Un d¨ªa salvaje
El Liberty destroza al pelot¨®n y Heras se viste de l¨ªder en la cima de Valdelinares
Hay una f¨®rmula infalible para que un espa?ol vuelva a ganar el Tour y para que la Vuelta d¨¦ m¨²sculo y aire global a su palmar¨¦s y toda la Iberia ciclista disfrute de lo lindo. Bastar¨¢ para ello, y a la conclusi¨®n se llega despu¨¦s de interpretar libremente, la ¨²ltima teor¨ªa avanzada por Manolo Saiz, con que la ronda espa?ola pase a disputarse en julio y que el Tour ocupara en septiembre el puesto de broche de oro de la temporada.
No es broma.
Preguntado por la diferencia de las prestaciones de Roberto Heras, mediocres en el Tour, la carrera con la que todos sue?an, extraordinarias en la Vuelta, el director del Liberty respond¨ªa: "Hay quien vale para julio y quien vale para septiembre".
Nada, que pongan la Vuelta en julio, que pongan el Tour en septiembre, y que de paso, para cuidar todos los detalles, que Leblanc y herederos dise?en las etapas reinas del nuevo Tour al sur de los Pirineos, que, por ejemplo, sustituyan Alpe d'Huez, por, es un decir, la subida a Valdelinares. As¨ª, Roberto Heras, que no encuentra respuesta a sus dudas, hallar¨¢, al menos, el confort de m¨¢s victorias.
"Mi cuerpo no puede estar en el Tour al nivel que est¨¢ ahora", dijo Heras despu¨¦s de dejar boquiabierto a medio mundo, admirado al otro medio, y deprimido, reventado y abandonado a todo el pelot¨®n con s¨®lo tres kil¨®metros m¨¢gicos, y no los 3.000 metros m¨¢s duros precisamente de la no extremadamente exigente ascensi¨®n a la estaci¨®n de esqu¨ª favorita de turolenses y valencianos. "No encuentro una respuesta a este misterio", a?adi¨® Heras, de 31 a?os, quien, sin embargo, en su primera juventud, en sus primeros tres Tours, qued¨® sucesivamente quinto -entonces enamor¨® a Armstrong, quien lo fich¨® para neutralizarlo-, 15? y noveno. "Intentar¨¦ buscarla este invierno".
Durante tres kil¨®metros Heras fue Armstrong, fue m¨¢s, fue todo. Si hasta Johan Bruyneel, que lo tuvo en el US Postal, dijo que hab¨ªa visto al Heras m¨¢s fuerte de su vida. Y Bruyneel se acordaba perfectamente de que un Heras, evidentemente no tan fuerte, le hab¨ªa hecho doblar la rodilla al yanqui en la Joux Plane del Tour de 2000. Ayer no estaba Armstrong, quien, joven jubilado, pedalea con Bush en Tejas, pero ayer, por ejemplo, a Mancebo, a quien no le subieron las pulsaciones m¨¢s all¨¢ de 182 por minuto, una miseria, Heras, primero, lo envi¨® contra unas zarzas, despu¨¦s le envi¨® a visitar regiones de dolor que ni Paquito, el hombre sufriente, ni siquiera conoc¨ªa, y por ¨²ltimo le dej¨® clavado. Y si Mancebo era el objetivo m¨¢s f¨¢cil, m¨¢s claro, del bejarano, para Denis Menchov, para el esbelto galgo ruso que gan¨® el pr¨®logo de Granada, ten¨ªa reservado Heras un tratamiento VIP, el que merec¨ªa. Cuando Menchov se sent¨ªa feliz de por lo menos aguantar a su rueda, a poco m¨¢s de un kil¨®metro para la meta, en el falso llano, Heras, que siempre fue delante, se incorpor¨® un poco, baj¨® un pi?¨®n y arranc¨® como si hubiera enchufado un turbo a su BH. Dej¨® estupefacto a Menchov, el joven que duda, le envi¨® directamente, como si fuera una maleta verde, al sill¨®n del doctor Freud para el resto del a?o, por lo menos. Nadie pudo resistir al Heras desenfrenado que culmin¨® solo un d¨ªa salvaje de ciclismo. Que conden¨® al resto a releer por cuarta vez una novela que nunca les hab¨ªa gustado, casi ni la primera vez que la abrieron.
Porque Heras actu¨® as¨ª en los ¨²ltimos tres kil¨®metros; pero antes su equipo -Baranowski, Vicioso, Beloki, Serrano, Scarponi- hab¨ªa hecho de Discovery, hab¨ªa agarrado al pelot¨®n al pie del puerto, lo hab¨ªa colocado en fila india, lo hab¨ªa estrujado, diezmado, machacado, lo hab¨ªa dejado reducido a media docena de dolientes perseguidores. Pero no s¨®lo eso. La etapa fue salvaje porque antes, en los primeros 100 de los m¨¢s de 200 kil¨®metros del d¨ªa, en la sierra de Albarrac¨ªn, el pelot¨®n fue en realidad una pandilla de locos lanzados a 50 por hora, organizando abanicos, azuzados desde los coches al ataque, al ataque, como si pensaran que las fuerzas son un pozo sin fondo en el que todos los d¨ªas se puede encontrar agua. "Ha sido de p¨¢nico", dijo Horrillo, un tipo duro, superviviente de Par¨ªs-Roubaix, entre otras cosas. "Ha sido el d¨ªa en que m¨¢s he sufrido de mi carrera", dijo Tom Boonen, que hasta ha ganado la Par¨ªs-Roubaix.
Fue el d¨ªa del octavo triunfo en un final en alto de la Vuelta de Roberto Heras, el hombre que no sabe por qu¨¦ no anda en julio pero que en septiembre vuela.
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