R¨ªos y facturas
Vaya d¨ªa, si no estuviese ya acostumbrado, hubiese pensado que ayer se acababa el mundo. La gente atacaba y atacaba sin medida, y sin pensar que ayer, jueves, no est¨¢bamos m¨¢s que en la mitad de la primera semana de la Vuelta. Pues anda que no es esto largo.
Un mensaje para los que vieron la carrera por televisi¨®n: os perdisteis lo mejor, os lo aseguro. Ayer fue uno de esos d¨ªas en los que la retransmisi¨®n no puede hacer justicia a lo ocurrido. Limitaciones del medio. La carrera sali¨® desbocada, y se fueron sucediendo diferentes situaciones en las primeras tres horas que hicieron que el ritmo nunca decayese y que la guerra fuese continua. Yo creo que hubo tregua al paso por Teruel porque hasta entonces ya hab¨ªa pasado de todo, as¨ª que, por no repetirse en exceso, lo mejor era ir tranquilos hasta las subidas finales y disputar entonces la etapa como una llegada cualquiera de monta?a, como si nada hubiese pasado antes.
En ese viaje de Sierra en Sierra (atravesamos la Serran¨ªa de Cuenca, la Sierra de Albarrac¨ªn y la Sierra de Gudar, todas ellas en los Montes Universales) pasamos a velocidad de v¨¦rtigo por las fuentes del r¨ªo Tajo. Al ver el cartel pens¨¦ lo lejos que quedaba Lisboa, el punto donde el r¨ªo desemboca en el Atl¨¢ntico. En l¨ªnea recta no lo s¨¦, y por carretera tampoco, pero el cauce del r¨ªo son ni m¨¢s ni menos que 1.120 kil¨®metros, ah¨ª es nada.
Pues para que se hagan una idea de lo largo que es esto, nosotros recorreremos en estas tres semanas tres veces esa distancia. Es decir, que si nos pusieran una carretera al lado del cauce del r¨ªo (pasando por la Alcarria, Aranjuez, Toledo, Talavera de la Reina, y atravesando Portugal de Este a Oeste) tendr¨ªamos tiempo para ir desde las fuentes hasta Lisboa, volver, y repetir el camino de ida. ?Es o no esto largo?
Solo que nosotros, al contrario del r¨ªo, que se va haciendo cada vez m¨¢s grande y fuerte a medida que van pasando los kil¨®metros y se le van uniendo afluentes, vamos perdiendo unidades d¨ªa a d¨ªa (desconozco el dato, pero ayer perdimos unos cuantos, seguro). El r¨ªo empieza t¨ªmido, luego se pone a crecer y a precipitarse con fuerza por grandes desniveles, y al final, ya consagrado, alcanza una etapa tranquila y reposada que termina en el oc¨¦ano. Nosotros empezamos orgullosos y altivos, venimos a comernos el mundo. Somos doscientos, el pastel no llega para todos, pero eso no importa, para m¨ª ya llegar¨¢, te dices. Pero el d¨ªa a d¨ªa va pasando factura, y algunos, insolventes, no pueden hacer frente a las deudas y tienen que optar por el ingrato abandono. Encontrar¨¢n la tranquilidad, supongo, pero eso ya en casa.
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