El despegue de los hoteles de bajo coste
En busca del mejor precio, las cadenas reinventan el alojamiento barato
La habitaci¨®n diminuta, posiblemente sin ventana a la calle, pero a precios modestos. Es la ¨²ltima apuesta de la industria hotelera. Stelios Haji-Ioannou, el empresario griego fundador del Grupo Easy (al que pertenecen, entre otros, la aerol¨ªnea EasyJet y la empresa de alquiler de coches EasyCar), impuls¨® en agosto la revoluci¨®n en Europa con la apertura en el centro de Londres del primer EasyHotel. Pronto tendr¨¢ competencia. Yotel, con su f¨®rmula de alcobas cabina, tiene previsto abrir sus puertas en las terminales de dos aeropuertos londinenses a mediados de 2006.
Esta revoluci¨®n hotelera comenz¨® en Jap¨®n. Para paliar la escasez y los altos precios del suelo en la capital, Tokio, se construyeron los llamados hoteles c¨¢psula con sus habitaciones reducidas a meros nichos. Minimalismo de espacio en estado puro. En su interior s¨®lo cabe la cama, y el cliente ni siquiera puede ponerse de pie. No hay, por supuesto, ba?o en el diminuto dormitorio. Pero los que no consiguen conciliar el sue?o pueden, al menos, entretenerse viendo la televisi¨®n que cuelga de la pared. Destinados a asalariados que han perdido el ¨²ltimo metro o que est¨¢n demasiado borrachos para emprender el camino de vuelta a casa, los hoteles c¨¢psula est¨¢n teniendo un ¨¦xito rotundo en el Extremo Oriente.
Una toalla por persona, jab¨®n y papel higi¨¦nico. Son los ¨²nicos lujos que el EasyHotel de Londres incluye en el precio de la habitaci¨®n con cama doble. Una segunda toalla cuesta 1,45 euros; la conexi¨®n de televisi¨®n, 7,25 euros por d¨ªa, y la limpieza de la alcoba, 14,50 euros
Las ventanas de las habitaciones son el elemento revolucionario de la f¨®rmula Yotel. Son interiores y asoman a un pasillo con una sofisticada iluminaci¨®n que "crea la ilusi¨®n de calle"
EasyHotel ha modificado el concepto para Europa. La habitaci¨®n ya no es un nicho, sino un espacio de entre seis y ocho metros cuadrados, incluido el cuarto de ba?o. "Garantizamos seguridad y cama limpia a precios modestos", resalta James Rotgeni, director de comunicaci¨®n de EasyGroup. El lujo brilla por su ausencia en la primera sede hotelera de esta compa?¨ªa que particip¨® en la transformaci¨®n del transporte a¨¦reo con sus vuelos a bajo coste.
El hotel ocupa un solar de Gloucester Crescent, a dos pasos de una de las arterias principales de Londres, muy transitada por los turistas. La boca del metro Gloucester Road queda a unos diez minutos andando, y los museos de la Ciencia, Historia Natural y Victoria & Albert se suceden a corta distancia. La ubicaci¨®n pr¨®xima al centro de la urbe tambi¨¦n se respeta en el EasyHotel de Basilea (Suiza), inaugurado en septiembre, y en las siguientes franquicias que el grupo brit¨¢nico proyecta extender por otras capitales europeas.
Guiado por el naranja
Un letrero anaranjado anuncia al visitante que ha alcanzado su destino hotelero, en el oeste de Londres. Es el color emblema del EasyGroup y se aplica tambi¨¦n a los paneles plastificados de las habitaciones. Como sugiere con humor Rotgeni: "Nuestros hoteles no son recomendables para los que odien el naranja". Treinta y cuatro alcobas se han exprimido del edificio de siete medias plantas que anta?o era un hostal de 18 habitaciones. S¨®lo tres tienen ventanas.
