Las nuevas profesiones
Las maratonianas jornadas laborales han creado un sorprendente mercado. Gente dispuesta a pagar para que otros les solucionen recados, gestiones o compras a los que no pueden o no quieren dedicar su tiempo libre. 'Shoppers' personales o paseadores de perros son algunos de estos servicios.
Cada vez m¨¢s surgen nuevos oficios que contribuyen a hacer m¨¢s llevaderos los horarios laborales maratonianos y a ganar algo m¨¢s de tiempo libre. Socialmente se considera que cuanto m¨¢s tiempo de ocio tiene una persona, m¨¢s alto es su nivel de calidad de vida y bienestar social. No obstante, la falta de tiempo y las prisas han convertido la vida cotidiana de muchas personas en una continua carrera contra el reloj.
Ante la necesidad de ajustar, en un apretado horario, jornada laboral, gestiones particulares, compras..., muchas personas, resignadas al ritmo endiablado que les impone su actividad diaria, se ven obligadas a buscar soluciones con las que paliar la escasez de tiempo libre. Como consecuencia de ello est¨¢n apareciendo un conjunto de nuevas profesiones que vienen a dar respuestas a aquellos que no disponen de ese tiempo o que, disponiendo de ¨¦l, prefieren emplearlo en otras actividades.
Servicios que en muchos casos est¨¢n reservados a personas con importantes recursos econ¨®micos. Estos nuevos oficios son fruto de la imaginaci¨®n empresarial de aquellos que han constatado que hay una masa cr¨ªtica de personas de clase social alta que carecen de tiempo y disponen de dinero. La oferta y la demanda de nuevo en acci¨®n est¨¢n dando lugar a nuevas formas de prosperar. Y no son pocos los que est¨¢n apostando por ellos en Espa?a y en muchos otros pa¨ªses.
'Shopper'. ?No sabe usted qu¨¦ ponerse para salir esta noche a cenar, o para ir a la fiesta de compromiso? ?Quiz¨¢ duda sobre cu¨¢l debe ser su aspecto en el concierto? No sufra m¨¢s y pida la ayuda de un shopper (del ingl¨¦s, "el que est¨¢ o va a la tienda") quien se encargar¨¢ de hacerle una propuesta a medida y le asesorar¨¢n sobre su imagen, ropa y complementos. Es m¨¢s, le tomar¨¢ las medidas y se encargar¨¢ de comprarle lo que usted necesita o, si lo prefiere, le acompa?ar¨¢ mientras vaya de compras y le ir¨¢ sugiriendo el color que m¨¢s le favorece, la fragancia que m¨¢s le encaja, el peinado m¨¢s adecuado, el estilo ¨®ptimo o el maquillaje que le sacar¨¢ mayor partido a sus facciones.
Servicios a domicilio. Todo en casa: desde el abogado y el psic¨®logo, si los necesita, hasta la oferta de la agencia de viajes, el coche de alquiler, la comida, los DVD y los libros, sus fotos reveladas, la compra del supermercado, el masaje en la espalda o el estilista que proceda. Lo que sea, usted pida. Ya existen empresas en Espa?a que, a trav¨¦s de Internet y con servicio de soporte telef¨®nico atienden las m¨¢s variopintas demandas de aquellos que no pueden o quieren moverse de casa y necesitan que el producto o el servicio les sea librado a domicilio. Empezamos con las pizzas y hemos llegado al psicoterapeuta. Curiosa evoluci¨®n.
