De buena tinta

El divertido doble sentido del t¨ªtulo plantea la tragedia de toda escritura de "memorias": debe llevarse a cabo antes de que al protagonista se le borre el recuerdo, pero tambi¨¦n antes de que ¨¦l mismo sea olvidado...

Esto ¨²ltimo no es muy probable. Jos¨¦ Mart¨ªnez de Sousa es una presencia constante en el mundo de la edici¨®n y de la tipograf¨ªa: desde hace a?os con sus libros, ahora con sus intervenciones en foros de la red y siempre con su disponibilidad para una consulta o la demanda de un dato. Sousa representa algo muy importante para el mundo de la comunicaci¨®n textual (que hoy abarca la red, adem¨¢s de la imprenta): es el eslab¨®n vivo entre la composici¨®n por tipos m¨®viles -puro Gutenberg- y las tecnolog¨ªas digitales, pasando por linotipias y fotocomposici¨®n... Para un ejercicio profesional que desde el Renacimiento se transmite por contacto personal, este enlace de la actualidad con la tradici¨®n es muy importante. Y m¨¢s en la ¨¦poca de la "democratizaci¨®n de la tipograf¨ªa", en la que la tecnolog¨ªa permite hacer cualquier cosa, y con frecuencia sale cualquier cosa.

Las memorias profesionales de Sousa comienzan con la formaci¨®n en los salesianos de Sevilla, pasan por la mili (donde un azar convirti¨® al tip¨®grafo en top¨®grafo), y desembarcan en 1957 como corrector en la editorial Bruguera. Luego los recuerdos recogen la incorporaci¨®n a La Vanguardia, y por fin un dilatado periodo en Labor -esa gran editorial que no pudo ser-.

Recorre estas memorias la valoraci¨®n de las personas que reg¨ªan las editoriales: los verdaderos profesionales... o quienes se enriquecieron destruyendo empresas. En un panorama editorial sembrado de cad¨¢veres (incluidos algunos muertos vivientes) alegra este se?alamiento de responsabilidades, con nombres y apellidos.

La segunda mitad de la obra es un recorrido por los libros escritos y sus circunstancias: motivos, plazos, contratos, erratas, cubiertas, ventas, promesas, reediciones y cambios de editorial. Como Alonso V¨ªctor de Paredes, el impresor del siglo XVII que se vio impelido a escribir un tratado, Sousa ha escrito los libros que ¨¦l mismo (y por tanto otros colegas) necesitaban, y al hacerlo ha prestado un servicio excepcional a la causa de la lengua espa?ola y de la comunicaci¨®n textual. Sus obras, cuidadas y ampliadas edici¨®n tras edici¨®n, y provistas de unos ¨ªndices ejemplares, son un arma fundamental para cualquier persona que escriba, y m¨¢s en estos tiempos en que hay editoriales que consideran que un disquete del autor ya constituye un libro, listo para tirar.