horas de trabajo nocturno. Incluso ahora, que el baile ha muerto.
Al menos as¨ª rezaba el epitafio pregonado el invierno pasado en las revistas especializadas del Reino Unido -cuna de la cultura de club- o en los art¨ªculos del prestigioso cr¨ªtico musical de The Guardian Alexis Petridis. Un ¨¢nimo f¨²nebre cund¨ªa en los clubbers de la isla; desaparec¨ªa la carpa de electr¨®nica en importantes macrofestivales; la venta de discos ca¨ªa en picado y se esfumaba la categor¨ªa de los premios Brits para la m¨²sica de baile. "Y si una instituci¨®n tan terminalmente poco enrollada piensa que el juego ha terminado", escribi¨® Petridis, "suena como el ¨²ltimo clavo en el ata¨²d del que fue el m¨¢s excitante movimiento juvenil del mundo".
Dj Chus: "Los 'dj's' espa?oles vivimos muy buenos tiempos y estamos considerados fuera de nuestras fronteras"
Parec¨ªa que los dj's estrella hab¨ªan matado su gallina de los huevos de oro a base de salarios astron¨®micos, paseos en limusina y jets privados. Pero si hoy es verano, esto es Espa?a. Un lugar donde lo referido a la cultura del dj cambia? Casi siempre para mejor. No es s¨®lo que un a?o m¨¢s Ibiza amenace con irse a la deriva bajo el peso de 1.500.000 visitantes, la mayor¨ªa aficionados a las noches interminables. Es que fiestas como el Monegros Desert Festival o el Creamfields -playa de Villaricos (Almer¨ªa), 13 de agosto- crecen imparables. Y hasta pueblos como Quinto de Ebro (Zaragoza) llegan dj's de techno como Francesco Farfa a presentar una alternativa veraniega a las fiestas patronales.
Todo lo que, por supuesto, es bien sabido por dj's de los cinco continentes, que ponen rumbo cada verano hacia Espa?a. Sobre todo las estrellas, muchas de las cuales fijan su base de operaciones en lustrosas villas ibicencas y aceptan residencias semanales en las discotecas de la isla. Poco importa d¨®nde colgar los trajes si hoy est¨¢s en Johanesburgo y ma?ana en Miami.
Aunque en este firmamento las estrellas no brillan todas por igual y son pocos los dj's que pertenecen a la categor¨ªa de los 70.000 euros. Ni siquiera los que los cobran tienen el cach¨¦ asegurado. "Depende mucho de la disponibilidad de fechas, de lo que le apetezca en ese momento y de si el evento se celebra en un festival o una discoteca", explica Juan Arnau, due?o de la m¨ªtica discoteca Florida 135, en Fraga (Huesca), y organizador de las fiestas de Monegros -que convoc¨® el 16 de julio en el desierto aragon¨¦s a 42.500 personas (12.000 m¨¢s que el ¨²ltimo a?o)- y M2, su versi¨®n invernal, que celebrar¨¢ su primera edici¨®n en octubre. "Los dj's de primera fila merecen lo que cobran porque al promotor le compensa pagarlo. Por supuesto, no estamos hablando de m¨¦ritos art¨ªsticos".
Teniendo la precauci¨®n de que, obviamente, no existen tablas salariales oficiales sobre los sueldos de los dj's de nivel y el secreto es lengua franca en este negocio, se pueden establecer tres categor¨ªas: los de primera fila (de a 70.000 euros la noche para un festival y 40.000 si se trata de una sala), los de segunda (40.000 y 25.000, respectivamente) y los m¨¢s modestos (que se mueven entre los 6.000 y los 15.000 euros).
"Aunque en esto siempre hay mucho baile de cifras", advierte Agus Arbol, redactor de Deejay, una revista especializada espa?ola que, tras 92 n¨²meros en el mercado, tiene una tirada de 10.000 ejemplares. Parece ser, adem¨¢s, que los cach¨¦s han descendido con respecto a hace un par de a?os, cuando se produjo el verdadero boom. "Como contrapartida", interviene Arbol, "en Espa?a cada vez son m¨¢s los sellos y artistas que se consolidan, tanto aqu¨ª como fuera". "Lo que est¨¢ sucediendo", opina Carl Cox, probablemente el dj m¨¢s famoso del mundo, "es que la m¨²sica de baile est¨¢ volviendo al underground, el lugar del que no debi¨® salir". No hay que olvidar que estamos hablando de una afici¨®n que tiene algo de sociedad secreta, en la que unos cuantos tipos rinden culto a otros pocos que ni siquiera venden, salvo excepciones, grandes cantidades de discos. No tiene m¨¢s que mirar las caras de este reportaje. Nunca saldr¨¢n en anuncios de televisi¨®n o en vallas publicitarias. Y cr¨¦aselo. Son seis de los mejores en esto.
