La maravillosa mente de un beb¨¦
Que no sepan contarlo no quiere decir que no piensen y sientan. Numerosos estudios prueban en los ¨²ltimos a?os que el cerebro de los beb¨¦s es m¨¢s complejo de lo que se cre¨ªa. Antes del desarrollo del lenguaje, los peque?os saben discernir emociones como el cari?o y la solidaridad, y reaccionan con la mirada, el llanto, la sonrisa, los pucheros. Detr¨¢s de un gorjeo hay mucho.
John y Thomas son los nombres, ficticios, de dos hermanos varones gemelos, reales, que nacieron hace 12 a?os en la maternidad de una ciudad cualquiera de Estados Unidos. Hab¨ªan venido al mundo prematuramente y con bajo peso. Ambos fueron colocados en sendas incubadoras y recibieron los necesarios cuidados m¨¦dicos neonatales que su caso requer¨ªa. Con el paso de los primeros d¨ªas, mientras que John evolucionaba con normalidad e iba ganando peso, Thomas, el m¨¢s inmaduro, no prosperaba.
Preocupada, la jefa de enfermeras del servicio de neonatolog¨ªa decidi¨® ponerlos juntos en la misma incubadora. Pensaba que el m¨¢s d¨¦bil, al notar cercana la presencia de su hermano, con el que hab¨ªa compartido su existencia desde que ambos eran dos c¨¦lulas microsc¨®picas, tal vez podr¨ªa sentirse mejor.
La enfermera observ¨® con perpleja curiosidad c¨®mo John enseguida coloc¨® su diminuto brazo sobre su hermano, como si tratara de abrazarle y protegerle. A partir de ese momento, Thomas empez¨® a evolucionar favorablemente y a ganar peso.
Esta enternecedora historia fue publicada en la revista Reader's Digest en los a?os noventa y le¨ªda por un m¨¦dico espa?ol del hospital Cl¨ªnico San Carlos, de Madrid, Pedro Tarquis, que no recuerda los detalles, pero s¨ª la esencia: "Me ense?¨® a valorar la importancia de la afectividad y la empat¨ªa en el trato con el paciente". Guard¨® el recorte con la foto.
En t¨¦rminos similares se pronuncia Manuel Moro, jefe del servicio de neonatolog¨ªa del Cl¨ªnico y profesor titular de pediatr¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid. Su dilatada experiencia profesional le permite ver los grandes avances que ha experimentado la neonatolog¨ªa desde los a?os sesenta: "Podr¨ªamos considerar que aquellos tiempos fueron la prehistoria de esta subespecialidad pedi¨¢trica, que se ocupa del reci¨¦n nacido en sus primeras semanas de vida. Entonces se pensaba que los beb¨¦s pose¨ªan un cerebro totalmente inmaduro, no receptivo a los est¨ªmulos emocionales del exterior, y tambi¨¦n incapaz de captar las sensaciones dolorosas y de ser sensible a las situaciones de confortabilidad o no".
La experiencia cl¨ªnica acumulada en los ¨²ltimos 40 a?os y los avances en las innovaciones tecnol¨®gicas y en el conocimiento del comportamiento emocional del beb¨¦ revelan que este peque?o ser posee una maravillosa mente, capaz de captar emocionalmente los est¨ªmulos externos.
Desde 1890, en que el psic¨®logo William James defini¨® el mundo de los beb¨¦s como "una confusi¨®n total de zumbidos", se sosten¨ªa que los peque?os pose¨ªan una mente muy simple que apenas mimetizaba lo poco que captaba a su alrededor. En las ¨²ltimas d¨¦cadas, sin embargo, distintos estudios controlados mediante modernas t¨¦cnicas de electroencefalograf¨ªa y otras pruebas de diagn¨®stico por imagen, no invasivas e incruentas, revelan que, antes de que puedan andar y expresarse verbalmente, su mente es capaz de sentir emociones complejas, como los celos, la empat¨ªa o la frustraci¨®n.
En nuestro pa¨ªs, la Sociedad Espa?ola de Neonatolog¨ªa (SEN) ha creado una base de datos a la que aportan informaci¨®n 59 unidades hospitalarias de todo el territorio nacional sobre unos 2.500 ni?os al a?o. Se trata de un gran observatorio que anualmente es revisado por esta sociedad cient¨ªfica para estudiar la conducta del beb¨¦. Adem¨¢s, las maternidades de los hospitales p¨²blicos madrile?os La Paz, Doce de Octubre, Gregorio Mara?¨®n y Cl¨ªnico San Carlos acaban de constituir un grupo de trabajo para instar a la Administraci¨®n a crear m¨¢s plazas para neonatos con el fin de estudiar mejor el comportamiento de los reci¨¦n nacidos y salvar a m¨¢s ni?os prematuros e inmaduros con problemas de viabilidad, como los menores de 750 gramos de peso y de hasta 500 gramos.
