Enc¨ªclica para cat¨®licos

La primera enc¨ªclica de un Papa es siempre esperada con inter¨¦s y curiosidad, porque en ella suele reflejarse el rumbo que piensa dar a su pontificado. Nueve meses despu¨¦s de su elecci¨®n, Benedicto XVI hizo p¨²blica ayer su primera enc¨ªclica titulada Deus caritas est (Dios es amor), de apenas medio centenar de p¨¢ginas, en la que deja claro que desea dedicar su labor a reafirmar los fundamentos de la fe cat¨®lica. Es evidente que el nuevo obispo de Roma la ha dirigido s¨®lo a los cat¨®licos, preocupado de que la fe, sobre todo en la vieja Europa, est¨¢ en profunda crisis. Es un documento eminentemente doctrinal, en el que Ratzinger hace exhibici¨®n de su sabidur¨ªa teol¨®gica.

Resulta extra?o que frente a los graves problemas que afligen al mundo en el presente siglo, haya preferido enredarse en los laberintos de la definici¨®n del amor; en marcar las diferencias entre amor er¨®tico y amor espiritual. El Papa ha querido contraponer la expansi¨®n de la pornograf¨ªa al ideal del "amor puro", que no excluye, como ha puntualizado, el amor carnal y el placer sexual, siempre que sean ejercidos dentro del matrimonio y con fines de procreaci¨®n. Benedicto XVI es firme al respecto: el "amor puro" s¨®lo existe en el matrimonio entendido como uni¨®n entre un hombre y una mujer.

A diferencia de su antecesor, el Papa alem¨¢n fija l¨ªmites a la acci¨®n directa de los cat¨®licos en la pol¨ªtica. Afirma que "la Iglesia no puede y no debe tomar en sus manos la batalla pol¨ªtica para realizar una sociedad m¨¢s justa", algo que no gustar¨¢ ni a los te¨®logos de la liberaci¨®n ni a ciertos obispos conservadores que intentan intervenir hasta en las leyes que se debaten en los Parlamentos. La Iglesia cat¨®lica, dice el Pont¨ªfice, debe limitarse a la "formaci¨®n ¨¦tica" de los cristianos y a ejercer, como hac¨ªan las primeras comunidades cristianas, la caridad con los necesitados y los que sufren.

La enc¨ªclica propone a la Iglesia cat¨®lica como la poseedora de un "Dios amor" y critica a quienes se sirven de la religi¨®n en clave de odio, violencia y venganza. Es importante resaltar que el que fue, como Prefecto de la Congregaci¨®n de la Fe, vigilante de la ortodoxia, y en cuyo nombre juzg¨® y conden¨® a no pocos te¨®logos, haya querido dejar claro ahora que la religi¨®n jam¨¢s debe ser usada como instrumento de violencia contra otros.