El dise?o se repite en cada dormitorio. Una cama doble empotrada entre tres paredes, un pasillo m¨ªnimo, una pantalla plana de televisi¨®n en la pared y tres ganchos donde colgar la ropa. No hay espacio para guardar la maleta, ni mesilla donde dejar el reloj por la noche. Tampoco hay tel¨¦fono, armarios o baldas. En la obra de remodelaci¨®n se han desaprovechado posibles huecos, el m¨¢s obvio entre ellos el de debajo de la cama.
El cuarto de ba?o, prefabricado, recuerda el servicio de un avi¨®n o de un barco. El agua de la ducha cae directamente sobre el suelo y, probablemente, tambi¨¦n sobre el retrete y el lavabo. El hotel proporciona una toalla por persona, jab¨®n y papel higi¨¦nico. Son los ¨²nicos lujos incluidos en el precio de la habitaci¨®n con cama doble. Una segunda toalla cuesta 1 libra extra (1,45 euros); la conexi¨®n de televisi¨®n, 5 libras (7,25 euros) por d¨ªa; la limpieza de la alcoba, 10 libras (14,50 euros). "La gente tiende a utilizar el hotel s¨®lo para dormir. Las estancias no son muy prolongadas y, por tanto, tampoco necesitan cambiar la funda del edred¨®n ni limpiar la habitaci¨®n", se?ala la encargada del hotel, Pamela Jessica Hamilton.
Las reservas se realizan por Internet bajo el lema "reserva pronto, paga menos", que tambi¨¦n rige la venta de billetes de EasyJet. Desde un m¨ªnimo de 25 libras (unos 36 euros), la habitaci¨®n puede llegar a costar por encima de las 55 libras (unos 80 euros), seg¨²n admite Rotgeni. Una llave electr¨®nica abre la puerta principal del edifico y de la alcoba. No hay conserjer¨ªa en su versi¨®n cotidiana -tampoco bar ni comedor-, pero a cada cliente se le proporciona el n¨²mero m¨®vil de la encargada para posibles emergencias.
Dise?o en tama?o reducido
Yotel da un paso m¨¢s en el escalaf¨®n de valores con sus dos hoteles que tiene previsto inaugurar a mediados de 2006 en los aeropuertos de Heathrow y Gatwick. Ofrecer¨¢ "alojamiento de lujo a bajo coste" en habitaciones cabina pensadas para empresarios, ejecutivos y otros viajeros. En estas cabinas, de 10 metros cuadrados de superficie, s¨ª se ha prestado atenci¨®n al dise?o. ?sta es al menos la impresi¨®n del dormitorio modelo que presentaron recientemente en Londres en una feria de ¨²ltimas tendencias. La cama doble se repliega en sof¨¢; hay huecos para dejar la ropa y objetos personales; una mesa plegada contra la pared hace las veces de escritorio. El cuarto de ba?o, con ducha tel¨¦fono, es prefabricado.
Tecnolog¨ªa punta, incluidos el sistema Wi Fi de conexi¨®n inal¨¢mbrica a Internet y monitor de televisi¨®n, son lujos incorporados al precio de la estancia, por debajo de las 80 libras (unos 115 euros) por noche. Dada su ubicaci¨®n en las terminales de ambos aeropuertos, se podr¨¢n reservar cabinas por un m¨ªnimo de cuatro horas. Se atiende as¨ª al viajero que quiere descansar o ducharse cuando su vuelo se demora, o si despega o aterriza de madrugada.
La cadena de hoteles cabina es el nuevo negocio del brit¨¢nico Simon Woodroffe, fundador de los restaurantes de Sushi YO!, muy populares en Londres. La idea le vino durante un vuelo transatl¨¢ntico en primera clase hace m¨¢s de tres a?os. Quiso trasladar a tierra firme la comodidad y lujos experimentados en el trayecto, dejando en manos de un dise?ador de las cabinas de los aviones Airbus, Piestman Goode, la ejecuci¨®n estil¨ªstica del innovador concepto.
