Revisionismo
Qu¨¦ bien. Por fin ha llegado el d¨ªa en que hemos descubierto que no hab¨ªa pasado nada. Pero nada de nada, oiga. Al parecer hab¨ªamos estado viviendo en un sue?o, en un sue?o que no cabr¨ªa calificar ni de pesadilla. Hombre, si uno se pusiera puntilloso descubrir¨ªa que todo lo m¨¢s hubo alguna ligera sombra; vamos, lo mismo que cuando te despiertas, te miras al espejo y te descubres una espinilla. Por lo dem¨¢s, hemos vivido no en el mejor de los mundos posibles sino en el mejor de los mundos imaginables. ?Que nos tosan! A ver qui¨¦n es el guapo que se atreve a compar¨¢rsenos. Todo lo m¨¢s habr¨ªamos experimentado cierto miedo a despertarnos porque lo extraordinario siempre da un poco de respeto. Pero ahora que hemos descubierto que vivimos en un mundo feliz es como para lamentarse de no haber despertado antes. Lamentarse dentro de un orden, claro, porque es tanta la dicha que nos rodea y tan alta la perfecci¨®n que sencillamente no proceden los mohines y mucho menos los rictus. Incluso los desagradecidos, si es que los hubiera, deber¨ªan estar contentos porque no todos los d¨ªas ocurre que uno se despierta y descubre que, en realidad, no hab¨ªa pasado nada. ?A que resulta maravilloso?
Raptado por el sentir general de que nunca hubo pasado si no fue bueno, el Gobierno vasco va a contribuir a la dicha com¨²n con la verdadera versi¨®n de La Odisea, en la seguridad de que Homero, qu¨¦ pill¨ªn, nos enga?¨®. En efecto, no s¨®lo la guerra de Troya no tuvo lugar, sino que Ulises ni siquiera sali¨® de ?taca abandonando a su esposa Pen¨¦lope. Qui¨¢. La Odisea que nos va a dar a conocer el Gobierno vasco, gracias le sean dadas, especifica que Ulises siempre vivi¨® con la diosa Calipso en la isla Ogigia. Ulises am¨® a Calipso hasta la locura y s¨®lo por pasar el rato se inventaba historias de un lugar llamado ?taca donde hab¨ªa una mujer llamada Pen¨¦lope que ten¨ªa una tricotosa para tejer bufandas, pero como era una ro?ica las deshac¨ªa para reutilizar la lana.
A Calipso le gustaba mucho que Ulises se inventara una mortal tan tonta y se re¨ªan juntos hasta que les dol¨ªan las costillas, dicho sea metaf¨®ricamente porque ambos eran inmortales. La confusi¨®n acerca de algo parecido a una guerra acaecida en un villorrio llamado Troya proviene de la Playstation que Calipso le regal¨® a Ulises con motivo de su 3553 cumplea?os. Al parecer, junto a ciertos pasatiempos para construir naciones, conten¨ªa un juego de combate muy popular y unos virus llamados Caballos de Troya que fueron los que lo confundieron todo. O sea, que si nada de eso existi¨® huelga decir c¨®mo no existieron otras cosas.
Pero a¨²n hay m¨¢s, recientes excavaciones llevadas a cabo por orden personal del lehendakari habr¨ªan descubierto que Ogigia podr¨ªa corresponder a lo que hoy llamamos Ordizia, donde ha quedado un amor por las morcillas y el queso que no ser¨ªa sino el vestigio del que se profesaron Ulises y Calipso. De hecho, prestigiosos especialistas han llegado a la conclusi¨®n de que La Odisea ser¨ªa primera epopeya vasca, como lo demostrar¨ªan ciertas inscripciones halladas muy cerca de la m¨ªtica ciudad del Gohierri. En efecto, detr¨¢s de los extra?os caracteres griegos tallados en un cromlech se ocultaban en realidad textos escritos en vasco antiqu¨ªsimo que hablaban de la enamorada pareja y no de la pesca de la ballena como sugiri¨® alg¨²n despistado.
De modo que no cabe sino congratularse al cubo. S¨ª, hemos descubierto que hab¨ªamos vivido en un sue?o y que, en realidad, no pas¨® nada. Pero lo mejor es que ahora sabemos que tampoco en el futuro pasar¨¢ nada. Si hubiese lobos, que no puede haberlos, pastar¨ªan tranquilamente con los corderos. Acabamos de despertar a la Edad de Oro donde si hubiera alguien llamado Otegi compartir¨ªa la mesa y el pan con todos los hombres y mujeres de bien, como ¨¦l; incluso con las que no se dejan. Muy pronto, los r¨ªos manar¨¢n leche y miel y ataremos los perros con longaniza, si es que eso de atarlos no supone una tortura intolerable para los esp¨ªritus m¨¢s sensibles.
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