Anish Kapoor resume en 'Mi patria roja' su concepci¨®n del arte

Un brazo de acero de seis metros con forma de martillo y movido por un motor hidr¨¢ulico da una vuelta cada hora sobre una masa de 25 toneladas de cera y vaselina coloreada en rojo. En su lent¨ªsimo movimiento circular, el rodillo arrastra y deforma la materia generando un redondel rojo que se crea y se destruye a un ritmo geol¨®gico, imperceptible pero inexorable. Se trata de My red homeland (Mi patria roja), la instalaci¨®n central de la exposici¨®n que el Centro de Arte Contempor¨¢neo de M¨¢laga dedica hasta el 30 de abril al escultor brit¨¢nico de origen indio Anish Kapoor (Bombay, 1954), uno de los artistas pl¨¢sticos m¨¢s influyentes de su generaci¨®n. La enorme pieza, creada en 2003, y que antes pas¨® por la Kunsthaus de Bregenz (Austria) y el MAC Grand Hornu (B¨¦lgica), viene acompa?ada por una selecci¨®n de ocho esculturas y seis pinturas. Con las obras presentadas ayer, Kapoor regresa a sus primeras obsesiones art¨ªsticas que tienen que ver con el color, la forma y la textura de los materiales con los que trabaja. "La historia de la escultura es la historia del material", asegura. Sobre la contundencia de sus obras, declara: "No busco la armon¨ªa en la liviandad. La armon¨ªa puede ser algo agresivo y lo espiritual est¨¢ unido a lo agresivo". Aunque el potente color rojo que domina la exposici¨®n recuerda a los pigmentos de su pa¨ªs natal y la exposici¨®n hace referencia a una "patria", Kapoor asegura que My red homeland "no tiene nada que ver con India".

El escultor sostiene que la denominaci¨®n de la obra tiene m¨¢s que ver con la "patria del ser desde el punto de vista personal y art¨ªstico que geogr¨¢fico", y que el color rojo encarna "el color del interior". "El rojo es un color central por excelencia en el arte abstracto, que no es m¨¢s que el arte del interior, de lo espiritual", afirm¨® Kapoor, que ha recibido el Premio Duemila de la Bienal de Venecia de 1990 y el Premio Turner en 1991, entre otros galardones.