Jos¨¦ Ibarrola pinta met¨¢foras con el mar y los retratos de sus cuadros

"No soy paisajista, ni retratista", afirma el pintor Jos¨¦ Ibarrola ante la colecci¨®n de cuadros de su exposici¨®n Me llamar¨¢n n¨¢ufrago, que muestran sus enigm¨¢ticas figuras humanas e im¨¢genes del mar. "Yo utilizo el paisaje o el retrato para elaborar met¨¢foras". La exposici¨®n, una veintena de pinturas de diversos formatos, se inaugura hoy en la galer¨ªa Aritza, de Bilbao (Marqu¨¦s del Puerto, 14).

Ibarrola, de 50 a?os, quiere que el nombre de la exposici¨®n Me llamar¨¢n n¨¢ufrago sea un elemento diferencial, como los t¨ªtulos de cada uno de los cuadros que elige que con tanto mimo. "Quiero que la gente tenga enganches con lo que yo le propongo en mis cuadros, una pintura figurativa que reivindica su car¨¢cter narrativo, su discurso", explica.

La exposici¨®n permanecer¨¢ abierta al p¨²blico hasta el 10 de diciembre, con una veintena de pinturas en las que el mar y las misteriosas figuras que pinta Ibarrola vuelven a ser protagonistas. Son im¨¢genes inquietantes, con escenas llenas de preguntas, en los que los rostros de los personajes aparecen en primer plano, con m¨¢s detalle que en obras anteriores.

En toda la colecci¨®n reunida en Me llamar¨¢n n¨¢ufrago, obras pintadas en los tres ¨²ltimos a?os, Ibarrola ha vuelto a pintar el mar, retomando las im¨¢genes que guarda en su memoria, "apelando", dice, "a los recuerdos infantiles". Es el mar en el que jugaba de ni?o a ser un peque?o Robinson, a organizar la vida en los charcos que dejaba la bajamar como si fueran un inmenso archipi¨¦lago. "Me he criado en esas playas que aparecen ahora en mi pintura", recuerda. "Mi memoria tiene un paisaje que es el mar, donde encontraba el espacio para la fuga, mi soledad, y el encuentro conmigo mismo. El agua del mar es la gran met¨¢fora de la libertad".

En las pinturas vuelven a aparecer elementos reconocibles de la pintura de Ibarrola, como los barquitos de papel o las caracolas. "Uno acumula experiencia y una iconograf¨ªa", reconoce. "Acaban siendo como tics, como la gestualidad que con los a?os vas creando. Son tus gestos, tu personalidad". Ibarrola se siente un artista ajeno a las modas, "un pintor de la sinceridad", que no puede evitar que despu¨¦s de muchos a?os de trayectoria esos elementos aparezcan en su pintura.

En algunas obras, Ibarrola ha incluido peque?os objetos como mu?equitos o caracolas, que est¨¢n encapsulados en el marco. Son "relicarios", indica el artista, "algo muy m¨ªo, cosas que he encontrado en mi vida, que dejo en el cuadro". Con ellos quiere ofrecer al espectador un v¨ªnculo, "una aproximaci¨®n a mi punto de vista". La idea surgi¨® en una visita a las reliquias de la catedral de Burgos. "Soy un agn¨®stico al que atrae lo religioso por su est¨¦tica, no por la religiosidad".