Casi tres millones de evacuados por el Rita desoyen las ¨®rdenes y regresan a casa
La mayor parte de las tiendas y gasolineras de Houston abri¨® ayer sus puertas
La salida de 2,7 millones de personas del ¨¢rea de Houston -la mitad de una poblaci¨®n que es la cuarta mayor de EE UU- caus¨® atascos gigantescos el mi¨¦rcoles y jueves pasados. Para evitar que se repitan, el gobernador de Tejas y el alcalde de Houston han organizado un plan de retorno en tres d¨ªas. Pero la impaciencia se apodera de miles de personas, que han decidido volver ya, a pesar de los problemas de abastecimiento de gasolina y de la falta de seguridad en algunas zonas. En Houston la mayor parte de las tiendas y las gasolineras abrieron ayer, aunque no a pleno rendimiento.
La gran salida por miedo al hurac¨¢n Rita -por la potencia que desarroll¨®, aunque se redujo cuando toc¨® tierra, y miedo sobre todo por la experiencia de Nueva Orle¨¢ns- estuvo, en l¨ªneas generales, organizada. "Las evacuaciones funcionaron", asegur¨® David Paulison, el nuevo jefe del FEMA, el organismo que coordina las emergencias.
Pero las decenas de miles de personas que pasaron horas y horas bloqueados en las autopistas que salen de Houston hacia el norte y el oeste no pensaron lo mismo; muchos automovilistas se quedaron tirados en las cunetas, sin gasolina o averiados, con amargas quejas sobre la falta de previsi¨®n del combustible -ninguno hizo referencia a la imprevisi¨®n propia- necesario para la que se convirti¨® en la mayor evacuaci¨®n de la historia de Tejas y una de las m¨¢s grandes de EE UU. Adem¨¢s de los problemas en las familias con ni?os y con enfermos, el embotellamiento -y quiz¨¢ la irresponsabilidad de la empresa, seg¨²n el Dallas Morning News- contribuyeron a que un autob¨²s de personas mayores se incendiara. Veinticuatro no pudieron salir a tiempo.
Para tratar de que no ocurra lo mismo pero en direcci¨®n sur, Rick Perry, gobernador del Estado, anunci¨® un plan de regreso dividido en tres d¨ªas, entre el domingo y el martes. El gobernador pidi¨® que todos cumplieran las recomendaciones para dar tiempo a valorar los da?os en las zonas afectadas y reparar lo b¨¢sico, para que las gasolineras estuvieran abiertas y funcionando, as¨ª como las tiendas, y para que no haya embotellamientos gigantescos como los de la semana pasada. "Hay que evitar los atascos, as¨ª que, una vez m¨¢s y las veces que hagan falta, por favor, qu¨¦dense donde est¨¢n". El propio George W. Bush se sum¨® al intento desde San Antonio: "Aunque el hurac¨¢n haya pasado la l¨ªnea de la costa, la situaci¨®n es a¨²n peligrosa porque puede haber inundaciones. Los que est¨¢n seguros deber¨ªan continuar as¨ª".
Pero desde el s¨¢bado por la tarde, cuando la lluvia y el viento de lo que quedaba de Rita se difuminaron, muchos de los 2,7 millones de residentes de la franja costera de 800 kil¨®metros que hab¨ªa sido evacuada a marchas forzadas empezaron a volver, y los atascos en las autopistas 10 y 45, esta vez en direcci¨®n sur, se repitieron, aunque m¨¢s llevaderos que los de salida.
La gente volv¨ªa por diferentes razones: porque no estaban bien alojados, porque quer¨ªan saber si su casa hab¨ªa sufrido alg¨²n da?o o porque prefer¨ªan no estar fuera durante m¨¢s tiempo. "Si la evacuaci¨®n fue voluntaria, la vuelta tambi¨¦n debe ser voluntaria", razonaba Bob Morton, un hombre que no pod¨ªa moverse del hotel en el que estaba alojado, porque su casa est¨¢ en Beaumont, encima de Port Arthur, por donde entr¨® el hurac¨¢n. Las poblaciones m¨¢s afectadas tienen normas que impiden el regreso, porque no hay electricidad ni servicios b¨¢sicos y porque hay edificios que han quedado en un estado peligroso.
Las refiner¨ªas y complejos petroqu¨ªmicos -casi un centenar en este tramo de costa del Golfo- reanudaron las actividades inmediatamente despu¨¦s del paso del hurac¨¢n, aunque algunas, como Valero Energy y Shell, situadas en Port Arthur sufrieron "da?os significativos". La distribuci¨®n de gasolina comenz¨® el s¨¢bado con car¨¢cter de urgencia, pero la demanda segu¨ªa causando colas en las gasolineras que estaban abiertas. Y la angustia por llenar el dep¨®sito cre¨® algunas disputas en las cercan¨ªas de las estaciones de servicio.
Los supermercados y la mayor parte de las tiendas anunciaron la reapertura entre ayer y hoy, pero no a pleno rendimiento, porque muchos empleados no se hab¨ªan podido reincorporar. Los hospitales de Houston no llegaron a evacuar ni a interrumpir sus servicios.
Seg¨²n David Paulison, "los da?os no son tan fuertes como tem¨ªamos", y en las primeras 24 horas no se hab¨ªa detectado ninguna muerte directamente relacionada con el hurac¨¢n. Para el gobernador Perry, "aunque la gente de Beaumont y Port Arthur ha recibido un golpe muy fuerte, el resto del Estado esquiv¨® la bala". Los primeros c¨¢lculos de las p¨¦rdidas ocasionadas por Rita ascienden a los 6.000 millones de d¨®lares.
M¨¢s poder para el Ej¨¦rcito
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, anunci¨® ayer un plan para que el Ej¨¦rcito de Estados Unidos sea el encargado de coordinar la lucha contra los grandes desastres naturales.
Bush anunci¨® su plan en la base militar de Randolph, en San Antonio (Tejas), adonde viaj¨® para recibir los ¨²ltimos datos de los estragos del hurac¨¢n Rita.
El actual sistema de respuesta a las grandes cat¨¢strofes delega en las autoridades locales o del Estado en cuesti¨®n la responsabilidad de coordinar todas las fuerzas. Eso provoc¨® que durante el paso del Katrina por Luisiana en alguna ocasi¨®n acudieran hasta cinco helic¨®pteros para una sola operaci¨®n de salvamento.
Pero el plan de hacer m¨¢s relevante el papel del Ej¨¦rcito tendr¨¢ que superar el obst¨¢culo de las leyes estatales que proh¨ªben al Ej¨¦rcito tomar labores de coordinaci¨®n en cuestiones dom¨¦sticas.
"Despu¨¦s del Katrina sab¨ªamos que la coordinaci¨®n fue un problema, mientras que con Rita cont¨¢bamos con la ventaja de que tuvimos tiempo. En caso de un terremoto puede que no contemos con ese tiempo", declar¨® el general John White, miembro del grupo especial de respuesta para el Rita.
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