Seg¨²n el profesor Moro, las m¨¢s modernas t¨¦cnicas de monitorizaci¨®n cerebral, que suponen un gran avance sobre la electroencefalograf¨ªa convencional, permiten valorar c¨®mo reacciona el cerebro del beb¨¦ en funci¨®n de lo que sienta.
"Existen tambi¨¦n unos par¨¢metros cl¨ªnicos, como la frecuencia cardiaca, la presi¨®n arterial o la saturaci¨®n de ox¨ªgeno en sangre, y otros gestuales o de conducta, que nos ayudan a ver qu¨¦ le pasa ante est¨ªmulos negativos o positivos. Pero, adem¨¢s de eso, nuestra larga experiencia nos ha ense?ado que es muy sensible a las diferentes muestras de afectividad", explica el neonat¨®logo.
Como indica este experto, la gran revoluci¨®n no tecnol¨®gica en la moderna neonatolog¨ªa ha sido el contacto, inmediato y directo, con los padres. Los beneficios de este hecho se acusan especialmente en los prematuros, aislados en sus incubadoras y conectados a cables y aparatos. "Ahora los padres les pueden acariciar, besar, abrazar, coger, hablar con dulzura", explica Moro. "Las incubadoras est¨¢n cubiertas con una mantita que les protege de la luz, pues se ha observado que duermen mejor. Igualmente, como los ruidos les alteraban, las se?ales de alarma de los aparatos son ya luminosas. Y todos los peque?os est¨¢n alojados en el interior de su incubadora en un peque?o recept¨¢culo de felpa, que se asemeja al claustro materno y les ayuda a sentirse m¨¢s protegidos".
La ecograf¨ªa cuatridimensional (4D) est¨¢ suponiendo un gran avance en el conocimiento del cerebro del beb¨¦ antes de su nacimiento. Un estudio que dirige el doctor Francisco Sellers, jefe de la unidad de diagn¨®stico prenatal y ecograf¨ªa del Instituto Bernabeu de Alicante, sugiere que la maduraci¨®n neuronal se completa "en la vig¨¦sima semana de gestaci¨®n o antes". Seg¨²n este ginec¨®logo, el estudio a tiempo real durante cinco o diez minutos con ecograf¨ªa de cuatro dimensiones ayuda a comprobar si el desarrollo de la mente fetal, en funci¨®n de 12 variables preestablecidas a partir de gestos faciales, es el adecuado, e incluso a prever ciertos problemas, como los de par¨¢lisis cerebral. Es una investigaci¨®n que sigue la l¨ªnea emprendida en Espa?a por el profesor Jos¨¦ Mar¨ªa Carreras, ginec¨®logo del Instituto Universitario Dexeus de Barcelona. "Acabamos de empezar", explica el doctor Sellers, "un trabajo sobre el desarrollo emocional del beb¨¦ ya nacido, en colaboraci¨®n con el departamento de psicolog¨ªa de la Universidad de Alicante y financiaci¨®n del Instituto Valenciano de Estudios. Esta iniciativa, dirigida a los padres, tiene como fin principal, tras un programa de preparaci¨®n al parto con est¨ªmulos y reflejos, detectar precozmente problemas de retraso mental".
Las investigaciones son m¨²ltiples y clarificadoras. En los a?os setenta, los trabajos del doctor Martin Hoffman, profesor de psicolog¨ªa de la Universidad de Nueva York, sobre empat¨ªa en los primeros meses de vida demostraban que los beb¨¦s, al o¨ªr el llanto de otros peque?os, romp¨ªan a llorar. Hoffman se preguntaba si era por "solidaridad hacia un semejante" o simplemente "por enfado, porque les molestaba el ruido".
A la respuesta se aproximan recientes estudios realizados en Italia, a partir de Hoffman, al descubrir que, cuando su propio llanto era emitido tras ser grabado en cintas magnetof¨®nicas, los beb¨¦s no se inmutaban al escucharse a s¨ª mismos. Tanto Hoffman como los investigadores que han seguido sus trabajos piensan que existe una "rudimentaria empat¨ªa desde el nacimiento".
El experto norteamericano admite que en los seis primeros meses de vida el beb¨¦ es capaz de distinguir las emociones de los que le rodean, especialmente de su madre, por los gestos faciales.
