Agentes con olfato
Seis perros de la Guardia Civil inspeccionan en el aeropuerto de Barajas los equipajes de vuelos sospechosos en busca de droga
Boby comienza su jornada laboral sobre las nueve de la ma?ana. Es un pastor checo joven, "juguet¨®n y un poco macarra", seg¨²n lo describe su compa?ero, un guardia civil con acento del sur peninsular. Boby est¨¢ acostumbrado a pisotear y olisquear maletas y todo tipo de bultos que entran en el aeropuerto de Barajas. Es, junto a otros cinco perros, el encargado de pon¨¦rselo dif¨ªcil a los narcotraficantes que ocultan sustancias estupefacientes en los equipajes.
Para Boby, su trabajo es un juego. Se sube a la cinta negra por la que son transportadas las maletas de un salto. Nervioso, no para de mirar a su gu¨ªa. Mueve el rabo con mucha rapidez. Mientras, los empleados de transportar los equipajes empiezan a soltarlos a ritmo lento. Cada bulto llega tras un fuerte impacto en la cinta. El perro los olfatea. Entre uno y otro mira a todos los lados. El can no para de pasar por encima de los bultos, ya que ninguno le resulta sospechoso.
La sorpresa en este vuelo de Caracas llega en una maleta azul con tapas duras. El perro, muy excitado, empieza a ara?arla. Cada vez con mayor velocidad. El guardia civil que lo sujeta con una correa ya se ha acercado a ¨¦l. Se la ha quitado de nuevo para ver que realmente no se trata de un error del perro. Y no lo es. Cuando la maleta llega otra vez a su altura, la sigue ara?ando. Es el modo que le han ense?ado para marcar un paquete sospechoso.
El agente quita de inmediato la maleta del resto y empieza a hablar. "Venga, Boby", "vamos, chico, ?qu¨¦ has encontrado?", son algunas de las frases que le dice en voz alta mientras el pastor checo est¨¢ cada vez m¨¢s inquieto. El guardia civil saca una gasa enrollada en forma de rodillo que no huele ni nada. La mete debajo de la maleta y, en un momento dado, la saca. Es su particular premio.
El perro la muerde con fuerza. Y entonces empieza el juego entre el gu¨ªa canino y su compa?ero. Intenta quit¨¢rselo, pero el otro, que lo tiene bien cogido, se hace cada vez m¨¢s fuerte. El guardia no para de decirle que lo ha hecho muy bien y que es "un buen chico". "Muchas veces, con el cambio de respiraci¨®n o con la forma de mover las orejas, ya sabes que hay algo sospechoso. La experiencia ya nos dice hasta qu¨¦ tipo de maletas son las utilizadas para intentar introducir la droga", explica un guardia civil.
El trabajo para los agentes no ha hecho m¨¢s que empezar. Los guardias civiles que est¨¢n junto a las pistas pasan la descripci¨®n de la maleta a sus compa?eros que est¨¢n en la sala de recogida de equipajes. ?stos, que est¨¢n de paisano y uniformados, se fijar¨¢n en la persona que la recoja. Discretamente, le dir¨¢n que lo pase por un esc¨¢ner que hay en la sala y le obligar¨¢n a que la abra en presencia de m¨¢s agentes. En ese momento, ser¨¢ detenido y acusado de un delito contra la salud p¨²blica (tr¨¢fico de drogas).
En este caso se trata de un hombre de 35 a?os procedente de Venezuela, con cerca de tres kilos de coca¨ªna ocultadas en el doble fondo de su maleta.
"El perro, desde luego, es una gran ayuda. Todos los d¨ªas se encargan de controlar tres o cuatro vuelos que nosotros llamamos calientes para que no pierdan el olfato y est¨¦n entrenados. Tambi¨¦n hacemos pr¨¢cticas. Les metemos maletas nuestras con droga para que no se desmotiven", se?ala un guardia civil que lleva m¨¢s de diez a?os en Barajas.
Los vuelos que generan m¨¢s sospechas son aquellos que provienen de Am¨¦rica del Sur y Central, en especial de Colombia, Venezuela, Brasil, Rep¨²blica Dominicana y Argentina, adem¨¢s de Miami (Estados Unidos). Tambi¨¦n hay rutas procedentes de Cabo Verde, en ?frica, o Bucarest y Holanda. Tambi¨¦n hay vuelos nacionales, como los procedentes de Ceuta y Melilla. "Todo esto va cambiando y la sorpresa puede surgir en cualquier vuelo", se?ala un agente.
