Las novelas de la democracia
Nora Catelli
"S¨ªntomas de la apertura"
El amor es un juego solitario (1979), de Esther Tusquets; La tr¨ªbada falsaria (1980), de Miguel Espinosa; Herrumbrosas lanzas (1985), de Juan Benet; Historia abreviada de la literatura port¨¢til (1985), de Enrique Vila-Matas, y Punto de fuga (1986), de Alejandro G¨¢ndara. Ni cuentos, ni diarios, ni memorias, ni autobiograf¨ªas. S¨®lo novelas, el g¨¦nero m¨¢s l¨¢bil, m¨¢s flexible, m¨¢s amenazado, m¨¢s resistente. Y no est¨¢n por una sola raz¨®n, sino por varias. O porque son s¨ªntomas de la apertura del periodo inmediatamente posfranquista; o indicadores de la continuidad de la vanguardia espa?ola; o cristalizaci¨®n antirrealista de una escritura fundacional y, a su pesar, tambi¨¦n vanguardista; o modelo de la reinvenci¨®n posmoderna de la ficci¨®n moderna; o expresi¨®n novedosa y precisa de maestros europeos inesperados. El mapa es insuficiente, y lo que queda fuera probablemente sea tan demostrativo o seductor como esta elecci¨®n.
-Nora Catelli es autora del ensayo Testimonios tangibles.
Fernando Valls
"La realidad desbordada"
La mejor prueba de la calidad de la novela espa?ola en castellano en estas tres ¨²ltimas d¨¦cadas son los t¨ªtulos que podemos escoger: Antagon¨ªa (1973-1981), de Luis Goytisolo; La verdad sobre el caso Savolta (1975), de Eduardo Mendoza; La orilla oscura (1985), de Jos¨¦ Mar¨ªa Merino; Coraz¨®n tan blanco (1992); Tu rostro ma?ana 1. Fiebre y lanza, de Javier Mar¨ªas (2002); La fuente de la edad (1986), y la trilog¨ªa El reino de Celama (19962002), de Luis Mateo D¨ªez; o el conjunto de obras sobre las patolog¨ªas de la escritura, de Enrique Vila-Matas (de Bartleby y compa?¨ªa a Doctor Pasavento, 2000-2005). Lo que me ha interesado en estos libros, m¨¢s all¨¢ de su indiscutible singularidad, ambici¨®n y acierto, es c¨®mo partiendo de diversas tradiciones literarias, en la de su propia lengua o en la de las cada vez menos ajenas, han logrado ir m¨¢s all¨¢. En todas ellas hay b¨²squeda e insatisfecha exploraci¨®n a partir de un lenguaje y unas estructuras heredadas que no pod¨ªan seguir vigentes. Es gratificante la evidente variedad de registros desde lo que podr¨ªa denominarse realismo complejo al experimentalismo o la po¨¦tica de lo
fant¨¢stico.
-Fernando Valls es autor de la antolog¨ªa Los cuentos que cuentan.
Claudio Guill¨¦n
"Superaci¨®n de la novela tradicional"
Herrumbrosas lanzas, de Juan Benet; Reivindicaci¨®n del Conde Don Juli¨¢n, de Juan Goytisolo; Coraz¨®n tan blanco, de Javier Mar¨ªas; Diario de 360¡ã , de Luis Goytisolo; Sefarad, de Antonio Mu?oz Molina, y Fantasmas de invierno, de Luis Mateo D¨ªez. Las novelas espa?olas han superado con ins¨®lita fuerza de originalidad los esquemas narrativos y sociales de la novela tradicional. Las geograf¨ªas ficticias, el sentido cr¨ªtico de la historia reinventada, el vivir como narraci¨®n, la extra?eza y el desarraigo en el espacio, la variedad gen¨¦rica de la plurinovela; son algunas de las aportaciones que han hecho posible un alt¨ªsimo nivel de calidad literaria y humana.
-Claudio Guill¨¦n es acad¨¦mico y autor del ensayo M¨²ltiples moradas.
