La tormenta se abate sobre el sector el¨¦ctrico
La OPA hostil de Gas Natural (y La Caixa) sobre Endesa, desata la pol¨¦mica pol¨ªtica y financiera
El lunes pasado, con la OPA de Gas Natural sobre Endesa al cabo de la calle y las cotizaciones de las dos empresas suspendidas, el presidente de La Caixa, Ricard Fornesa -principal accionista de la gasista-, levant¨® el tel¨¦fono y llam¨® al de la el¨¦ctrica, Manuel Pizarro, con la intenci¨®n de quedar para cenar. Acababa de estallar, en pleno arranque del curso pol¨ªtico, la operaci¨®n en la que la compa?¨ªa de gas trataba de comprar la mayor el¨¦ctrica espa?ola que pon¨ªa patas arriba el sector energ¨¦tico y que estaba levantando ampollas.
Autom¨¢ticamente, en la cabeza de Pizarro se reprodujo la imagen de la cena, unos meses antes, en la que Fornesa invit¨® a Alfonso Cortina a abandonar la presidencia de Repsol, en cuyo accionariado la caja se hab¨ªa hecho preponderante y tomado el control. Pizarro declin¨® la sugerencia con esa educaci¨®n y savoir faire que le caracteriza, pese a la insistencia de Isidre Fain¨¦, n¨²mero dos de La Caixa, a quien Fornesa le hab¨ªa pasado el tel¨¦fono.
Fornesa no logr¨® convencer ni a Pizarro ni a Blesa, que iniciaron entonces la defensa
El PSOE desbanc¨® al PP del Gobierno y La Caixa vio allanado el camino para sus planes
El relevo en la Comisi¨®n de la Energ¨ªa aconsejaba esperar para lanzar la OPA
De todos los pasos se inform¨® puntualmente a las m¨¢ximas instancias del Gobierno
Fornesa no se dio por vencido. Telefone¨® a Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid, entidad que el pasado junio elev¨® su participaci¨®n en Endesa hasta el 9% para convertirse en el principal accionista. La caja madrile?a, con el respaldo pol¨ªtico de la Comunidad de Madrid, quer¨ªa hacerse fuerte en la el¨¦ctrica y plantar cara a los planes en el sector energ¨¦tico de la caja catalana. As¨ª que Blesa guard¨® silencio "hasta estudiar la operaci¨®n", lo que era una forma de despejar a c¨®rner la invitaci¨®n de La Caixa a sumarse a la OPA.
En cualquier caso, los planes de la caja catalana ya se hab¨ªan visto trastocados. Estaba previsto que la oferta se diera a conocer al cierre del mercado de ese lunes, pero unos movimientos sospechosos de acciones de la el¨¦ctrica en la Bolsa, precipitaron los acontecimientos. Fornesa no logr¨® convencer ni a Pizarro ni a Blesa, que iniciaron entonces la defensa. ?stos se cruzaron llamadas y encendieron el piloto de emergencia. Descolgaron el m¨®vil para recabar la opini¨®n del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Convocaron a sus asesores jur¨ªdicos para armar el enroque contra una OPA que consideraron "hostil e insuficiente". Y, todos a una, decidieron que no estaban dispuestos "a entregar Endesa a los catalanes", seg¨²n una fuente cercana a la empresa.
Los contendientes saltaron al cuadril¨¢tero de sopet¨®n con muchos segundos a su alrededor. A un lado, Gas Natural, con La Caixa, Repsol (accionistas de la gasista) e Iberdrola, como inesperado asistente de lujo. Al otro, Endesa, con Caja Madrid, el Gobierno de Esperanza Aguirre y el propio PP, que asumieron las tesis de la el¨¦ctrica.
Como jueces, la Comisi¨®n Nacional de la Energ¨ªa (CNE), el Tribunal de Defensa de la Competencia (TDC) y, en ¨²ltima instancia, el Gobierno, que es el que en definitiva debe aprobar la OPA. De auxiliares, bancos de inversi¨®n y despachos de abogados. Y en primera fila, competidores espa?oles y extranjeros, la SEPI, fondos de inversi¨®n, representantes de partidos pol¨ªticos y de las comunidades aut¨®nomas. De nuevo, una pelea empresarial se convert¨ªa en centro de un combate pol¨ªtico con un desenlace impredecible.
Pero el origen de la refriega hay que buscarlo mucho antes. En realidad, comenz¨® tras la OPA frustrada de Gas Natural sobre Iberdrola en marzo de 2003. A aquella oferta se opuso Repsol, uno de los socios importantes de Gas Natural, que adem¨¢s vio c¨®mo su hombre en la empresa (Jos¨¦ Luis L¨®pez de Silanes) contrariaba sus designios y desequilibraba el voto a favor del otro socio, La Caixa. Tampoco el Gobierno, que no hab¨ªa sido informado, la respald¨®.