Las variaciones que experimenta la estructura cerebral de los beb¨¦s seg¨²n el inter¨¦s que muestran por un objeto se han estudiado mediante electroencefalograf¨ªa y otras t¨¦cnicas de diagn¨®stico por imagen, como la ecograf¨ªa en cuatro dimensiones y el esc¨¢ner. En palabras de Andrew Meltroff, profesor de psicolog¨ªa de la Universidad de Washington, el seguimiento de la mirada es un importante factor para adentrarnos en la mente de los peque?os: "Toda la informaci¨®n que les llega a trav¨¦s de los ojos en torno al primer a?o de vida les va ayudando en gran medida a interpretar lo que les rodea, y a interesarse m¨¢s o menos en funci¨®n de sus habilidades o preferencias. Seg¨²n los distintos est¨ªmulos y reacciones podremos predecir qu¨¦ beb¨¦s sufrir¨¢n retrasos en el desarrollo del lenguaje. Tal vez esto explica por qu¨¦ la adquisici¨®n del habla va apareciendo m¨¢s lentamente en hijos de madres ciegas o depresivas, que apenas interaccionan visualmente con ellos".
El juego y la interacci¨®n visuales parecen desempe?ar un importante papel en el desarrollo cognitivo-emocional de los peque?os. As¨ª lo confirma tambi¨¦n un estudio desarrollado en la Universidad de Minnesota (Estados Unidos) por el doctor Charles Nelson, actual profesor de la Universidad de Harvard. A beb¨¦s menores de seis meses se les mostraba fotograf¨ªas, una a una, de distintos chimpanc¨¦s que aparentemente resultaban muy parecidos. Sin embargo, los peque?os reconoc¨ªan a cada uno de ellos a juzgar por el inter¨¦s visual que mostraban. Cuando un mismo chimpanc¨¦ estaba muy visto, se aburr¨ªan y cambiaban la mirada, mientras que recuperaban la atenci¨®n si se trataba de otro ejemplar.
Seg¨²n los trabajos de Nelson, esta habilidad empiezan a adquirirla a partir de los nueve meses con las caras humanas. En la misma l¨ªnea se mantiene Diane Montague, profesora de psicolog¨ªa de la Universidad de Filadelfia (Estados Unidos), a partir de un trabajo dirigido por esta especialista en ni?os menores de seis meses. El experimento consist¨ªa en mostrar alternativamente a los peque?os una cara triste y otra alegre. La operaci¨®n se repet¨ªa varias veces. En un principio, los peque?os s¨®lo observaban con atenci¨®n, pero luego empezaron a mimetizar los gestos, alegres o tristes, de la cara expuesta.
Nelson tambi¨¦n comprob¨® que los peque?os sonre¨ªan o hac¨ªan muecas de pena en funci¨®n de la cara que viesen. Para Nelson, es un modo de categorizar, por parte de los beb¨¦s, los estados de felicidad o tristeza. Por otra parte, se ha observado en este trabajo que, cuando se producen alteraciones no previstas, los peque?os pueden sufrir ciertos des¨®rdenes emocionales, como el autismo, y que estos juegos podr¨ªan ayudarles.
El desarrollo del lenguaje es, a juicio de los expertos, un momento clave para que el ni?o aprenda a interaccionar con su entorno. As¨ª, Patricia Kuhl, profesora de la Universidad de Washington, considera que la adquisici¨®n del habla en torno a los 18 meses es mucho m¨¢s que un acto mim¨¦tico para los beb¨¦s. Cuando ¨¦stos reciben est¨ªmulos y motivaciones con carga emocional-afectiva avanzan m¨¢s r¨¢pidamente en esta habilidad.
La profesora Kuhl lo ha estudiado en beb¨¦s en sus primeros balbuceos respecto al aprendizaje de idiomas extranjeros, y ha observado que, cuando los peque?os escuchan grabaciones en cintas magnetof¨®nicas, no aprenden ni se sienten estimulados. Pero s¨ª muestran inter¨¦s y van adquiriendo algunas palabras sencillas o monos¨ªlabos cuando repetidamente les habla en lengua extranjera una persona.
Seg¨²n los expertos, el entorno emocional y afectivo que se forma al hablar las personas es un gran est¨ªmulo para el cerebro infantil, incomparable a la escasa sensibilidad que se aprecia en ellos cuando el mismo lenguaje lo escuchan grabado. No obstante, este aspecto suscita un punto de controversia o de duda, puesto que est¨¢ demostrado que los beb¨¦s tambi¨¦n son receptivos a los sonidos y palabras que captan de la televisi¨®n o de la radio.
Seg¨²n el doctor Agust¨ªn Moreno, psic¨®logo cl¨ªnico del centro Tambre de ginecolog¨ªa y fertilidad, de Madrid, los seres humanos somos "esencialmente culturales o sociales, con unas potencialidades que s¨®lo se desarrollar¨¢n si se da el entorno adecuado". En este sentido, el doctor Moreno concluye: "Por muchas potencialidades innatas que posea un beb¨¦, ¨¦stas nunca aflorar¨¢n en su desarrollo emocional si no se producen los est¨ªmulos necesarios".
