Motorizacion y movilidad sostenible

Antes, durante y tras la "celebraci¨®n" del d¨ªa europeo sin coches hemos escuchado a pol¨ªticos y medios de opini¨®n oponer de un modo sistem¨¢tico "¨ªndice de motorizaci¨®n" a "movilidad sostenible". Parece como si los ciudadanos de cualquier urbe, por el mero hecho de poseer autom¨®vil, estuviesen condenados a padecer tambi¨¦n una movilidad urbana insostenible. Basta con echar un vistazo a otras ciudades europeas (Amsterdam, Copenhague, Bolonia y un largo etc¨¦tera), que superan a la mayor¨ªa de las ciudades espa?olas tanto en el ¨ªndice de motorizaci¨®n (el n¨²mero de coches por habitantes) como en la sostenibilidad de su modelo de movilidad urbana, para comprobar la simpleza de la anterior hip¨®tesis.

La movilidad sostenible, como casi todo en las ciudades modernas, es m¨¢s bien una cuesti¨®n de reparto del espacio urbano (el bien m¨¢s preciado en las ciudades). Si ¨¦ste se reparte de modo que a los peatones, ciclistas y usuarios del transporte p¨²blico les correspondan porciones importantes de la v¨ªa p¨²blica (aceras amplias y una red de carriles-bici, carriles-bus y plataformas reservadas al transporte p¨²blico eficaces y respetadas), probablemente habr¨¢ muchos ciudadanos que opten por dejar el coche en casa y realizar sus desplazamientos cotidianos por alguno de esos medios. Pero si la v¨ªa p¨²blica se dise?a por y para el autom¨®vil privado ?A qui¨¦n le extra?ar¨¢ que, incluso con ¨ªndices de motorizaci¨®n relativamente bajos para la media europea, todo el mundo vaya en coche en Espa?a? Claro que el reparto del espacio urbano es una decisi¨®n pol¨ªtica, mientras que comprarse un coche es una decisi¨®n personal. Tal vez por eso a los pol¨ªticos espa?oles les gusta tanto echar la culpa de la movilidad insostenible de las ciudades espa?olas al "creciente ¨ªndice de motorizaci¨®n".