El desencuentro entre La Caixa y Repsol fue el principio de una crisis larvada desde mucho antes. Como consecuencia, La Caixa se propuso tomar el control de la petrolera, aunque en esos momentos ten¨ªa en contra al Gobierno del PP y, en particular, al ministro de Econom¨ªa, Rodrigo Rato, quien oblig¨® a Gas Natural, presidida entonces por Antoni Brufau, a retirar la oferta lanzada a Iberdrola.
Lo que pas¨® despu¨¦s vino como a pedir de boca de La Caixa. El PSOE desbanc¨® al PP del Gobierno y la entidad catalana vio el camino allanado para sus planes. Hab¨ªa aprendido del fracaso de la OPA sobre Iberdrola que "era necesario hablar con el Gobierno" y, esta vez s¨ª, puso al corriente al nuevo Ejecutivo socialista de su doble intenci¨®n de sustituir a Alfonso Cortina de la presidencia de Repsol y de crear un grupo energ¨¦tico integrando Endesa en Gas Natural.
Opt¨® por Endesa en lugar de Iberdrola porque presentaba m¨¢s debilidades (alto endeudamiento, unos 18.000 millones de euros, falta de inversi¨®n interna y desavenencias en la c¨²pula) y porque ten¨ªa el 5% del capital. A eso hay que a?adir que se trata de una empresa privatizada cuyo presidente hab¨ªa sido nombrado por el PP. La operaci¨®n cont¨® con el benepl¨¢cito del nuevo Gobierno, que vio con buenos ojos, adem¨¢s de la creaci¨®n de un gran grupo, que, de paso, pudiera sustituir a Manuel Pizarro en la presidencia, al que se le atribuye, adem¨¢s, mucha influencia en la designaci¨®n de otros presidentes de ex sociedades estatales.
"En Moncloa consideran que Pizarro ha sido muy beligerante con el Gobierno en muchos frentes, como la reforma del sector el¨¦ctrico y los planes del carb¨®n, que ha propiciado la toma del control del PP en Endesa y, para rematar, ha ninguneado a la SEPI, segundo accionista de la el¨¦ctrica con casi el 3%, en todas las decisiones adoptadas", analiza una fuente pol¨ªtica, que a?ade que el martes "no se inform¨® al holding estatal de que hab¨ªa reuni¨®n del consejo ni se le pidi¨® opini¨®n".
El proyecto de Repsol sigui¨® su curso y cristaliz¨® en octubre de 2004 con la sustituci¨®n de Cortina por Brufau. Para entonces se hab¨ªan iniciado ya los contactos entre Fornesa y Pizarro para sondear la integraci¨®n energ¨¦tica. "Esa circunstancia demostr¨® que la conversaci¨®n fue un error, La Caixa pec¨® de inexperiencia al desvelar sus intenciones a Endesa", reconoce una fuente cercana a la gasista. Pizarro propuso que hablaran los t¨¦cnicos, lo que ven¨ªa a ser como enterrar el proyecto.
Para Pizarro era preferente centrarse en el saneamiento de una empresa muy tocada por la crisis latinoamericana y rechaz¨® hablar de cualquier posibilidad de hacer un acuerdo amistoso. La Caixa recogi¨® velas, aunque no abandon¨® el proyecto. Qued¨® el camino libre para pensar una buena estrategia. Sin prisa, pero sin pausa. "De hecho, desde aquel momento en Endesa nunca se vivi¨® tranquilo", asegura una fuente sectorial. "En todo lo que se ha hecho en estos a?os, se ha tenido presente la posibilidad de que llegase una oferta hostil, de fuera o de dentro; pero siempre se miraba de reojo, aunque no lo dijeran, a Barcelona".
Los temores de Endesa estaban m¨¢s que fundados. El asedio sordo al que le somet¨ªa el d¨²o La Caixa-Gas Natural era real. Los t¨¦cnicos volvieron a examinar el mercado al completo, incluida Iberdrola, y ratificaron su inter¨¦s por Endesa. Pero el aterrizaje de Brufau -encargado tambi¨¦n del desembarco en Endesa- en Repsol, por un lado, y la convulsi¨®n que viv¨ªa el pa¨ªs por el intento de Sacyr de controlar el BBVA y sustituir a Francisco Gonz¨¢lez (tambi¨¦n elevado por el PP a la presidencia de la entidad), por otro, recomendaba retrasar la operaci¨®n.
Otra circunstancia aconsejaba esperar el relevo en la CNE, lo que supon¨ªa cambiar la mayor¨ªa de derechas por otra de izquierdas en el consejo del organismo. El cambio se produjo a principios de junio con Maite Costa en lugar de Pedro Mero?o, bajo cuya presidencia la CNE tumb¨® las fusiones anteriores.Por otro lado, el Libro Blanco de la generaci¨®n el¨¦ctrica, que se encontraba en proceso de promulgaci¨®n, empujaba a acelerar todos los tr¨¢mites.