Jordi Gracia
"La libertad ha estimulado"
Los ¨²ltimos treinta a?os no han sido inferiores en la imaginaci¨®n e invenci¨®n de novelas con respecto al pasado. Me parece incluso que la experiencia de la libertad y la profesionalizaci¨®n del escritor (in¨¦ditas por tanto tiempo y para tantos en nuestra historia) han estimulado la indagaci¨®n glotona e imp¨²dica de los novelistas en sus mundos morales (es decir, mentales). La riqueza del mercado democr¨¢tico (capitalista en versi¨®n socialdem¨®crata) ha agudizado la conciencia del oficio, la lucidez sobre los resortes y mecanismos literarios, hallando all¨ª, en esa aventura individual, el espacio para construir novelas ¨²nicas (ni intercambiables ni semejantes aunque s¨ª hermanas de ¨¦poca). La pluralidad de personalidades novelescas fuertes es una raz¨®n optimista para valorar la novela actual y desde luego no sirven el arrasamiento de la exigencia est¨¦tica ni el dominio opresivo de la vulgaridad (lo opresor fue otra cosa ya remota, el subdesarrollo franquista) como patrones descriptivos de esos treinta a?os. Al menos no valen en el caso de los novelistas que selecciono y de una docena larga m¨¢s de nombres activos en esas mismas fechas.
Reunir dos t¨ªtulos tan recientes como Soldados de Salamina (2001) y las dos entregas de la todav¨ªa inconclusa Tu rostro ma?ana (2002 y 2004) no es exactamente una provocaci¨®n (es una confidencia) y aspira a subrayar el criterio expuesto arriba: la vertiginosa velocidad del uno, taraceada de sutilezas, indicios y pistas sobre sus asuntos de fondo, casi es el mejor espejo para admirar la aptitud envolvente e hipn¨®tica del narrador que se ensimisma y demora, sin que ni Javier Mar¨ªas ni Javier Cercas eludan abordar asuntos cruciales de orden moral, de econom¨ªa moral y ¨¦tica, con pretextos de evocaci¨®n hist¨®rica. De esas ecuaciones trataba El testimonio de Yarfoz (1986), de un autor renuente al g¨¦nero, como Rafael S¨¢nchez Ferlosio, y sin embargo magistral inventor de un mundo pensado y especulado; todo lo contrario que la tensi¨®n dram¨¢tica y la densidad emocional de Un d¨ªa volver¨¦ (1979), de Juan Mars¨¦, asistida de esa mirada desmitificadora, cruda y tierna a la vez, que en manos de ?lvaro Pombo opera en otros ¨¢mbitos m¨¢s intimistas, entre pliegues sentimentales ba?ados de un humor esquivo, que no borra la amargura de las vidas reinventadas en El metro de platino iridiado (1990).
-Jordi Gracia es autor del ensayo Hijos de la raz¨®n. Contraluces de la libertad en las letras espa?olas de la democracia.
Rafael Conte
"Treinta a?os cuesta abajo"
Lo que doy es un pu?ado de excepciones, m¨¢s que de intenciones. Verdes valles, colinas rojas (2004 -2005), de Ramiro Pinilla; por fin la gran novela vasca estalla en una obra que con un acento ¨¦pico, fant¨¢stico y mitol¨®gico retrata con acentos realistas el ¨²ltimo siglo de la vida de su pa¨ªs. Interminable, imborrable e inolvidable. Paradoja del interventor (2004), de Gonzalo Hidalgo Bayal; un profesor de Instituto, seguidor de S¨¢nchez Ferlosio -y de la Biblia, Kafka y Juan Benet- traza una par¨¢bola sobre la condici¨®n humana, miserable, falta de amor y profundamente simb¨®lica y real. Ladr¨®n de lunas (1998), de Isaac Montero, premio de la Cr¨ªtica ya lejano y semiolvidado, es el autor de una de las mejores novelas sobre nuestra Guerra Civil, donde duplica la humanidad para adaptarse mejor a la escisi¨®n de las dos Espa?as que nos siguen helando el coraz¨®n. Esta pared de hielo (2005), de Jos¨¦ Mar¨ªa Guelbenzu; recuperaci¨®n de un alto escritor que parec¨ªa extraviado en los subg¨¦neros, y que ahora se enfrenta al problema de la muerte a trav¨¦s de la experiencia del m¨¢s all¨¢ y en un di¨¢logo con Cerbero, el Diablo y la s¨¢tira actual cargada de cr¨ªtica y cultura. La conquista del aire (2001), de Bel¨¦n Gopegui, una f¨¢bula contempor¨¢nea que muestra c¨®mo el influjo del dinero opera transformando los amores, las amistades y los comportamientos humanos.
-Rafael Conte es autor de El pasado imperfecto.
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