Bichos, volcanes y utop¨ªas

El jueves 22 de septiembre Canal 2 Andaluc¨ªa emiti¨®, a las 21.30, el documental Balseros, de Carles Boch y Josep M. Dom¨¦nech, uno de los documentales m¨¢s interesantes producidos en nuestro pa¨ªs y que ha merecido el reconocimiento de una nominaci¨®n para el Oscar y un premio Emmy. El gui¨®n lo firma David Trueba y en ¨¦l se retoma una historia que su director Carles Bosch ya hab¨ªa abordado en el programa 30 minutos de TV3: la vida de unos balseros cubanos cuatro o cinco a?os despu¨¦s de haberse lanzado al mar para salir de Cuba. Fue un jueves estupendo. Recomend¨¦ el documental en cuesti¨®n a los amigos. Yo mismo me propuse verlo por segunda vez.

Pero la alegr¨ªa dura poco en la casa del pobre. Ese d¨ªa, a esa hora, la primera cadena de Canal Sur emit¨ªa el partido de f¨²tbol entre el Real Madrid y el Bilbao, y en Tele 5 daban la primera semifinal de Operaci¨®n Triunfo. Es decir, Canal Sur esper¨® a una coyuntura de ese calibre, con una baj¨ªsima previsi¨®n de audiencia, para gastar un producto que una cadena p¨²blica deber¨ªa haber tratado con m¨¢s sentido y, desde luego, con m¨¢s respeto. De paso, la fechor¨ªa sirve para descodificar el significado exacto de las palabras del director de la cadena auton¨®mica cuando dice que prefiere la calidad a la audiencia: lo que quiere decir es que no le importa que la programaci¨®n de calidad no la vea nadie.

Todo esto no hace sino profundizar en una incultura del documental muy consolidada en nuestro pa¨ªs. Una incultura que, tambi¨¦n es verdad, se nutre de una ignorancia de la que el p¨²blico no es el ¨²nico responsable. El espectador que oye la palabra "documental" inmediatamente piensa en bichos o en volcanes, o en la segunda guerra mundial, porque ignora algo que los programadores de Canal Sur conocen bien: la existencia de una tradici¨®n de cine documental del mayor inter¨¦s social, humano o como quiera llam¨¢rsele, no s¨®lo entretenido sino incluso apasionante. Y he dicho que los programadores de Canal Sur s¨ª conocen la existencia de ese arsenal porque yo mismo he visto el chiringuito de la cadena auton¨®mica en la secci¨®n dedicada al documental que hay todos los a?os en el Festival de Cine Espa?ol que se celebra en M¨¢laga (y de la que, por cierto, el espectador de Canal Sur no llega a tener la m¨¢s m¨ªnima informaci¨®n). En esa secci¨®n dedicada al documental se proyectan, adem¨¢s, documentales procedentes de Am¨¦rica Latina que no tendr¨ªan que ser ni siquiera subtitulados para poder exhibirlos en Canal Sur. Y peor todav¨ªa: Canal Sur participa en la producci¨®n de muchos documentales que se hacen en Andaluc¨ªa; otra cosa es el tiempo que tarda en proyectarlos (que puede llegar a diez o doce meses) y a qu¨¦ hora y en qu¨¦ condiciones. Eso s¨ª, deben ser ya m¨¢s de diez las veces que Canal Sur ha pasado la serie Sangre verde, un meritorio trabajo de la productora granadina ?tico 7 que no debiera verse condenado a la funci¨®n de tap¨®n de los huecos de la programaci¨®n de las madrugadas del verano. Inexplicable. Insufrible.

?Vale la utop¨ªa de que Canal Sur no se conformaba con los programas de testimonio para ocuparse de la vida que vive la gente en este mundo de ahora y daba una oportunidad a esa inmensa memoria que es el cine documental?