El buscador buscado
Si Internet es una plataforma global de comunicaci¨®n no es ¨²nicamente porque cualquiera puede colgar su sitio en la Red sino porque un tercero tiene la posibilidad de saber que est¨¢ y consultarlo. Y ello gracias a los buscadores. Sin esta herramienta, Internet ser¨ªa un escaparate ca¨®tico e inservible en muchos casos. Debido a la importancia que tienen los buscadores en la navegaci¨®n por Internet, varios pa¨ªses imponen la censura sobre los mismos. A cambio de poder estar en el mercado chino, las compa?¨ªas que mantienen buscadores, como Google o MSN, no devuelven resultados cuando el internauta se interesa por p¨¢ginas sobre democracia o T¨ªbet. Y Yahoo ha sido acusada de delatar a un internauta disidente
Ahora, Google protagoniza un enfrentamiento con la administraci¨®n de EE UU porque se niega a suministrar una millonaria cantidad de datos sobre las p¨¢ginas que buscan los internautas. La administraci¨®n justifica la demanda, por v¨ªa judicial, para defender la conveniencia de su ley contra la pornograf¨ªa infantil, cuya entrada en vigor ha tropezado con la resistencia de los tribunales, firmes en la defensa de la cultura garantista. El Gobierno de Bush quiere demostrar que los filtros que los buscadores ofrecen para restringir voluntariamente los resultados de b¨²squeda son insuficientes para proteger al internauta menor de edad. Para muchos grupos civiles esta petici¨®n de datos m¨¢s bien demuestra la ambici¨®n de la Administraci¨®n norteamericana de husmear sin freno en Internet.
Nadie discute la necesidad de combatir el delito y de que Internet no sirva de parapeto a los criminales, pero las leyes han de establecer protocolos claros y rigurosos para que las pesquisas no conviertan a todos los internautas en sospechosos y se preserve su intimidad. La vigilancia sobre actividades delictivas no puede deslizarse hacia una preocupante tutela moral de la autoridad sobre el ciudadano.
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