Ambos apuntan a las ventanas de las habitaciones como el elemento revolucionario de la f¨®rmula Yotel. Son interiores y asoman a un pasillo con una sofisticada iluminaci¨®n que "crea la ilusi¨®n de calle". Como tambi¨¦n sucede en la estrategia del Grupo Easy, la eliminaci¨®n de ventanales exteriores permite reducir el coste y ocupar espacios cerrados y subterr¨¢neos donde nadie so?ar¨ªa antes con montar un hotel. Con el respaldo financiero de la firma IFA Hotels & Resorts, con sede en Kuwait, Yotel anuncia que extender¨¢ su red de hoteles al centro de Londres, en 2007, y a otras ciudades internacionales.
VERSI?N JAPONESA: LOS HOTELES C?PSULA
GLORIA TORRIJOSLOS HOTELES c¨¢psula de Jap¨®n se han convertido, desde el primero abierto en Osaka, al oeste del pa¨ªs, en 1977, en una alternativa econ¨®mica para alojarse, por lo general durante una sola noche. Sus clientes suelen ser hombres, empleados de rango medio, que han perdido el ¨²ltimo metro o est¨¢n ebrios. Los extranjeros son bien recibidos.Estos establecimientos, casi todos localizados en las ciudades, se han mostrado especialmente pr¨¢cticos y ¨²tiles en un pa¨ªs donde se interrumpe el servicio del metro entre la 1.00 y las 7.00 horas, donde tomar un taxi tiene un precio muy elevado y en el que, adem¨¢s, las distancias entre los centros de trabajo y las viviendas suelen ser muy largas. Y los japoneses est¨¢n habituados a soportar grandes masas de personas en espacios reducidos. Pero su ¨¦xito responde tambi¨¦n a una costumbre: la tradici¨®n -a menudo ineludible- de beber unas copas con los compa?eros de trabajo y los jefes por la noche tras la jornada laboral. Estos hoteles, que por lo general se encuentran en las proximidades de las estaciones de metro, tienen una ocupaci¨®n que puede llegar hasta 660 hu¨¦spedes, y muy menudo est¨¢n cerca de zonas de prostituci¨®n.En la mayor¨ªa se puede pagar con tarjeta de cr¨¦dito o en met¨¢lico, y el registro comienza a las 16.00 horas. Un sistema de despertador que se activa regularmente desde las 6.15 garantiza que la salida se haga antes de las 9.00. A la llegada, al hu¨¦sped se le entrega una pulsera de pl¨¢stico con el n¨²mero de su c¨¢psula y la llave de una casilla en la que depositar¨¢ su ropa, los zapatos y otras pertenencias. Los hu¨¦spedes andan por el hotel en zapatillas y en yukata, un quimono ligero de algod¨®n, similar a una bata occidental, puestos a disposici¨®n por el hotel durante la estancia.Los hoteles c¨¢psula cuentan entre sus instalaciones con aseos, vestuarios, ba?os y duchas; una sala de esparcimiento; la zona de las m¨¢quinas expendedoras de bebidas y de alimentos; la sala de la televisi¨®n, en la que uno puede pagar por dormir toda la noche en alguno de sus sillones por s¨®lo unos seis euros, un precio m¨¢s m¨®dico que en las c¨¢psulas, cuya tarifa oscila entre los 23 y los 30 euros por noche. Algunos tienen restaurantes y bares, y ofrecen saunas y masajes por un precio extra.Las c¨¢psulas, habitualmente realizadas en pl¨¢stico o fibra de vidrio y alineadas unas junto a otras y en dos filas, una sobre otra, incluyen un foco de luz en la parte superior, una radio, un despertador, una repisa, un colch¨®n, una manta, una televisi¨®n, un espejo, un ventilador contra el calor -y para aislarse del sonido del m¨®vil y de los ronquidos de los vecinos- y una cortinilla a los pies para garantizar cierta privacidad.Las medidas son de 90 cent¨ªmetros de ancho por otros tantos de alto -con lo que es posible sentarse-, y entre 183 y 190 cent¨ªmetros de largo.Casi todos aceptan s¨®lo hombres como hu¨¦spedes, a excepci¨®n de los d¨ªas de fin de semana, cuando suelen permitir tambi¨¦n la estancia de mujeres, pero en zonas separadas. Algunos son s¨®lo para mujeres.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.