El hurac¨¢n Wilma golpea Canc¨²n con vientos de 220 kil¨®metros por hora

Palmeras arrancadas de cuajo por vientos de 220 kil¨®metros por hora, postes el¨¦ctricos derribados, se?ales de tr¨¢fico y carteles hechos a?icos, calles inundadas y playas que han desaparecido por la subida del nivel del mar conformaban el paisaje t¨¦trico de Canc¨²n ante la llegada del hurac¨¢n Wilma. Un recorrido en un cami¨®n militar por esta ciudad tur¨ªstica mexicana permit¨ªa ver ayer la desolaci¨®n y sentir la violencia de los primeros embates del cicl¨®n. La zona de Canc¨²n se convirti¨® anoche en la puerta de entrada en tierra continental americana del Wilma, procedente del Atl¨¢ntico.

El ojo del hurac¨¢n tiene un di¨¢metro de 55 kil¨®metros, lo que da idea de la envergadura del fen¨®meno que, de extremo a extremo, abarca buena parte del Riviera Maya, y toc¨® atierra anoche (muy entrada la madrugada en Espa?a). Las calles de la ciudad est¨¢n desiertas. Las ¨²nicas se?ales de vida son las patrullas policiales y de la Infanter¨ªa de Marina que transitaban entre las rachas huracanadas.

Todas las emisoras, excepto Radio Ayuntamiento, han sido silenciadas porque sus antenas volaron por los aires. Al igual que los cristales de muchas ventanas, conductos de aire acondicionado y objetos arrancados de las azoteas. A trav¨¦s de las ondas, las autoridades piden calma a la poblaci¨®n y exhortan a la gente a no salir a la calle. Era un aviso a quienes se arriesgan para salvar sus pertenencias. Un vecino falleci¨® electrocutado al encaramarse al tejado de su casa. La ¨²nica emisora en funcionamiento sirve tambi¨¦n para que los ciudadanos atrapados por el agua pidan auxilio. La zona hotelera de Canc¨²n, lugar reluciente en tiempos de paz, con los mejores edificios de las grandes cadenas, es la m¨¢s expuesta al vendaval que ya superaba ayer los 220 kil¨®metros por hora. No se ve ni un alma y de las playas, con sus torres de vigilancia y chiringuitos no queda ni rastro. "Todav¨ªa no ha llegado lo peor", dijo Carlos, miembro del equipo de seguridad del Hotel Oasis Beach. Sin hu¨¦spedes, el edificio est¨¢ ocupado por los ocho integrantes del equipo de mantenimiento. El ruido del viento se filtraba por todos los rincones creando un ambiente inquietante. Para entrar y salir hab¨ªa que agarrarse y mantener el equilibrio.

Los hoteles del centro de la ciudad, escuelas, gimnasios y polideportivos fueron habilitados como albergues para los miles de turistas y otros refugiados. Hay pocos espa?oles en Canc¨²n, la mayor¨ªa est¨¢n m¨¢s al sur, en los hoteles de la Riviera Maya. Eduardo L¨®pez Busquets, consejero de la embajada espa?ola en M¨¦xico explic¨® que hay 3.700 turistas espa?oles en el Estado de Quintana Roo. La mayor¨ªa, en la Riviera Maya, sobre todo en la zona de Playa del Carmen, donde los hoteles no fueron evacuados porque se piensa que es lo m¨¢s seguro, ante el temor de que los vientos huracanados superasen los 300 kil¨®metros por hora. A ¨²ltima hora de ayer, seis personas resultaron heridas en Playa del Carmen por la explosi¨®n de una bombona de gas.

En el gimnasio de la Casa de Cultura de Canc¨²n hay 1.900 refugiados. En el Instituto Lasalle, otros 1.000. Seg¨²n el teniente del Ej¨¦rcito Octavio Sigarroa, entre los evacuados hay turistas que estaban alojados en el Hotel Riu de la zona hotelera y ciudadanos de Canc¨²n. Con una colchoneta y una almohada por cabeza fueron trasladados a los refugios. "Estamos en fase de alerta, hay personal de la zona hotelera, tenemos v¨ªveres, colchonetas, mantas, servicio de agua, luz y una planta de emergencia", dice un integrante del comit¨¦ de Protecci¨®n Civil. La Marina ha desplazado a 4.000 soldados de la base de Campeche y se esperan otros 1.000 desde el Distrito Federal, con veh¨ªculos todoterreno, anfibios y helic¨®pteros, que poco pueden hacer por ahora. Un equipo del Estado Mayor de la Marina sigue las evoluciones del hurac¨¢n desde uno de los hoteles del centro de Canc¨²n que se ha convertido en un lugar de refugio.

"Nos han abandonado"

Los responsables pol¨ªticos y militares reiteran que lo mejor es buscar un buen refugio y esperar a que pase el hurac¨¢n. En los peores momentos la acci¨®n de los equipos de rescate es muy limitada. En algunas comunidades ind¨ªgenas de la regi¨®n maya, los pobladores se resistieron a ser evacuados y dejar su tierra. En la Casa de Cultura, Eduardo Savater, de Girona, y Nati Berzal, de Valladolid, arremeten contra el hotel y la agencia de viajes: "Nos han abandonado, han pasado ol¨ªmpicamente de todo. En vez de llevarnos con otros espa?oles nos han metido en un grupo de norteamericanos".

Ariadna Gonz¨¢lez y Sergio D¨ªez, madrile?os, estaban en luna de miel cuando les sorprendi¨® la alarma por el hurac¨¢n. Salieron de Espa?a sin tener ni idea de la amenaza que acechaba a Centroam¨¦rica y el Caribe. "Vinimos para pasar una semana y estaremos tres d¨ªas en un albergue. ?Menudas vacaciones! Nadie nos avis¨® antes de salir de Espa?a. Viajes Marsans ha desaparecido del mapa y la empresa Horizon que traslada a la gente de un sector a otro, tres cuartos de lo mismo", se?ala Ariadna.

Javier Mara?¨®n, c¨®nsul de Espa?a en Canc¨²n, destac¨® como elemento positivo del desastre que Quintana Roo ya tiene experiencia reciente en huracanes. Hace tres meses, cuando el Emily golpe¨® la zona "las autoridades respondieron muy bien, tranquilizaron a la gente y demostraron una buena capacidad de organizaci¨®n. En este caso tambi¨¦n lo est¨¢n haciendo".