La modernizaci¨®n del Estado de bienestar
Una de las argucias dial¨¦cticas del pensamiento ¨²nico consiste en explicar que para distribuir la riqueza antes es necesario crecer. Pero ocurre que en la mayor parte de las ocasiones por muy bien que vaya la econom¨ªa nunca llega el momento de la redistribuci¨®n. La Encuesta de Condiciones de Vida (ECV), hecha p¨²blica hace unos d¨ªas por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), muestra con nitidez esta excusa ret¨®rica: en la ¨²ltima d¨¦cada, a pesar de que la econom¨ªa espa?ola ha crecido sistem¨¢ticamente por encima de las de los pa¨ªses de nuestro entorno, las condiciones de distribuci¨®n de la renta y la riqueza siguen estancadas en los mismos par¨¢metros que antes.
El mapa que traza la ECV es desconsolador, y cuestiona muchos de los datos de la coyuntura m¨¢s superficial: una de cada cinco personas que vive en Espa?a (casi nueve millones de ciudadanos) se encuentra por debajo del umbral de pobreza relativa, que se estima en poco m¨¢s de 5.000 euros anuales, unos 369 euros mensuales. Esa tasa de riesgo de pobreza es mayor en las mujeres (20,8%) que en los hombres (19%). Los grupos m¨¢s afectados son las personas de 65 a?os o m¨¢s (el 29,6%) y las zonas geogr¨¢ficas m¨¢s implicadas, Extremadura (37% de personas por debajo del umbral de pobreza) y Andaluc¨ªa (31,1%), datos que deber¨ªan servir tambi¨¦n para el debate sobre el modelo territorial.
Como hace mucho que las principales fuerzas pol¨ªticas renunciaron a un mayor esfuerzo distribuidor a trav¨¦s de la pol¨ªtica fiscal, es muy positivo que en estos momentos est¨¦ en marcha un nuevo cap¨ªtulo del Estado del Bienestar, como es la aprobaci¨®n en Espa?a de una ley de dependencia o de autonom¨ªa personal, el cuarto pilar del welfare tras las pensiones, la educaci¨®n y la sanidad universal.
Si no se tuercen las cosas, en el plazo de un mes el Gobierno quiere aprobar el anteproyecto de ley de dependencia, que instituir¨¢ el derecho de todo ciudadano dependiente, por el mero hecho de serlo, a ser atendido por el Estado. Se trata de una modernizaci¨®n del Estado del Bienestar para acercarlo a la realidad de los pa¨ªses de nuestro entorno. Alrededor de 1,1 millones de ancianos (recuerden, el colectivo m¨¢s afectado por la pobreza relativa, seg¨²n la ECV) y discapacitados necesitan ayuda para las actividades cotidianas, y casi dos millones de ciudadanos m¨¢s requieren de alg¨²n servicio externo para desenvolverse. La situaci¨®n comparativa es muy mala: en Espa?a s¨®lo hay plazas residenciales para tres de cada cien personas mayores de 65 a?os (frente a siete, de media europea); el servicio de ayuda a domicilio da cobertura s¨®lo a un 2% de la poblaci¨®n; y la teleasistencia, a un m¨ªnimo 1% de la poblaci¨®n mayor y discapacitada. Si se tiene en cuenta el resto de los cap¨ªtulos que atender¨¢ la ley de dependencia (centros de d¨ªa, viviendas tuteladas, estancias temporales en residencias, etc¨¦tera), los porcentajes son a¨²n m¨¢s desalentadores.
Seg¨²n estimaciones del Ministerio de Trabajo, el coste de esta ley, cuando dentro de ocho a?os est¨¦ plenamente en vigor, puede llegar a un 1% del PIB. Todav¨ªa quedan dudas que despejar: qui¨¦n y c¨®mo se financiar¨¢ (no ser¨¢ con cargo a la Seguridad Social, sino a trav¨¦s de impuestos), y si se tratar¨¢ de un derecho universal y lineal, o si los ciudadanos deber¨¢n participar en relaci¨®n a su renta y riqueza. En un muy interesante estudio para la Fundaci¨®n Largo Caballero, el catedr¨¢tico de Pol¨ªticas P¨²blicas de la Universidad Pompeu Fabra, Vicens Navarro, recuerda algunas tendencias que deben servir para este debate: Espa?a tiene el gasto p¨²blico por habitante en protecci¨®n social m¨¢s bajo de la UE de 15 miembros, el grupo de pa¨ªses m¨¢s pr¨®ximo a nosotros por su nivel de desarrollo econ¨®mico. Lo que significa que Espa?a se gasta en su Estado del Bienestar mucho menos de lo que le corresponde por su nivel de riqueza.
Algunos neoliberales ya han respondido que esta iniciativa se relaciona con la campa?a socialista para recuperar la distancia perdida en los sondeos. Da igual con qu¨¦ intenci¨®n se hace: la ley de dependencia supone una modernizaci¨®n del Estado del Bienestar tan significativa como oportuna. Los ciudadanos deben aprovecharse del momento.
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