'Concierge' o asistente personal. Un concierge viene a ser un asistente personal que realiza gestiones, hace recados, soluciona problemas y procura que su cliente pueda disponer del mayor tiempo libre que le sea posible. Algunas empresas de concierges presentan sus servicios de manera muy gr¨¢fica e ilustrativa: "De la misma forma que contrata una canguro para poder ir al cine o al teatro, contrate nuestros servicios para disfrutar de todo su tiempo libre". De eso se trata y el l¨ªmite de la ayuda que requiere el cliente est¨¢ en su imaginaci¨®n o en el tama?o del problema que necesite resolver: desde buscar, visitar y seleccionar pisos de venta o alquiler, buscar escuelas o guarder¨ªas, gesti¨®n de lavander¨ªa y tintorer¨ªa, control de obras de su piso -alba?il, lampista...-, cuidado de mascotas o archivo de documentos, hasta buscar regalos, llevar el coche al mec¨¢nico o a pasar la ITV.
Paseador de perros. Aunque en Espa?a a¨²n se haga extra?o, en determinados pa¨ªses es frecuente ver grupos de hasta veinte perros de distintas razas y tama?os conducidos con paciencia, cari?o y maestr¨ªa por un ¨²nico due?o: el paseador de perros. Y aunque la mayor¨ªa de los que ejercen este oficio no viven s¨®lo de ¨¦l, hay algunas empresas especializadas que han experimentado un fuerte crecimiento, sobre todo en las grandes urbes metropolitanas como Nueva York. Los paseos pueden durar entre una y dos horas y el paseador se adapta a las demandas del cliente: dos paseos a la semana, tres, todos los d¨ªas?, lo que el perro necesite y el bolsillo pueda asumir.
El 'conseguidor'. Este es un servicio que hace gala al dicho circense del "?m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa!". Hace unos cuantos a?os, Jos¨¦ Mar¨ªa ??igo cre¨® en su programa de televisi¨®n la figura del conseguidor. Era un tipo muy llamativo y simp¨¢tico cuya funci¨®n era satisfacer el deseo m¨¢s ins¨®lito del concursante del programa del conocido presentador. Las peticiones a veces pod¨ªan ser surrealistas, kafkianas, realmente dif¨ªciles de conseguir? pero el conseguidor, inasequible al desaliento, acababa encontrando el objeto o persona anhelado por el concursante. Pues bien, ahora ha vuelto, pero pagando. ?C¨®mo funciona? Muy simple: formule usted un deseo, por complejo que sea. Por ejemplo: quisiera cenar con mi pareja en medio de un prado plagado de amapolas, a la sombra de un roble centenario. Llegaremos al roble subidos a un coche de los a?os veinte y vestidos de ¨¦poca. Nos esperar¨¢ un cuarteto de cuerda, comeremos en vajilla de porcelana de Limoges de principios del siglo pasado. ?Ah! y las sillas que sean del siglo XIX, de caoba y tapizadas en tela adamascada color burdeos... ?Hecho!, ya existen empresas que satisfacen deseos cuya complejidad puede no conocer l¨ªmites y que al lado del ejemplo expuesto son una banalidad.
Pero? ?Y entonces? ?D¨®nde queda el placer de pasear al propio perro, de hacer las propias compras, de cocinar el propio plato, de lidiar con ese alba?il que nunca acaba de alicatar el ba?o?? Afortunadamente hay gustos y bolsillos para todos los servicios.
?lex Rovira es profesor de ESADE, conferenciante y escritor.
Los chicos de los recados
Diego, un joven puertorrique?o de 22 a?os, pasea a 12 canes en paralelo por el Central Park de Nueva York, correa en mano, bien amarrados para que ninguno se le escape y le caiga una demanda por da?os y perjuicios.
Se cruza con Bill, que, a sus 39 a?os, va a la carrera, resoplando y congestionado, hacia el hogar de un alto ejecutivo para el que trabaja como concierge, a recuperar un documento de trabajo importante que el directivo ha olvidado en la mesa del comedor.A la vez, un par de elegant¨ªsimas damas salen de Tiffany's llevando bolsas con las principales marcas de los comercios m¨¢s exclusivos de la ciudad. Pero no son para ellas, se trata de dos shoppers, socias de una empresa que sirve a la flor y nata empresarial de la zona.
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