Serbia se atasca en Madrid
Los balc¨¢nicos, a los que no recibi¨® en Barajas ning¨²n representantede la federaci¨®n, tardan m¨¢s de un hora en sortear las obras y llegar al hotel
Caos. Desorden. Desorganizaci¨®n. La selecci¨®n de Serbia lleg¨® a Madrid sin saber lo que le esperaba. No hab¨ªa ning¨²n representante de la federaci¨®n espa?ola en el aeropuerto de Barajas. Nadie sab¨ªa d¨®nde estaban los autobuses que deb¨ªan llevarla al hotel. Y, en medio de los gritos de los utilleros -"?Sabo, Sabo!", le dec¨ªan a Milosevic, de Osasuna, el ¨²nico jugador que habla castellano-, todos miraban a la int¨¦rprete, desesperada, para que subsanara el entuerto.Finalmente, los 166 miembros de la expedici¨®n, entre los jugadores del primer equipo y del sub 21, los directivos y los periodistas, se repartieron en tres autocares. Todo solucionado. O no.
El convoy, formado por el autob¨²s de los jugadores y los dos Mercedes de los directivos, tard¨® m¨¢s de una hora en sortear las obras de la M-30 pese a ir acompa?ado por una furgoneta de la polic¨ªa. Al cabo, los serbios llegaron a su hotel, todos vestidos de azul y cargando sus propias maletas Louis Vouitton. Y volvi¨® a ser el momento de Milosevic, que contestaba preguntas mientras Kezman, del Atl¨¦tico, con aire despistado, saludaba efusivamente a un compa?ero con el que acababa de compartir varias horas de avi¨®n. "No venimos a poner el autob¨²s", dijo Milosevic. "Hist¨®ricamente, no sabemos defendernos. Aunque queramos, no podemos", explic¨® junto a Dragutinovic, fichado por el Sevilla.
Nada m¨¢s lejos de la realidad. "Serbia es un bloque muy s¨®lido defensivamente", explica Radomir Antic, ex entrenador serbio del Madrid, el Atl¨¦tico y el Bar?a, entre otros. "No les gusta llevar el peso de la creaci¨®n ni dominar el juego. Son muy ordenados y seguros en el juego a¨¦reo. Por eso no han recibido ning¨²n gol", a?ade. Kezman y Milosevic son las caras m¨¢s conocidas. Ya no est¨¢n Mijatovic, Mihailovic o Savicevic, que tambi¨¦n ha venido a Madrid transformado en barrigudo directivo. "No hay crisis generacional", rebate Antic; "pero es m¨¢s dif¨ªcil sacar jugadores porque [desde la guerra, en 1992] nos hemos quedado en la s¨¦ptima parte del pa¨ªs".
El presente de Serbia, con dos puntos de ventaja sobre Espa?a, es poco halag¨¹e?o: no se ha clasificado para ning¨²na gran competici¨®n desde el Mundial de Francia 98. Desde que el Estrella Roja gan¨® la Copa de Europa, en 1991, el mayor ¨¦xito de un equipo serbio ha sido llegar a la cuarta ronda de la Copa de la UEFA, como el Partiz¨¢n el curso pasado. La Liga, sumida en una crisis econ¨®mica, ha vivido episodios de terror: Branco Bulatovic, secretario general de la federaci¨®n, fue asesinado en las calles de Belgrado por la mafia. Arkan, nacionalista serbio y asesino confeso en el conflicto b¨¦lico, llev¨® al Obilic de Segunda a campe¨®n de Primero. Tambi¨¦n fue asesinado. Ni siquiera Ilija Petkovic, el seleccionador, rehuye la palabra crisis: "En 2003 perdimos a todas nuestras estrellas. Tratamos de sustituirlas con trabajo. De otra forma no era posible", dice precavido; "no estamos en posici¨®n de amenazar a los espa?oles".
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