01 El plusmarquista
Ti?sto. 36 a?os. Breda (Holanda). Rey del 'trance'. El mejor 'dj' del mundo, seg¨²n la revista inglesa m¨¢s influyente.
En la ceremonia inaugural de los Juegos Ol¨ªmpicos de Atenas pinch¨® ante una audiencia potencial de 4.600 millones de espectadores. Otra marca en el palmar¨¦s de este holand¨¦s con cara de ni?o. ?M¨¢s? Ser elegido por unos 60.000 aficionados de 149 pa¨ªses como el mejor dj del mundo en 2005, seg¨²n la prestigiosa votaci¨®n de la revista Dj. Por tercer a?o consecutivo. O protagonizar una gira en la que los estadios con capacidad para 25.000 personas se rend¨ªan a su trance, un estilo hipn¨®tico que vino de los Pa¨ªses Bajos y triunfa en todo el mundo. "De ni?o sol¨ªa so?ar que alg¨²n d¨ªa me convertir¨ªa en el mejor dj del mundo. Pero ?qui¨¦n pod¨ªa imaginar esto? ?Yo no, desde luego!", confiesa. Entonces, ?cu¨¢l es el secreto de tanto ¨¦xito? "Disfrutar hasta tal punto de lo que hago que mi energ¨ªa se transfiera al p¨²blico. A veces es un incordio viajar tant¨ªsimo, pero se me olvida cuando pienso en lo feliz que todo esto me hace. Creo que cuando tenga sesenta a?os seguir¨¦ haci¨¦ndolo, aunque sea para mis compa?eros de asilo".
02 'Dios' a tres platos
Carl Cox. 43 a?os. Oldham (Inglaterra). En lo m¨¢s alto del 'techno' desde 1988. Vendi¨® 250.000 copias de su primer disco.
El momento m¨¢s importante en la vida de Carl Cox sucedi¨®, como es natural, de noche. Una madrugada del segundo verano del amor, en 1988. Miles de personas bailaban en el Reino Unido un nuevo estilo llamado acid house en fiestas ilegales (raves). El dj ingl¨¦s de la sonrisa infatigable decidi¨®, casi por casualidad, usar un tercer plato. Cuentan las cr¨®nicas que las 15.000 personas presentes enloquecieron. "Al d¨ªa siguiente recib¨ª llamadas de todos los promotores para contratarme", recuerda. Desde entonces, el tel¨¦fono no ha parado de sonar para solicitar los servicios de alguien que se sabe con un don para "poner patas arriba la pista". Este verano lleva haci¨¦ndolo desde la apertura de la temporada ibicenca en la discoteca Space, la mejor del mundo, seg¨²n la prestigiosa opini¨®n de la revista Dj. "Si me preguntas a m¨ª, te dir¨¦ que lo es. Porque est¨¢ en Ibiza. Para un ingl¨¦s, la isla es, m¨¢s que nada, ese sitio para estar en la calle, contemplar la puesta de sol, toparse con gente que sonr¨ªe, que se pone guapa para salir por la noche". Adem¨¢s de pinchar ante miles de personas por todo el mundo, Carl Cox edita sus discos (el ¨²ltimo se llama Second Sign) y aparece en cine y televisi¨®n. "?Qu¨¦ me queda por hacer? Conseguir dormir un poco, seguir con mi sello, descubrir nuevos artistas, hacer canciones".
03 Un valor emergente
Tania Vulcano. 33 a?os. Montevideo (Uruguay). Es se?alada por los especialistas como un firme valor de futuro.
El plan, cuando lleg¨® a Ibiza con una amiga en 1993, eran unas simples vacaciones de dos semanas. Doce a?os de intenso romance con la isla despu¨¦s, la estudiante de psicolog¨ªa que vino de Suecia, un pa¨ªs "fr¨ªo y oscuro" al que sus padres se exiliaron tras el golpe en Uruguay de 1973, la "chica buena" que no era capaz de distinguir el acid house del techno es ya una ibicenca se?alada por el disc jockey y locutor ingl¨¦s Pete Tong, una de las voces m¨¢s autorizadas del negocio, como "la futura reina del dance". El prestigio lo ha ganado a base de sus sesiones memorables del Circo Loco, de la DC10, una discoteca que en sus manos ha pasado de ser un "club olvidado" de Ibiza al templo del underground al que acudir si al cuerpo le quedan ganas de fiesta un lunes por la ma?ana. Ahora, sus padres, pintora y contable, se sorprenden de la fama de su hija al introducir su nombre en la barra de Google. "Es que yo nunca les hab¨ªa contado mucho", explica modesta. De vez en cuando les visita en Montevideo, en una vuelta a las ra¨ªces, con las que se ha reconciliado. "Antes me daba rabia ver a la gente vivir en un pa¨ªs en el que las cosas iban mal y nadie hac¨ªa nada por cambiarlo. Eso ha pasado", explica. El resto del tiempo, que roba a los viajes y las sesiones, sus alternativas son claras. "Suelo evitar las discotecas. Me apetece disfrutar de la isla. Ir a la playa. Tranquilidad".
