El imposible freno al uso de efectivo
La banca no rentabiliza miles de cajeros y TPV por el empleo de billetes en lugar de tarjetas
Los bancos, cajas y cooperativas llevan 20 a?os dedicando verdaderas fortunas a la inversi¨®n en tecnolog¨ªa para seguir siendo el sector financiero m¨¢s eficiente de Europa. As¨ª, primero se lanzaron a crear una tupida red de oficinas. Para evitar que se colapsaran las sucursales, colocaron millones de tarjetas a los clientes e instalaron miles de cajeros para sacar efectivo. Casi a la vez pusieron miles de terminales punto de venta (TPV) en los comercios para que se pagara las compras con el dinero de pl¨¢stico. Sin embargo, la tendencia a utilizar los billetes est¨¢ reduciendo la rentabilidad de las inversiones tecnol¨®gicas.
El coste millonario del fuerte aumento del parque de cajeros y terminales punto de venta no se rentabiliza si no se dispara el uso del 'pl¨¢stico'
El p¨²blico espa?ol es reacio a utilizar las tarjetas. S¨®lo el 15% de las compras las realiza con el dinero de pl¨¢stico, mientras que en Francia esta tasa es del 22% y en el Reino Unido del 25%, seg¨²n un n¨²mero extraordinario de Papeles de la Econom¨ªa Espa?ola, editado por Funcas, sobre tarjetas de pago. As¨ª, Espa?a es el pa¨ªs de la Uni¨®n Europea que m¨¢s billetes y monedas utiliza en relaci¨®n con el producto interior bruto (PIB): el 6,5% frente al 3,5% de media en los dem¨¢s pa¨ªses europeos.
Esta afici¨®n a manejar efectivo, que adem¨¢s no deja rastro ante el Ministerio de Hacienda, trae de cabeza al sector financiero. Lo que m¨¢s molesta a las entidades es que los clientes acudan al cajero antes de entrar en una tienda y paguen con billetes. La raz¨®n es muy sencilla. Primero vac¨ªan un cajero, que despu¨¦s deber¨¢ ser rellenado por una entidad. Esta actitud provoca que no se utilice el terminal punto de venta (TPV) del comercio, por el que la banca ha pagado previamente y que espera rentabilizar con comisiones por su uso.
Dinero negro
Por ¨²ltimo, se utilizan billetes, cuyos tr¨¢mites de almacenamiento y transporte tienen tres veces m¨¢s coste para las entidades que lo que genera el apunte electr¨®nico de la tarjeta, seg¨²n el director de an¨¢lisis financiero de Funcas, Santiago Carb¨®.
Esta frecuente forma de actuar llega despu¨¦s de que bancos y cajas hayan invadido los bolsillos de los clientes con tarjetas. Ahora hay casi 30 millones de tarjetas de cr¨¦dito y 31,74 millones de d¨¦bito. Las entidades tambi¨¦n han colocado millones de terminales en los mostradores de los comercios, que tambi¨¦n han exigido una importante inversi¨®n. Cuando alguien paga con billetes, toda esa tecnolog¨ªa se inutiliza.
Pese a que cada vez se consume m¨¢s y que el uso de tarjetas de cr¨¦dito ha subido un 21% entre 2002 y 2004, el n¨²mero de veces que se emplean estos aparatos est¨¢ cayendo por su proliferaci¨®n. En 1996, cada cajero autom¨¢tico realizaba 19.212 operaciones al a?o. En 2004, esta cifra descendi¨® hasta las 16.336 transacciones, es decir, un 15% menos. No obstante, el volumen total de transacciones subi¨® un 55%, hasta 905 millones. El parque total de cajeros creci¨® un 81%, y ahora existen en Espa?a 55.400 m¨¢quinas. La pol¨ªtica de aumentar las comisiones por sacar dinero es otro intento de que los clientes se alejen de estas m¨¢quinas o, al menos, que ayuden a rentabilizarlos m¨¢s r¨¢pidamente.
En las terminales de las tiendas tambi¨¦n ha ca¨ªdo un 4,2% el n¨²mero de operaciones anuales desde 1996. Al igual que los cajeros, es mayor el importe de cada compra. En 1996 la operaci¨®n media era de 58,4 euros y ahora es de 62 euros.
Es decir, el p¨²blico se ha acostumbrado a manejar efectivo y ahora no utiliza la tecnolog¨ªa tanto como quisiera la banca. "Con este nivel de uso no se rentabiliza la inversi¨®n", apunta Santiago Ballesteros, director general de la red de cajeros de las cajas, Euro 6000.
Antonio Massanell, director general adjunto de La Caixa, reconoce en el informe de Funcas que los tres retos futuros que deben afrontar las instituciones son "incrementar el parque de tarjetas, potenciar su uso y captar nuevos clientes".
?Por qu¨¦ se ha llegado a esta situaci¨®n? Como reconocen desde Funcas, el primer error lo cometieron las entidades financieras a mediados de los a?os noventa, cuando establecieron las comisiones m¨¢s altas de Europa para los comerciantes.
Cuando fueron conscientes del problema, en 1999, iniciaron la rebaja de tarifas, incluidas las tasas de intercambio, que son las que se cobran entre s¨ª por el uso de tarjetas y terminales en los comercios. Esta tendencia continuar¨¢ hasta 2008, cuando la tasa de intercambio se sit¨²e en 0,8% de la operaci¨®n. El problema es que muchos comerciantes, sobre todo de tiendas peque?as de barrio, tienen mal concepto de las tarjetas. Incluso piden a sus clientes que les paguen en met¨¢lico y, a veces, se niegan a admitirlas en rebajas.
Otra de las causas por las que se utilizan poco las tarjetas es que la cultura mediterr¨¢nea es m¨¢s controladora de gastos, y la tarjeta es un medio para consumir m¨¢s de lo que se tiene. Esta caracter¨ªstica est¨¢ cambiado, como demuestra que el endeudamiento ya se sit¨²a en el 110% del PIB espa?ol. Adem¨¢s, se apunta otra tendencia: el empleo del dinero negro para la econom¨ªa dom¨¦stica, lo que tambi¨¦n hace rechazar la tarjeta.
En este sentido, Santiago Ballesteros explic¨® que el uso de la tarjeta de cr¨¦dito es propio de una mayor madurez del mercado financiero, y que, por tanto, seg¨²n vaya evolucionando el mercado espa?ol "ir¨¢ apreciando m¨¢s el valor que aporta el uso de este tipo de tarjetas, ya sea con pago a fin de mes o con efecto revolving" (cr¨¦dito autom¨¢tico). Respecto al escaso uso de la tarjeta frente al pago en efectivo, el director general de Funcas, Victorio Valle, indic¨® que el reto que tienen las grandes operadoras es hacer ver los beneficios que aporta su uso, en especial para los comercios, al generar un mayor ahorro y aumentar las ventas.
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