Entre la pol¨ªtica y Plat¨®n
Primer presidente del Parlamento de Vitoria, no ha abandonado su pasi¨®n por el euskera y el griego cl¨¢sico
El periodo fue apasionante, sin duda, para cualquier ciudadano que vivi¨® aquellos a?os, los diez primeros de la democracia espa?ola. Pero si adem¨¢s se est¨¢ en la primera l¨ªnea de la pol¨ªtica, para qu¨¦ contar. Juan Jos¨¦ Pujana ten¨ªa 32 a?os cuando muri¨® Franco y era uno de los principales pol¨ªticos del PNV que sal¨ªa de la clandestinidad y se preparaba para la etapa posterior a la dictadura, llena de incertidumbres.
"La gente quer¨ªa participar a toda costa; nos dimos cuenta cuando pedimos la abstenci¨®n en el primer refer¨¦ndum [el de la Reforma Pol¨ªtica, en diciembre de 1976] y el pueblo nos dio la espalda y vot¨®", recuerda. Uno de los argumentos fundamentales que mantuvo el PNV meses desp¨²es en las conversaciones de Chiberta (Pa¨ªs Vasco franc¨¦s) con las dem¨¢s organizaciones del mundo nacionalista y las dos ramas de ETA fue ¨¦se: "No se pod¨ªa parar a la sociedad, porque la sociedad quer¨ªa participar, quer¨ªa cambiar", remomora. Ya entonces se vio la fractura entre la visi¨®n del PNV y la del conglomerado de la izquierda abertzale. "Y ahora, tras 30 a?os de p¨¦rdida de estar en la realidad social y pol¨ªtica, comienzan a ver algo. Por ejemplo, ahora reconocen que cada territorio tiene su ritmo propio".
En la primera legislatura los pol¨ªticos desconoc¨ªan la cortes¨ªa parlamentaria
Las instituciones auton¨®micas echaron a andar en precario, sin siquiera m¨¢quinas de escribir
Pujana no se olvida del momento hist¨®rico que se viv¨ªa entonces, con "un paro apabullante, la industria en bancarrota, y luego el fen¨®meno de la violencia, porque hab¨ªa un muerto cada dos d¨ªas". "En aquella complejidad, las primeras elecciones generales fueron clarificadoras, sin duda. Se puso a cada cual en su sitio. Y no hay que olvidarse de la presi¨®n del Ej¨¦rcito: en 1981 Tejero dio su golpe de Estado", recuerda.
En diciembre de 1978 se se presentaba el proyecto de Estatuto de Autonom¨ªa en el Congreso de los Diputados. "Era el mejor Estatuto que en aquel momento se pudo hacer, y eso lo tiene que reconocer todo el mundo. Y m¨¢xime con el recorrido que ha dado. No hay que olvidar que pocos a?os antes no se pod¨ªa ni poner en p¨²blico una ikurri?a", explica Pujana. Poco despu¨¦s, una vez aprobado en refer¨¦ndum el Estatuto, hab¨ªa que poner en marcha las instituciones auton¨®micas, con un Parlamento en precario, que convocaba las comisiones con papeles "escritos a mano y ensobrados por nosotros". "No ten¨ªamos ni m¨¢quinas de escribir. Estuvimos de prestado en las diputaciones forales".
A pesar de todas las dificultades y de una primera etapa de transhumancia entre Bilbao y Vitoria, la C¨¢mara vasca reuni¨® en su primera legislatura un grupo de pol¨ªticos irrepetible. Pujana recuerda algunos de ellos: Solchaga, Eguiagaray, Mayor Oreja, Mario Fern¨¢ndez, Onaindia, Olaverri, el propio lehendakari, Carlos Garaikoetxea. "Eran tiempos para tentarse la ropa. Hay que recordar que el 90% de las transferencias se realizaron en la primera legislatura, adem¨¢s de que se hab¨ªa negociado el Concierto Econ¨®mico".
