Intranquilidad
Los empresarios andaluces est¨¢n intranquilos. No lo digo yo, sino su reci¨¦n reelegido presidente. Mala cosa: la intranquilidad es siempre destructiva, una especie de carcoma metaf¨ªsica que acaba convirtiendo el ¨¢nimo en puro serr¨ªn, porque lo de las cabezas llenas de serr¨ªn es cosa m¨¢s bien de nacimiento. Intranquilos. Los empresarios. De veras que lo siento.
El germen de esa intranquilidad de los empresarios, seg¨²n su intranquilo presidente, est¨¢ en la reforma de los Estatutos. Es l¨®gico: se mueven los Estatutos y se remueve la realidad, igual que pasa con las revoluciones. Y eso pone intranquilo a cualquiera, qu¨¦ quieren que les diga, sobre todo si uno es empresario y persona sensible. De todas formas, esta epidemia de intranquilidad empresarial debe de ser s¨ªntoma de un cambio hist¨®rico profundo, porque la intranquilidad ha sido patrimonio tradicional de los obreros, que siempre han tenido un pie dentro de la empresa y otro en la calle, al albur del viento que soplara en los despachos de los directivos, donde puede gestarse en un abrir y cerrar de ojos una suspensi¨®n de pagos o una regulaci¨®n de empleo. Pero los empresarios han tenido un gesto de solidaridad con el proletariado y se han puesto tambi¨¦n intranquilos. A este paso, todo el mundo va a tener que acudir al trabajo con unos cuantos gramos de ansiol¨ªticos en el cuerpo, porque aquello puede convertirse en lo de Alguien vol¨® sobre el nido del cuco. Por la intranquilidad.
El presidente intranquilo de los intranquilos empresarios andaluces ha exigido a los poderes p¨²blicos que no adopten decisiones "por sensibilidad o subjetivismos", y ah¨ª les aseguro que pierdo pie, porque no s¨¦ en qu¨¦ consiste con exactitud una decisi¨®n pol¨ªtica dictada por la sensibilidad, a no ser que se trate de una decisi¨®n tomada entre l¨¢grimas o en mitad de un arrebato l¨ªrico, y muchos menos a¨²n en qu¨¦ consiste una decisi¨®n pol¨ªtica dictada por el subjetivismo, aunque no quiero ni pensar que el presidente empresarial est¨¦ empleando eufemismos para no hablar de cohecho y de prevaricaci¨®n, porque eso ser¨ªa un estimulante peligroso de la intranquilidad, que es lo que menos necesitan no s¨®lo los empresarios, sino incluso el bedel de la empresa. Seg¨²n el presidente intranquilo, los "fundamentalismos medioambientales" frenan el desarrollo empresarial. Por supuesto que s¨ª, al menos en la misma medida en que el fundamentalismo empresarial frena el desarrollo medioambiental, en el caso de que no opte por destruirlo. En vista de que ser¨ªa m¨¢s dif¨ªcil hacer entrar en raz¨®n a la naturaleza que a los empresarios, lo razonable es que se les d¨¦ raz¨®n a ellos en la persona de su presidente, porque siempre ser¨¢ m¨¢s tranquilizador un desarrollo empresarial fundamentado que un mantenimiento medioambiental fundamentalista. Y es que estamos ante un sector muy sensible y de emocionalidad muy fr¨¢gil: lo intranquiliza no s¨®lo una modificaci¨®n estatutaria, sino tambi¨¦n la preservaci¨®n de un tramo virgen de litoral, de los tres o cuatro que quedan gracias al desarrollo empresarial sostenible, que est¨¢ resultando ser insostenible. Los empresarios andaluces, en fin, est¨¢n intranquilos. Lo proclama su presidente. Y uno se atreve a preguntarles: "?Han probado ustedes con la tila?"
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