11.000 d¨ªas: transici¨®n a la transici¨®n
HAN PASADO ONCE MIL D?AS desde aqu¨¦l en que muri¨® Franco tras una larga agon¨ªa. A partir de noviembre de 1975 comienza un periodo no demasiado estudiado desde el punto de vista econ¨®mico, que es el que conecta el tardofranquismo con la transici¨®n de un r¨¦gimen autoritario a la democracia, desde el desarrollismo sin libertades a la sociedad abierta, y cuya evoluci¨®n depende mucho de las circunstancias internacionales.
El contexto econ¨®mico de los ¨²ltimos a?os del franquismo y el primer Gobierno de la Monarqu¨ªa est¨¢ marcado por dos choques paralelos: las crisis monetaria y petrol¨ªfera. Los primeros a?os setenta est¨¢n sellados por el desorden del sistema monetario internacional causado por la ca¨ªda del d¨®lar, que a su vez est¨¢ provocada por una decisi¨®n pol¨ªtica de Richard Nixon: en agosto de 1971, sin consulta previa alguna, el presidente de EE UU desliga al d¨®lar del patr¨®n oro. En una coyuntura en la que crec¨ªa el d¨¦ficit exterior de EE UU (como consecuencia de la guerra de Vietnam), y al mismo tiempo aumentaba la liquidez internacional producida por las exportaciones de petr¨®leo, las principales monedas flotaban en un r¨¦gimen creciente de inestabilidad.
El contexto econ¨®mico del tardofranquismo est¨¢ marcado por dos choques paralelos: el monetario y el petrol¨ªfero. Mientras los dem¨¢s pa¨ªses se sacrifican, los franquistas embalsan los problemas. Que arree el que llega
En octubre de 1973 comienza la cuarta guerra ¨¢rabe-israel¨ª, la del Yom Kipur: Egipto y Siria atacan a Israel para recuperar los territorios que este ¨²ltimo se hab¨ªa apoderado durante la guerra de los Seis D¨ªas, en 1967. La OPEP, compuesta por los pa¨ªses ¨¢rabes, sube varias veces consecutivas el precio del barril y, adem¨¢s, embarga sus exportaciones a los pa¨ªses aliados de Israel. El precio del crudo se multiplic¨® por cinco durante 1973. Las econom¨ªas de todos los pa¨ªses desarrollados debieron recurrir a planes de austeridad, que de forma inevitable condujeron a fuertes rebajas del nivel de vida de sus ciudadanos. A la combinaci¨®n de altos precios con escaso crecimiento econ¨®mico se le denomin¨® con el neologismo de estanflaci¨®n.
En este contexto, las tres dictaduras del sur de Europa, Portugal, Grecia y Espa?a, inician sus procesos pol¨ªticos hacia la democracia. En nuestro pa¨ªs, la debilidad pol¨ªtica del r¨¦gimen franquista, en sus estertores, impide que se apliquen las medidas de austeridad necesarias. Se hace como si la crisis econ¨®mica no existiese, se embalsan los problemas. Los ¨²ltimos a?os de Franco son de abdicaci¨®n en el manejo de la responsabilidad econ¨®mica. La muerte del dictador llega en el peor momento para la econom¨ªa: despu¨¦s de 14 a?os de desarrollismo -con tasas anuales de crecimiento del PIB superiores al 7%- la herencia final es temible: inflaci¨®n desbocada, d¨¦ficit exterior creciente, par¨®n en el crecimiento, aumento de los salarios muy por encima de la inflaci¨®n...
El primer Gobierno de la Monarqu¨ªa, presidido por Carlos Arias Navarro (el ¨²ltimo jefe de Gobierno de Franco), tiene tres vicepresidentes: de Defensa, el general Fernando de Santiago; de Interior, Manuel Fraga Iribarne; de Asuntos Econ¨®micos, Juan Miguel Villar Mir. Ese Gobierno, inmovilista desde el punto de vista pol¨ªtico, protagoniza algunos ajustes macroecon¨®micos: deval¨²a la peseta un 10%, reduce las disponibilidades l¨ªquidas para que el dinero en circulaci¨®n crezca menos y presenta ante el Congreso una ley de Actuaci¨®n Econ¨®mica (un plan de estabilizaci¨®n), que decae con el mismo Ejecutivo. Villar Mir es el ministro m¨¢s impopular porque predica sacrificios econ¨®micos sin que a cambio se legalicen las anheladas libertades. El primer Gobierno de Juan Carlos I coincide con el movimiento huelgu¨ªstico m¨¢s importante y extenso desde la II Rep¨²blica. Todo el mundo era consciente de que las protestas contra la pol¨ªtica econ¨®mica de Villar Mir ten¨ªan un objetivo m¨¢s elevado: forzar los cambios hacia una democracia consolidada, sin posible marcha atr¨¢s. Pero ser¨ªa injusto olvidar el nombre del hoy presidente de la constructora OHL a la hora de hacer la historia de los a?os previos a la transici¨®n. Con sus l¨ªmites y defectos.
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