La trampa de la desigualdad

Cada a?o, el Banco Mundial publica un informe sobre el desarrollo en el mundo al que dedica un extenso estudio monogr¨¢fico sobre uno de los muchos factores que son decisivos para el desarrollo de los pa¨ªses. El informe 2005 trata de los efectos positivos que tiene la igualdad de oportunidades sobre el desarrollo y, al contrario, de los efectos nocivos que tiene la desigualdad sobre el mismo. La complementariedad entre igualdad y desarrollo tiene dos or¨ªgenes o razones. Primero, en la existencia de muchos fallos de mercado en los pa¨ªses en desarrollo, especialmente en los mercados de cr¨¦dito, seguro, suelo, y educaci¨®n, sanidad y capital humano, con lo que los recursos no se dirigen all¨ª donde tienen mayor rentabilidad y el desarrollo tiende a ser menor y m¨¢s lento.

Muchos ni?os pobres muy bien dotados intelectualmente no consiguen completar su educaci¨®n primaria y otros ricos poco dotados terminan sus estudios universitarios; muchas mujeres inteligentes son marginadas de la educaci¨®n mientras que muchos hombres menos capaces consiguen una educaci¨®n elevada; los agricultores trabajan mucho menos cuando est¨¢n sujetos a contratos de aparcer¨ªa que cuando lo hacen en su propio trozo de tierra; muchos de los mejores pa¨ªses productores internacionales de productos agr¨ªcolas y textiles no consiguen tener acceso a los mercados de los pa¨ªses ricos... Cuando no existen mercados que asignen los recursos por el m¨¦rito de cada persona, o son muy deficientes, la distribuci¨®n de la riqueza y del poder es la que determina una asignaci¨®n de los recursos basada en el favoritismo.

La segunda raz¨®n por la que son complementarios es que elevados niveles de desigualdad tienden a llevar a instituciones y a pol¨ªticas econ¨®micas y sociales que sistem¨¢ticamente favorecen los intereses de aquellos con mayores recursos, mayor poder o mayor influencia, lo que genera costes econ¨®micos muy elevados. Si los derechos personales y de propiedad s¨®lo se defienden para unos pocos y las asignaciones presupuestarias s¨®lo benefician a los m¨¢s ricos o influyentes, se deja sin explotar una gran parte del talento de la sociedad (la mayor¨ªa que se queda marginada) y se reducen las oportunidades del pa¨ªs para aumentar su inversi¨®n y su innovaci¨®n y mejorar su desarrollo. La desigualdad hace que no se usen los mercados para la asignaci¨®n eficiente de los recursos, sino el poder y la influencia, lo que aumenta todav¨ªa m¨¢s la desigualdad. Al final, se reduce el crecimiento potencial y el desarrollo sostenible de dichos pa¨ªses.

El banco propone una serie de ideas para conseguir romper esta "trampa de la desigualdad". Aunque la introducci¨®n de la igualdad de oportunidades tiende a reducir las desigualdades en los niveles de educaci¨®n, de sanidad y de renta, su objetivo no es conseguir una igualdad de logros o resultados, ya que, en justicia, hay que dejar que surjan diferencias derivadas de diferentes talentos, esfuerzos o suerte. En segundo lugar, para conseguir una mejora en la igualdad de oportunidades, la acci¨®n p¨²blica debe de concentrarse en la distribuci¨®n de recursos, de activos, de oportunidades econ¨®micas y de voz pol¨ªtica, en lugar de en la igualdad de rentas. Basta con invertir en el desarrollo de los recursos humanos de los pobres, en un mayor y m¨¢s igual acceso de ¨¦stos a los servicios p¨²blicos y a la informaci¨®n, en unos derechos de propiedad garantizados para todos por igual y en unos mercados m¨¢s accesibles para los marginados. Para tener ¨¦xito hay que hacer, en paralelo, un gran esfuerzo en conseguir una mayor representaci¨®n y capacidad de influencia pol¨ªtica de los excluidos.

En tercer lugar, aunque puede haber a corto plazo algunos problemas de elecci¨®n entre el binomio igualdad/eficiencia cuando se realizan an¨¢lisis coste-beneficio, a largo plazo los grandes beneficios de la igualdad para el desarrollo, aun siendo dif¨ªciles de medir, son reales e indiscutibles. Una equidad mayor implica una econom¨ªa m¨¢s eficiente, m¨¢s confianza en la sociedad y el pa¨ªs, menos conflictos y mejores instituciones, todo ello a favor de una mayor inversi¨®n y crecimiento.

Guillermo de la Dehesa es presidente del CEPR (Centre for Economic Policy Research). Londres.