?C¨®mo se concreta este hecho en la crianza y la educaci¨®n? "En el contacto permanente", responde el psic¨®logo. Para los peque?os es fundamental que exista todo tipo de contacto con quienes le rodean, especialmente con la madre. Necesita verla, o¨ªrla; sentirse mimado, tocado y abrazado.
"Esta necesidad se acusa de un modo evidente", sostiene, "en los ni?os que viven en instituciones p¨²blicas. Se supone que en los orfanatos o en los centros de acogida est¨¢n bien atendidos en cuanto a su alimentaci¨®n, a la higiene y a otros cuidados b¨¢sicos. Pero les falta la estimulaci¨®n que suponen los besos, las miradas, los gestos, las palabras cari?osas o los abrazos".
Esto se observa claramente, seg¨²n el psic¨®logo espa?ol, en los estudios de apego con madres fr¨ªas, superprotectoras o equilibradas en cuanto a la expresi¨®n de sus sentimientos hacia el peque?o. Con una madre fr¨ªa es m¨¢s probable que se desarrolle un ni?o a su semejanza. Con una madre superprotectora existen m¨¢s posibilidades de que el hijo sea ansioso e inseguro. Y con una madre con un car¨¢cter equilibrado, que le muestra su amor y le deja autonom¨ªa, seguramente el ni?o ir¨¢ adquiriendo capacidades de independencia, iniciativa y una adecuada expresi¨®n de sus afectos.
"Froto, froto, froto; pico, pico, pico; palmoteo, palmoteo, palmoteo". Estas simples palabras corresponden a una cancioncilla que cada d¨ªa una mujer embarazada entonaba para su futura hija, a la vez que sus dedos bailoteaban sobre su abultado vientre seg¨²n el significado de cada uno de los tres verbos de la curiosa melod¨ªa.
Mar¨ªa ?ngeles P. V. intent¨® esta corta canci¨®n siguiendo el consejo que le dio su ginec¨®logo en las clases de educaci¨®n maternal. Ella no pod¨ªa imaginar hasta qu¨¦ punto su peque?a era receptiva al mensaje materno, pero s¨ª tuvo la suerte de comprobarlo tiempo despu¨¦s, cuando Mar¨ªa ya contaba tres a?os.
"Yo estaba de nuevo embarazada", cuenta, "y le dije a la ni?a: 'Vamos a jugar con tu hermanito'. Entonces empec¨¦ a entonar el froto, froto, y a acariciar suave y firmemente mi tripa. Enseguida, la ni?a sigui¨® cantando ella sola la canci¨®n, cuando a m¨ª jam¨¢s me la hab¨ªa o¨ªdo desde que naci¨®. Aquel momento fue conmovedor. Recuerdo que abrac¨¦ a mi hija entre risas y l¨¢grimas y no daba cr¨¦dito a lo que estaba pasando?".
Seg¨²n los expertos, los primeros est¨ªmulos durante la gestaci¨®n proceden de la madre. Aunque es dif¨ªcil precisar desde qu¨¦ momento el feto es receptivo, se calcula que a partir de la sexta semana de embarazo ¨¦l capta los ruidos r¨ªtmicos que le rodean y que le resultan agradables, como los movimientos del l¨ªquido amni¨®tico o el latido del coraz¨®n de su madre.
Algunas de las actuales teor¨ªas de educaci¨®n maternal, que parten de la d¨¦cada de los treinta del siglo XX y de las escuelas inglesa (con Read) y rusa (con Velvoski, Nicolaiev y Chertok, que se basaron en Paulov), sostienen que un feto que se ha sentido mimado y amado nacer¨¢ con m¨¢s peso, comer¨¢ y dormir¨¢ bien, y su sistema inmunol¨®gico o defensivo estar¨¢ m¨¢s desarrollado, por lo que ser¨¢ m¨¢s fuerte frente a las enfermedades. Y van incluso mucho m¨¢s all¨¢, al afirmar que esos ni?os ser¨¢n m¨¢s alegres, pac¨ªficos y equilibrados.
El doctor Jos¨¦ Antonio Vidart, jefe del servicio de ginecolog¨ªa y obstetricia del hospital Cl¨ªnico San Carlos, de Madrid, se muestra algo m¨¢s esc¨¦ptico. Se?ala que existen una receptividad y unos movimientos fetales en torno a la s¨¦ptima semana de embarazo, y que en el segundo trimestre es posible observar mediante ecograf¨ªa, entre otros par¨¢metros, sus estructuras cerebrales y deducir que su sistema nervioso central es normal. "Es cierto que los pediatras admiten que los ni?os no deseados son m¨¢s nerviosos y problem¨¢ticos, pero", matiza este experto, "aceptar que un beb¨¦ amado nacer¨¢ m¨¢s fuerte o ser¨¢ m¨¢s feliz que otro no deseado son s¨®lo elucubraciones basadas en observaciones; serias, pero por el momento sin constataci¨®n cient¨ªfica".
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