Cristalina vanguardia
Tras un recorrido triunfal por media docena de museos estadounidenses y tras ser exhibida asimismo en el Museo de Artes Decorativas de Lisboa, se presenta ahora en la instituci¨®n propietaria de la colecci¨®n una de las muestras m¨¢s hermosas e interesantes que hoy se puedan organizar con el tema del arte contempor¨¢neo internacional: la del uso del cristal por parte de los mejores artistas cetroeuropeos de fines del XIX y de la vanguardia hist¨®rica.
Para que el lector no avisado
CRISTAL DE VANGUARDIA. DE LA SECESI?N VIENESA A LA BAUHAUS
Museo Nacional de Artes Decorativas
Montalb¨¢n, 21. Madrid
Hasta marzo de 2006
comprenda el extra?o suceso de que nuestro estupendo y, por lo general, oficialmente descuidado Museo Nacional de Artes Decorativas atesore esta estupenda colecci¨®n de cristales de nuestra ¨¦poca, provenientes de latitudes diferentes, hay que remontarse, primero, a la adquisici¨®n, hace un lustro, de la colecci¨®n privada de Torsten Br?han, una parte de la cual ya fue exhibida mediante una exposici¨®n temporal, a guisa de presentaci¨®n selectiva, en 2000, con el t¨ªtulo de Dise?o de vanguardia 1880-1940, cuyo enunciado ya nos advert¨ªa que el contenido abarcaba m¨²ltiples facetas del dise?o industrial contempor¨¢neo, una de cuyas partes era el cristal. Entonces se pudieron admirar una docena de piezas de cristal, pero con lo que nos enfrentamos ahora es ni m¨¢s ni menos que con 222 obras, la mayor parte de las cuales de una extraordinaria calidad.
Semejante bagaje ocupa pr¨¢cticamente toda la planta de acceso del museo y da origen a siete cap¨ªtulos diferentes, que agrupan con orden el recorrido de este soberbio conjunto. Antes de meternos con el contenido de lo ahora mostrado, hay que tener en cuenta, al menos, tres factores que facilitan la comprensi¨®n del fen¨®meno analizado en esta singular exposici¨®n. El primero de ellos se refiere a la importancia creciente que se le concede al dise?o industrial y la artesan¨ªa en nuestra ¨¦poca, desde Arts and Crafts hasta la Bauhaus; el segundo, nos recuerda que el cristal y el hierro son los materiales verticiales del movimiento moderno en la construcci¨®n y el dise?o; el tercero, el espec¨ªfico inter¨¦s por el tema por parte de los artistas de los imperios austro-h¨²ngaro y alem¨¢n. A ello habr¨ªa que a?adir, en relaci¨®n con el primero de estos dos imperios, la tradici¨®n c¨¦lebre del llamado cristal de Bohemia. A partir de esta confluencia de elementos de la tradici¨®n y la modernidad es como se atan los hilos que explican la riqueza deslumbrante de la colecci¨®n que estamos comentando.
En un plano m¨¢s concret o,
es ciertamente dif¨ªcil ni tan siquiera descender a la casu¨ªstica que ampara los episodios m¨¢s sobresalientes de este trozo de historia, como ya se colige a trav¨¦s de los cap¨ªtulos que ordenan el recorrido de la muestra, que responden a los siguientes enunciados: Estilo 1900; Secesi¨®n vienesa; Obra tard¨ªa de la Wiener Werkst?te; Ornamento de vanguardia; Nuevo grabado; Dise?o para la industria, y Objetos de cristal. A trav¨¦s de ellos se puede adivinar algunas resonancias de su muy significativo trasfondo, desde la Viena art¨ªstica fin-de-si¨¨cle, con su soberbia lista de arquitectos, hasta el paso del modernismo al art d¨¦co y, por supuesto, la pura vanguardia hist¨®rica del XX. Pero si la descripci¨®n de esta trama es de por s¨ª muy elocuente, es imposible, de una forma que no sea perifr¨¢stica, aludir, sin embargo, a lo fundamental: la excitante belleza y el incre¨ªble refinamiento que, nunca mejor dicho, transparentan estos exquisitos cristales ornamentados, de la m¨¢s diversa especie. Por ello, s¨®lo a t¨ªtulo de mera ilustraci¨®n, se?alar¨¦ que las obras de Josef Hoffmann proliferan y est¨¢n a la altura de la nombrad¨ªa de este gran arquitecto, que no en balde fue profesor en la Escuela de Artes Decorativas de Viena.
En cualquier caso, puedo asegurar que esta exposici¨®n desbordar¨¢ las expectativas del m¨¢s exigente visitante y es imposible que no complazca a quien posea un gramo de sensibilidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.