El ascensor social no funciona
Los valores de asimilaci¨®n e integraci¨®nque caracterizaron a la Rep¨²blica fracasan con la poblaci¨®n isl¨¢mica y africana
Todo el mundo est¨¢ de acuerdo en lo mismo: el ascensor social no funciona en Francia. ?Por qu¨¦ se ha atascado esa mec¨¢nica de integraci¨®n que durante cien a?os transform¨® hijos de mineros polacos, alba?iles italianos, yeseros espa?oles o artesanos portugueses en empresarios, funcionarios, investigadores o inventores franceses? ?Por qu¨¦ los valores universales de la Rep¨²blica no seducen, asimilan e integran por igual a quienes han llegado a Francia procedentes de distintos puntos de su antiguo imperio colonial? El soci¨®logo Alain Touraine asegura que "hoy, en Francia, se producen fen¨®menos de segregaci¨®n, guetos. Antes no exist¨ªan barrios homog¨¦neos, pero ahora hay barrios enteros en los que nadie compra carne de cerdo ni bebe vino" Es decir, barrios dominados por el islam, la segunda religi¨®n de Francia.
El sistema les expulsa porque son negros, porque son musulmanes o porque son pobres
El historiador y polit¨®logo Alain G¨¦rard Slama afirma: "No creo que exista ninguna relaci¨®n entre la rebeli¨®n de las barriadas y las convicciones religiosas, pero los islamistas no van a dejar pasar la oportunidad".
Los datos oficiales, relativamente fiables, dan a entender que en Francia existir¨ªan entre cuatro y seis millones de personas de origen ¨¢rabe, de las cuales s¨®lo un 20% practica el islam, es decir, un porcentaje sensiblemente parecido al que se obtiene cuando se interroga a los cat¨®licos.
"El problema de la Rep¨²blica Francesa", afirma Slama, "no es que sea arrogante e imponga sus principios, que fuerce la cultura de los extranjeros, sino que est¨¢ dejando que se imponga la ausencia de toda cultura".
La ideolog¨ªa de los j¨®venes que estos d¨ªas han quemado m¨¢s de 6.000 coches y un centenar de edificios p¨²blicos es la de un grupo marsell¨¦s de rap, NTM -las siglas corresponden a la expresi¨®n "me follo a tu madre", dicho sea de pasada- que hace diez a?os proclamaba que "la ¨²nica soluci¨®n est¨¢ en prenderle fuego a todo". Detr¨¢s de la llamas no hay otra cosa. "Ni un l¨ªder, ni una idea, ni una organizaci¨®n", dice Michel Wiworka, uno de los principales observadores sociales de la actualidad gala.
El arquitecto Roland Castro, a quien el presidente Fran?ois Mitterrand encarg¨® que elaborase para 1989 un plan de acci¨®n de cinco a?os para salvar los suburbios franceses, lo explica as¨ª: "Hace 25 a?os ya ten¨ªamos un problema urbano, a menudo ligado a nuestro pasado colonial, de barrios pobres a menudo poblados por negros y magreb¨ªes. La situaci¨®n ha empeorado porque si los negros y los magreb¨ªes siguen siendo pobres, ahora se les han sumado muchos franceses de pura cepa. Los barrios son feos, la gente pobre, las familias desestructuradas".
Slama cree que esa situaci¨®n tambi¨¦n se da en Holanda o Reino Unido, donde se defiende el multiculturalismo, que "en realidad no es otra cosa que la misma bazofia para todos y en el mismo idioma".
Touraine subraya que "Francia ha entrado en una fase aguda de desintegraci¨®n marcada a la vez por el rechazo del pa¨ªs por parte de grupos minoritarios y por una progresiva cerraz¨®n comunitarista. Los j¨®venes no quieren cambiar las cosas, sino romperlas".
El periodista y fil¨®sofo Jean-Fran?ois Kahn cree que "todos esos j¨®venes rebeldes, todas esas bandas, se visten con el uniforme de determinadas marcas y son a su manera, una buena encarnaci¨®n de la ideolog¨ªa liberal m¨¢s radical, partidarios de la ley de la selva que arremete contra todo lo que se identifica con el Estado y los servicios p¨²blicos, escuela incluida". Entre los edificios quemados figuran, es verdad, bibliotecas, escuelas, institutos o guarder¨ªas, am¨¦n de decenas de autobuses.
Hay quien culpa de todo a Nicolas Sarkozy. "Este hombre es un peligro" escribe Kahn en referencia al ministro de Interior franc¨¦s. "Maneja de manera imprudente todos los elementos que pueden contribuir a aumentar la tensi¨®n", cree a su vez Touraine.
Pero el 73% de los franceses aprueba la adopci¨®n del toque de queda, seg¨²n una encuesta publicada ayer por el diario Le Parisien.
Touraine cree tambi¨¦n que "el problema no es hoy la explotaci¨®n, sino la exclusi¨®n".
Un sacerdote, el padre Delorme, interesado por la cuesti¨®n social se desespera porque "en 25 a?os los pol¨ªticos se han mostrado incapaces de cambiar su manera de abordar el problema. Son incapaces de interesarse por el malestar de toda una generaci¨®n, de todo un barrio, que sabe que nunca encontrara trabajo".
En Francia el paro afecta al 9,9% de la poblaci¨®n activa, en sus suburbios al 20,7%, con puntas del 26% si nos referimos a los j¨®venes que habitan en el norte de Par¨ªs.
Si en lo que va de a?o han ardido casi 30.000 veh¨ªculos, el 95% de estas destrucciones se ha producido en la maldita banlieue, una palabra cuyo origen es significativo: en el siglo XVII el soberano expulsaba -verbo bannir- a la periferia de un lugar (lieu) a los s¨²bditos que estimaba peligrosos. Ahora el sistema les expulsa porque son negros, porque son musulmanes o, simplemente, porque son pobres.
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