El perro es adiestrado durante cinco meses y medio en la escuela que tiene la Guardia Civil en El Pardo. All¨ª, le ense?an a distinguir cuatro tipos de estupefacientes: coca¨ªna, hero¨ªna, marihuana y hach¨ªs. Las pastillas de ¨¦xtasis son m¨¢s dif¨ªciles de detectar porque la composici¨®n de esta sustancia cambia seg¨²n el traficante. Como a veces llevan coca¨ªna, tambi¨¦n son marcadas por los canes. Despu¨¦s, pasan otros 15 d¨ªas hasta que su nuevo compa?ero y el can empiezan la toma de contacto antes de trabajar juntos. "Son unos compa?eros perfectos. Saben cu¨¢ndo uno est¨¢ de mal humor o si est¨¢ enfadado. Se dan cuenta por la forma que tienes de hablarle o incluso de tirar de la correa", reconoce otro agente.
Compa?eros de por vida
El perro suele trabajar hasta los seis o siete a?os, seg¨²n el ritmo de trabajo y el car¨¢cter que tenga. A partir de ah¨ª, al gu¨ªa le dan la opci¨®n de quedarse con ¨¦l. "A veces s¨ª que te lo llevas a casa, pero otras veces depende de las circunstancias de cada uno. En ocasiones, alg¨²n compa?ero no se lo ha podido llevar porque su esposa no lo ha querido o porque viv¨ªa en una casa peque?a", a?ade un guardia civil.
Boby no para de juguetear fuera de la furgoneta en la que es transportado. Dentro, est¨¢ su otro compa?ero, Rex, como el conocido perro de una serie hom¨®nima de Antena 3. Est¨¢ molesto porque oye a Boby que est¨¢ suelto y ¨¦l, mientras, se halla enjaulado. "Es dif¨ªcil saber cu¨¢l es el perro que m¨¢s droga ha aprehendido. Es un poco de suerte y de que le entren varias maletas seguidas", explica un guardia civil.
En breve, habr¨¢ un perro m¨¢s en la unidad de Barajas, con lo que ya ser¨¢n siete. La Guardia Civil siempre opta por perros de raza como pastores alemanes, belgas y holandeses. Tambi¨¦n hay cockers y perros de agua. Son animales muy listos, con buen olfato y un tama?o adecuado para meterse en cualquier rinc¨®n, incluido el maletero de un coche.
Dos toneladas en 11 meses
Botes de desodorante, botellas de bebidas alcoh¨®licas, fondos de maletas o impregnados en la ropa. Son un peque?o ejemplo de los centenares de formas que han utilizado los narcotraficantes para intentar introducir el estupefaciente a trav¨¦s del aeropuerto de Barajas.
Cuando los perros descansan, la Guardia Civil dispone de una furgoneta dotada con un potente esc¨¢ner, donde tambi¨¦n son inspeccionados los equipajes de los vuelos m¨¢s sospechosos. Dos agentes se encargan de comprobar que el contenido sea legal. Igual que en el caso del perro, los guardias siguen a los delincuentes.
"Vemos tantas maletas a lo largo del d¨ªa que ya somos capaces de reconocer una marca de colonia o de desodorante por el bote y la densidad vista a trav¨¦s del esc¨¢ner", asegura un cabo. "La droga siempre viene con unos ¨ªndices de pureza muy altos. Entre un 80% y un 90%, por lo que puede ser cortada cuatro o cinco veces, lo que hace aumentar el beneficio del narco", a?ade otro agente.
De enero a noviembre de este a?o han sido detenidos 564 pasajeros, que portaban 2.045 kilos de estupefacientes. La coca¨ªna, con 1.949 kilos, es la m¨¢s numerosa, seguida muy de lejos por otras sustancias como la marihuana.
Los dobles fondos (794 kilos) y ocultos en otros recipientes (892) han sido las f¨®rmulas m¨¢s utilizadas. La Guardia Civil ha detenido a casi una mujer por cada cuatro hombres: 146 f¨¦minas frente a 418 varones. Noviembre ha sido el mes m¨¢s activo, con 69 arrestados y 301 kilos decomisados.
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