04 Crear tendencia
F¨¦lix da Housecat. 33 a?os. Chicago. Inquieto maestro del 'house' y estrella del 'electro'.
"No me gusta repetirme y odio hacer lo mismo que los dem¨¢s". Seguir ciegamente esta m¨¢xima es, seguramente, el secreto que convierte a F¨¦lix Da Housecat en infalible dictador de tendencias. De exitoso productor de house de Chicago en el preciso momento en el que hab¨ªa que serlo, mut¨® a principios de siglo en abanderado del electro, el ante¨²ltimo grito. Una mezcla de guitarras y cajas de ritmos que sabe a revisi¨®n de los ochenta, reivindicaci¨®n del sexo casual y el glamour de saldo. Lo cierto es que la fama de juerguista de F¨¦lix (Stalling Jr. en su carnet de identidad) se ajusta bastante a esa descripci¨®n. Aunque tras esa apariencia se defienda un creador que necesita la "m¨²sica como respirar". Por eso ahora, cuando, dice, podr¨ªa hacer un disco de electro "cada tres d¨ªas", vuelve a girar el tim¨®n con el nuevo ¨¢lbum que prepara. "Ser¨¢ m¨¢s electr¨®nico y contar¨¦ con colaboraciones como las de Juliette Lewis o Thom Yorke". Hasta que lo oigamos, Espa?a sigue ocupando un lugar destacado en su verano. Ibiza, donde pincha en la Space. Y Barcelona, la ciudad en la que amenaza instalarse con su hedonismo.
05 Embajador ib¨¦rico
DJ Chus. 33 a?os. Madrid. El mejor representante de una generaci¨®n de 'dj's' espa?oles con proyecci¨®n internacional.
En la primera divisi¨®n de la electr¨®nica mundial juegan un pu?ado de disc jockeys espa?oles. Jes¨²s L¨®pez Esteban sabe mucho de ascender categor¨ªas desde que en 1987 cambi¨® "el saxo y las partituras" por un par de platos y decidi¨® que alg¨²n d¨ªa el house le dar¨ªa de comer. Ha recorrido los cinco continentes "pinchando en fiestas de lo m¨¢s alucinante". Ha creado un sello discogr¨¢fico (Stereo Productions) que edita discos buscados por disc jockeys y aficionados desde Chicago hasta Singapur. Hasta se ha inventado, junto a Ceballos, su compa?ero de cabina, un estilo propio que han patentado como Iberican Sound. Aun as¨ª, esgrime una queja: "Hay que dar el salto fuera para que aqu¨ª se fijen en ti". Aunque despu¨¦s del reconocimiento, de a?os de pinchar hoy en Canad¨¢ y ma?ana en Polonia, se permite cierto optimismo. "Estamos viviendo muy buenos tiempos, hemos conseguido encontrar nuestra posici¨®n y se nos considera muy bien fuera de nuestras fronteras. El trabajo y la constancia dan sus frutos, y te garantizo que son de excelente calidad".
06 La superestrella
Erick Morillo, 34 a?os. Nueva Jersey (Estados Unidos). Ha recorrido el mundo durante 15 a?os como rey del 'house' latino.
Cuando eres Erick Morillo, todo es posible. Por ejemplo, celebrar tu cumplea?os en cuatro ciudades y dos continentes. O atreverte, entre bromas, a asegurar: "Me gustar¨ªa haber estado con todas las mujeres del mundo para saber cu¨¢les son las m¨¢s hermosas. A¨²n no puedo, aunque estoy cerca de hacerlo". Este latino estadounidense criado en Cartagena (Colombia) bien puede representar el prototipo del dj superestrella adicto al trabajo. De la clase que cobra cantidades irrazonables de dinero por sesi¨®n porque proporciona ganancias indecentes a sus empleadores. Que este a?o ha cogido un avi¨®n todos los fines de semana menos dos. Que se mueve cada verano en un jet privado entre sus casas de Nueva Jersey, Miami e Ibiza. A la isla llega puntual desde 1992 para convertir sus sesiones de Pach¨¢ -que llama Subliminal, como su sello- en ese sitio "al que todos saben que hay que ir". Mientras apura sus ¨²ltimos a?os en esto -desea retirarse a los 35-, planea abrir en octubre en Nueva York la primera sucursal de Pach¨¢ en Estados Unidos. "He decidido trabajar s¨®lo cuando me lo pida el cuerpo y seguir con mis clases de interpretaci¨®n. Ser¨¦ actor. Todos somos capaces de aquello que nos propongamos". ?sa parece haber sido su m¨¢xima desde que, siendo un ni?o, compr¨® su primer disco. Veintiocho a?os despu¨¦s resulta que, cuando eres Erick Morillo, tu mayor orgullo es haberle comprado una casa a tu madre. "Y el mayor placer, cuando mi t¨ªa me cocina un sancocho".
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