Los j¨®venes polacos miran a la derecha
Los estudiantes asocian a los partidos de izquierda con la antigua represi¨®n y las recientes corruptelas
No hay aspirante a poeta, cineasta joven o editor de revistas que en Varsovia no frecuente Swiat Literacki (Mundo Literario), un bar-librer¨ªa cosmopolita y vanguardista junto al V¨ªstula. En Espa?a, su parroquia tendr¨ªa todos los n¨²meros para nutrir la Plataforma Cultura contra la Guerra y repartir sus votos entre PSOE e IU. Pero el bar est¨¢ en Polonia y los entusiastas que lo pueblan se disponen a votar hoy en masa a la derecha, que tiene a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar como referente y a quien los sondeos dan como ganador.
"?Es el pasado, est¨²pido!", parece querer decir Tomasz Brzozowski, el due?o del local, treinta?ero de media melena y barba de cuatro d¨ªas que se define como librepensador: "Aqu¨ª todos los asuntos program¨¢ticos son a¨²n secundarios; lo que tenemos es una lucha entre el b¨²nker y la decencia", asegura.
El paro, aunque desciende, se sit¨²a en el 17,8%, el peor ¨ªndice de la Uni¨®n Europea
Los fantasmas del pasado en Polonia, el mayor de los pa¨ªses que en 2004 se incorporaron a la UE, parec¨ªan enterrados cuando el socialdem¨®crata SLD, surgido de las cenizas del antiguo partido ¨²nico, logr¨® el 41% de los votos en 2001, justo despu¨¦s de que su l¨ªder, Alekxander Kwasniewski, fuera reelegido presidente del pa¨ªs. Pero la sucesi¨®n de corruptelas no s¨®lo ha jibarizado al SLD, sino que ha reabierto heridas: varios esc¨¢ndalos han evidenciado conexiones entre empresas privatizadas, altos cargos del Gobierno, servicios secretos y la antigua nomenclatura.
Los j¨®venes son los que m¨¢s empujan para que Polonia gire de nuevo a la derecha. Las encuestas, que no garantizan esca?o a ning¨²n grupo progresista, detectan como novedad el hambre de votar de los j¨®venes. "Los menores de 25 a?os siempre dec¨ªan que no les importaba la pol¨ªtica y que se abstendr¨ªan", explica Krzysztof Pankowski, del instituto Cbos, "pero esta vez muestran un deseo de participaci¨®n de m¨¢s del 60%, superior a la media".
Una votaci¨®n simb¨®lica en los institutos del pa¨ªs revela hasta qu¨¦ punto la rebeld¨ªa juvenil en Polonia va de la mano de la derecha. Si el nuevo Parlamento dependiera de los 184.000 estudiantes que participaron en el experimento, ning¨²n partido de izquierdas lograr¨ªa esca?o. Al cabo de 16 a?os desde las primeras elecciones, los conceptos de izquierda y derecha forman todav¨ªa un barullo insondable para los c¨¢nones de la Europa occidental en un pa¨ªs en que la represi¨®n se asocia a la izquierda y la libertad lleg¨® de la mano de la Iglesia cat¨®lica. En estas elecciones, el proyecto econ¨®mico m¨¢s socialista lo defiende el conservador PiS, cuyo programa patri¨®tico y tradicionalista incluye reinstaurar la pena de muerte. Por el contrario, el Gobierno socialdem¨®crata del SLD aplic¨® una agenda neoliberal y de apoyo firme a George W. Bush en Irak. La confusi¨®n es total.
"Soy de derechas porque implica eficiencia y solidaridad, mientras que la izquierda beneficia s¨®lo a las ¨¦lites", explica Paulina, universitaria de 19 a?os. Lucia Luczywo, soci¨®loga de 30 a?os que investiga a su propia generaci¨®n, afirma que hay una aut¨¦ntica "moda conservadora". "Somos una generaci¨®n pragm¨¢tica, individualista, que se define a¨²n por oposici¨®n al pasado", asegura.
Ello no significa que los nuevos polacos, modernos y abiertos como nunca a la UE y al mundo, est¨¦n anclados en el tradicionalismo. La Iglesia se mantiene como ambiguo referente -la generaci¨®n Wojtyla, que ve a Juan Pablo II como su libertador, sigue llenando los templos-, pero la secularizaci¨®n marcha imparable: el 90% de los polacos se define como cat¨®lico, pero apenas el 20% sigue fielmente los preceptos del credo, el 70% de los j¨®venes cree que el Estado debe subvencionar los anticonceptivos, las parejas de hecho se han extendido y el 44% defiende el derecho de cada mujer a decidir sobre el aborto.
Los socialdem¨®cratas heredaron en 2001 una econom¨ªa en declive y lograron insuflarle br¨ªo. El PIB aument¨® en 2004 el 5,4% con una inflaci¨®n por debajo del 2%, y crece este a?o al 3,6%, casi el triple de la media de la UE. Pero la econom¨ªa es otro factor clave para explicar el anunciado desplome del SLD: el paro, aunque desciende, se sit¨²a en el 17,8%, el peor ¨ªndice de toda la Uni¨®n.
Entre los j¨®venes, el desempleo alcanza el 35%, lo que ha llevado a miles a buscar su futuro fuera, especialmente en Reino Unido, que ya ha abierto sus fronteras para los nuevos miembros. "Las perspectivas econ¨®micas son buenas, pero es urgente acelerar las reformas para combatir el desempleo", subraya Marek Rocki, rector de la Escuela de Negocios de Varsovia, vivero de pol¨ªticos y empresarios.
El primer a?o en la UE ha tenido un efecto beneficioso, seg¨²n la mayor¨ªa de economistas. Las ayudas a la agricultura han revertido el escepticismo de los agricultores, que representan el 25% de la fuerza de trabajo, y sus exportaciones han crecido el 43%. La inversi¨®n extranjera ha aumentado en total casi el 25%.
La UE ha tra¨ªdo tambi¨¦n decepci¨®n. Casi nadie exige abandonarla, pero las expectativas eran tantas que no se han colmado. En 1996, el 61% cre¨ªa que entrar en la Uni¨®n mejorar¨ªa sus condiciones de vida; hoy s¨®lo lo piensa el 16%. Y el aumento de precios, que los ciudadanos asocian a la UE, hace estragos en los m¨¢s humildes. El 10% vive por debajo del umbral de la pobreza y soporta subidas del 100% en productos b¨¢sicos como el az¨²car y del 200% en el pl¨¢tano.
La vor¨¢gine de los cambios es tan intensa que entre la gente formada durante el totalitarismo es habitual cierta nostalgia por algunas "seguridades" del pasado que, sin embargo, no implica un deseo de regresar al anterior sistema, posibilidad rechazada de forma aplastante en todos los sondeos. A m¨¢s edad, menor es la satisfacci¨®n con el presente.
"Antes no ten¨ªamos casi nada, pero hab¨ªa tranquilidad", argumenta Zdzislan, jubilado de voz clueca, en Grochowa, una aldea al sur de Varsovia. ?l votar¨¢ a la izquierda, pero aclara: "?Ojal¨¢ los cambios se hubieran hecho 30 a?os antes; as¨ª yo tambi¨¦n los hubiera podido disfrutar!".
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