Francamente aburridos

Pese a la coartada generacional, que a¨²n facilita que un considerable n¨²mero de fieles seguidores no les dejen en la estacada del olvido, Oasis parece tener dif¨ªcil el relanzamiento de su carrera. Ni discogr¨¢ficamente han llamado tanto la atenci¨®n como antes con su ¨²ltimo ¨¢lbum, ni su directo es capaz de convocar un n¨²mero exagerado de p¨²blico. Alrededor de 8.000 personas fueron el s¨¢bado a verles en la capital a un recinto de 14.000. Eso s¨ª, los que fueron estaban entregad¨ªsimos y reaccionaron de forma positiva a los envites de una banda que parece obstinada en mostrar casi siempre su lado m¨¢s aburrido.

El grupo atac¨® a los sones de Turn up the sun, en medio de un sonido casi atronador, marca de la casa. Lyla, con su inevitable soniquete -o copia- stoniano, y Bring it on down dieron paso a Morning glory, con lo que el saco de viejos ¨¦xitos se abri¨® y Pap¨¢ Noel Gallagher y su hermano dieron alg¨²n regalo a sus fans. El primero cant¨® un par de temas, demostrando que se hubiera bastado solo desde un principio para liderar el grupo, evitando as¨ª el mal rollo fratricida que mantiene con Liam. ?ste, por su parte, bail¨® lo acostumbrado en ¨¦l: nada. Se pase¨® por las tablas con esa actitud de hooligan ebrio, cant¨® con gusto monocorde, aunque se mostr¨® capaz de sacar de su limitada garganta excelentes melod¨ªas pop. Live Forever, Wonderwall o la celebrad¨ªsima Champagne Supernova supusieron las cimas de una velada que, francamente, result¨® pl¨²mbea.