Pero el orden parlamentario brillaba por su ausencia. "No ten¨ªamos Reglamento, us¨¢bamos el del Congreso. Y a ¨¦l me aferr¨¦, porque los guirigais que se montaban eran impresionantes. No hab¨ªa ninguna cultura democr¨¢tica: no se sab¨ªa qu¨¦ era la cortes¨ªa parlamentaria, los tiempos, lo que era una ley o una proposici¨®n de ley. Y todos quer¨ªan intervenir en todo momento".
Un ejemplo: "Recuerdo cuando nos secuestraron los de Nervacero [los trabajadores de una empresa en crisis] en un pleno convocado en Bilbao. D¨ªas antes, ya hab¨ªa pedido a Retolaza, entonces consejero de Interior, que pusiera un par de berrocis [escoltas del Gobierno vasco:todav¨ªa no se hab¨ªa creado la Ertzaintza] en la puerta. La medida fue duramente contestada por los parlamentarios de todo el arco, con Mayor Oreja y Mario Onaindia a la cabeza, que se quejaban de que la polic¨ªa cercenaba su libertad de expresi¨®n. Pues bien, despu¨¦s de que los de Nervacero nos tuvieran secuestrados hasta las seis de la ma?ana, que nos salvara la Guardia Civil con una entrada que pod¨ªa haber acabado en una carincer¨ªa, los mismos que me hab¨ªan pedido que no pusiera polic¨ªa, me rogaron que llenara el pasillo de berrocis", relata con una sonrisa en la boca.
A pesar de estos y otros avatares, Pujana compatibilizaba la pol¨ªtica con su afici¨®n por el euskera, que ha cultivado desde siempre, y el griego cl¨¢sico. "Es algo que no he abandonado nunca. Leo griego, lo escribo y hasta trato de hablarlo", precisa. Pronto entr¨® en contacto con la asociaci¨®n helenista que presid¨ªa en Bilbao Federico Krutwig, integrada por elementos curiosos como Irigoyen, Lav¨ªn, Juan ?ngel Echevarria. "Era una asociaci¨®n muy activa; incluso preparamos una moci¨®n para el Parlamento Europeo en la que plante¨¢bamos recuperar el griego como lengua com¨²n. ?bamos tambi¨¦n a los congresos helen¨ªsticos. En ellos, Federico Krutwig, todo un personaje, y yo ¨¦ramos los ¨²nicos que present¨¢bamos los trabajos en griego cl¨¢sico; ni los propios griegos, s¨®lo aquellos dos b¨¢rbaros del Norte", subraya.
De aquella ¨¦poca es tambi¨¦n su traducci¨®n de Politeia, La Rep¨²blica de Plat¨®n, al euskera. "No pod¨ªamos considerar que el euskera fuera una lengua culta si no ten¨ªa a los cl¨¢sicos traducidos, ah¨ª empez¨® el reto. Para m¨ª, La Rep¨²blica es el libro que m¨¢s ha influido en la cultura occidental despu¨¦s del Nuevo Testamento", recalca. De hecho, contin¨²a traduciendo poco a poco algunas obras capitales de la cultura griega, quiz¨¢ su pasi¨®n m¨¢s duradera desde su alejamiento de la pol¨ªtica activa.
Ra¨ªces de Arratia
Nacido en Bilbao en 1943, de familia con ra¨ªces en el valle de Arratia, Juan Jos¨¦ Pujana vive en Elorrio, de donde procede su mujer. Padre de dos hijos, estudi¨® en la Universidad de Deusto Derecho Econ¨®mico, mientras cultivaba el griego que le hab¨ªan ense?ado en el bachiller. Abri¨® despacho de abogado en la calle Marqu¨¦s del Puerto, donde se celebraron algunas de las reuniones m¨¢s importantes de la transici¨®n. En la crisis vivida por el PNV en los ochenta se aline¨® con Garaikoetxea y, tras la escisi¨®n de Eusko Alkartasuna, fue apart¨¢ndose de la primera l¨ªnea. Actualmente es miembro de la Asamblea Nacional de EA y trabaja como coordinador general de Musikene.
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