El ocaso de las almadrabas
La sobrepesca del at¨²n rojo pone en peligro su explotaci¨®n m¨¢s tradicional
Pr¨¢cticamente todas las t¨¦cnicas de pesca conocidas en el mundo, desde las m¨¢s rudimentarias hasta las sumamente complejas, se practican en la regi¨®n mediterr¨¢nea, y el litoral andaluz re¨²ne una buena muestra de este alarde de ingenio. La almadraba es una de esas t¨¦cnicas, tradicionales y sostenibles, que ha sido capaz de sobrevivir al paso de los siglos con muy pocas modificaciones, hasta el punto de que algunos la consideran la pesquer¨ªa m¨¢s antigua de Occidente, con 3.000 a?os de historia.
Esta t¨¦cnica, que permite la captura de los atunes cuando transitan por el Mediterr¨¢neo camino de sus ¨¢reas de desove o bien han iniciado su viaje de vuelta al Atl¨¢ntico despu¨¦s de la reproducci¨®n, est¨¢ a medio camino entre el cerco y la trampa, y no es m¨¢s que un laberinto flotante de redes que se instala en la ruta de estos grandes peces. En la actualidad, y en el ¨¢rea del Estrecho de Gibraltar, operan cuatro almadrabas andaluzas (Zahara de los Atunes, Barbate, Conil y Tarifa) y otras siete marroqu¨ªes (Kenitra 1 y 3, Garifa, Cenizosos, Punta Negra, Jolot y Pr¨ªncipe), que, en conjunto, proporcionan empleo directo a m¨¢s de 1.000 personas.
A juicio del Fondo Mundial para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (WWF-Adena), las capturas conseguidas en los ¨²ltimos cinco a?os mediante este procedimiento se han reducido en un 80%, y no parece que ¨¦ste sea un fen¨®meno coyuntural. De hecho, en 2000 se llevaron a cabo algunos trabajos cient¨ªficos con los que se trat¨® de precisar el grado de presi¨®n pesquera que pod¨ªa soportar la especie, y ya entonces se consider¨® que las capturas supon¨ªan m¨¢s del doble de lo que poblaci¨®n reproductora de at¨²n rojo pod¨ªa soportar.
Desde entonces la situaci¨®n no ha hecho sino empeorar. Durante la presente campa?a se estima que el volumen de capturas en el Mediterr¨¢neo rondar¨¢ las 45.000 toneladas, cifra que supera ampliamente las 32.000 toneladas que figuran en las cuotas aprobadas por la Comisi¨®n Internacional para la Conservaci¨®n del At¨²n Atl¨¢ntico (ICCAT).
El caso de la anchoa
As¨ª las cosas, Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF-Adena, advierte de que "al igual que ocurri¨® en el caso de la anchoa, cuyas pesquer¨ªas colapsaron tras varios a?os de capturas insostenibles y contrarias a las recomendaciones cient¨ªficas, tambi¨¦n en lo que se refiere al at¨²n rojo podemos ser testigos de la desaparici¨®n de sus pesquer¨ªas".
Con estos antecedentes, los conservacionistas, el sector de las almadrabas y el propio Gobierno central, manten¨ªan la esperanza de que la ICCAT, en su ¨²ltima reuni¨®n celebrada a finales de noviembre en Sevilla, tomara en consideraci¨®n estas advertencias y dictara, por consenso de todos sus miembros, medidas de control que evitaran la sobrepesca. Sin embargo, la Uni¨®n Europea, de acuerdo a los intereses franceses, y Libia, bloquearon un acuerdo para el que se hab¨ªa conseguido incluso el apoyo de pa¨ªses poco sensibles a este tipo de limitaciones, como Estados Unidos y Jap¨®n.
No hubo, por tanto, posibilidad de acordar el cierre de las pesquer¨ªas de at¨²n rojo durante los meses de julio y agosto, f¨®rmula que permitir¨ªa reducir las capturas en un 30% y proteger as¨ª el 90% de la producci¨®n de inmaduros de esta especie.
El problema de la sobrepesca recae en la flota industrial de cerco que en los ¨²ltimos a?os est¨¢ capturando miles de atunes con destino a las granjas de engorde. Este a?o se destinaran a este floreciente negocio m¨¢s de 28.000 toneladas de at¨²n rojo, de las que unas 12.800 toneladas se habr¨¢n capturado en aguas libias, donde operan tanto barcos de esta nacionalidad como franceses, aun cuando las cuotas concedidas a ambos pa¨ªses no alcanzan, en su conjunto, las 7.500 toneladas. Adem¨¢s de sobrepasar el cupo concedido por la ICCAT, estas flotas recurren a procedimientos ilegales, como la localizaci¨®n de los bancos de at¨²n, durante el mes de junio, mediante avionetas, procedimiento prohibido por la Uni¨®n Europea.
Las granjas de engorde en vivo es un recurso que no lleva demasiados a?os en funcionamiento, pero del que se obtiene una alta rentabilidad. La idea surgi¨® de una serie de industriales murcianos que, en 1997, pensaron que en vez de comercializar los atunes en plena temporada (de mayo a septiembre, seg¨²n las zonas), ser¨ªa m¨¢s rentable mantenerlos con vida hasta que disminuyeran las capturas en fresco y venderlos as¨ª, a mejor precio, varios meses despu¨¦s, coincidiendo, por ejemplo, con la temporada navide?a. En estos ocho a?os se han multiplicado las granjas de engorde, que ya est¨¢n presentes en diferentes puntos del Mediterr¨¢neo, entre los que se incluye el litoral catal¨¢n, el andaluz y el de Levante.
sandoval@arrakis.es
Un antiguo sentido com¨²n
En un trabajo sobre pesquer¨ªas tradicionales y conflictos ecol¨®gicos, publicado en 1991 por el Ministerio de Agricultura, es posible comprobar c¨®mo los descensos en las capturas, e incluso el agotamiento de algunos caladeros, no es algo nuevo y atribuible ¨²nicamente al impacto de una flota m¨¢s tecnificada o a los mayores ¨ªndices de contaminaci¨®n de las aguas marinas. El problema viene de antiguo y hunde sus ra¨ªces en el escaso conocimiento cient¨ªfico sobre la din¨¢mica de algunas poblaciones animales y el desprecio a los m¨¢s elementales criterios de sostenibilidad.
Como ejemplo se cita la pesca de atunes en las almadrabas del Golfo de C¨¢diz. La disminuci¨®n de capturas registrada en los ¨²ltimos a?os, y achacada a la sobreexplotaci¨®n, los cambios en las rutas migratorias o la contaminaci¨®n, aparece ya documentada en un escrito de Fray Mart¨ªn Sarmiento, fechado en el siglo XVIII. El religioso, a petici¨®n del Duque de Medina Sidonia, investiga las causas de la decadencia de las almadrabas, aportando conclusiones tan actuales, y sensatas, como que "el modo de pescar mucho es el peor modo de pescar y de apurar la pesca", o que "faltan los pescados en el mar porque se desprecian las leyes de la veda que se pusieron justamente en favor de la cr¨ªa".
Pese a la larga historia de la pesca del at¨²n, y el sofisticado arte con el que se le trampea, hace tres siglos se manten¨ªan ideas tan singulares como que estos peces se alimentan, entre otras cosas, de bellotas: "Los atunes, seg¨²n Atheneo, son unos puercos marinos que comiendo dichas bellotas engordan much¨ªsimo (...), y que, cuando el a?o es abundante en bellotas, lo ser¨¢ tambi¨¦n en atunes".
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