Se presentaba un verano vertiginoso. Los bancos de inversi¨®n contratados (Goldman Sachs y UBS), que ya ten¨ªan pr¨¢cticamente cerrado el dise?o de la operaci¨®n con la sorpresa de la participaci¨®n de Iberdrola, imprimieron un fuerte ritmo. De todos estos pasos se inform¨® puntualmente a las m¨¢ximas instancias del Gobierno, cuyo equipo econ¨®mico se reuni¨®n para analizar minuciosamente la operaci¨®n y dar su opini¨®n.
Todo estaba listo. Bajo el sigilo de agosto se cerraron los flecos y se dej¨® ultimado para primeros de septiembre. As¨ª se hizo. Al poco tiempo comenz¨® el griter¨ªo, con mucha m¨¢s carga pol¨ªtica que empresarial. Endesa, cuyo consejo, al que no acudi¨® el presidente de la Confederaci¨®n de Cajas de Ahorros, Juan Ram¨®n Quint¨¢s, al estar enfrentadas las dos primeras, acord¨® tomar medidas legales contra la operaci¨®n, que consideran atenta a la competencia y que valora la empresa "muy por debajo" de lo que vale. Gas ofrece 22.500 millones, una prima del 2,61% sobre la ¨²ltima cotizaci¨®n y del 19% sobre los ¨²ltimos seis meses.
Tras el consejo, Pizarro, arropado por sus mentores, se parapet¨®. Contrat¨® los servicios de Deutsche Bank, JP Morgan, Citigroup, Lehmans Brothers y el bufete Clifford Chance. La reacci¨®n tan r¨¢pida fue tachada de "visceral" por parte de alguno de sus adversarios, para los que, sin embargo, trabajan, adem¨¢s de Goldman y UBS, Soci¨¦t¨¦ Generale y los bufetes Freshfields Bruckhaus Deringer, Allen & Overy y Jones Day.
En medio de toda la tormenta, el martes se conoci¨® que Pizarro compr¨® 50.000 acciones de Endesa. Pizarro, que hizo la operaci¨®n con transparencia, anunci¨® que denunciar¨¢ a quien le acuse de actuar ilegalmente. En el entorno de Pizarro, que el viernes manifest¨® que "luchar¨ªa con u?as y dientes", se tiene confianza en ganar la batalla, entre otras cosas "porque es una concertaci¨®n entre dos empresas que no tiene pase ante Competencia, los organismos reguladores no van a permitir la operaci¨®n" y "porque no es l¨ªcito un pacto previo". Apuntan que en Espa?a nunca ha triunfado una OPA hostil y aseguran que el proceso va a ser largo, "se ir¨¢ cociendo y caer¨¢ por su propio peso".
En cambio, fuentes de La Caixa creen que "la operaci¨®n es la que conviene al sector y a las empresas" y que "el paso del tiempo lo que va a servir es para reblandecer a la oposici¨®n, pudi¨¦ndose alcanzar un acuerdo". Fiel a su estilo, en La Caixa piensan que Pizarro podr¨ªa tener una salida digna con un cargo en el futuro grupo, como Cortina en Repsol.
El PP desat¨® el ataque, encabezado por su l¨ªder, Mariano Rajoy, a quien le sent¨® muy mal que el presidente Zapatero no le dijera ni una palabra del asunto cuando se entrevist¨® con ¨¦l en La Moncloa el lunes. El PP acusa al Gobierno de ponerse en manos del tripartito catal¨¢n y de entregar Endesa "al sector p¨²blico auton¨®mico".
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, "para quien este asunto es un casus belli, como el trasvase del Ebro para Marcelino Iglesias, presidente de Arag¨®n" (en palabras de una persona muy cercana), ha ido m¨¢s all¨¢ y ha encargado al presidente de su Tribunal de la Competencia, Carlos Bustelo (dimiti¨® de la presidencia de la Comisi¨®n de Telecomunicaciones tras calificar de "destierro" el traslado a Barcelona), un informe sobre el impacto en Madrid, donde Endesa no tiene mercado. Con el PP han cerrado filas todas las comunidades en las que gobierna. En las socialistas ha habido opiniones para todos los gustos, pero insistiendo en que los reguladores no perjudiquen a otras empresas.
La reacci¨®n del PP, a la que Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, portavoz socialista en el Congreso, llam¨® "provincianismo", responde, seg¨²n fuentes del PSOE, a que "quieren salvar a Pizarro como sea". A?aden: "No se puede entender que los que apelan a la unidad de Espa?a, rechazan que una empresa catalana compre otra de Madrid. Dicen que aumenta el poder catal¨¢n, pero ?qu¨¦ quieren?, ?que vaya a Alemania?". Para estas fuentes, "la integraci¨®n aumenta la competencia entre el gas y la electricidad, y deja la puerta abierta a otros operadores. Dar¨¢ lugar a dos grupos iguales con una diversificaci¨®n parecida, acabando adem¨¢s con el monopolio que ahora existe en gas". Otras fuentes se preguntan por qu¨¦ bajo el PP no se pod¨ªan hacer este tipo de operaciones. "?Acaso se cercenaba la iniciativa empresarial?", rese?an en alusi¨®n a los intentos de Gas Natural.
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