Magn¨ªficos
Dos leyendas del folk brit¨¢nico, el matrimonio Waterson Carthy, y su hija, Eliza, que ya se ha forjado un presente brillante en la m¨²sica tradicional inglesa. Con ellos est¨¢ ahora un joven, Tim van Eyken, que tambi¨¦n ha ganado algunos premios de prestigio en las islas, y no desmerece en tan ilustre compa?¨ªa.
Un grupo que deber¨ªa despertar cierta expectaci¨®n -cinco discos tiene ya publicados desde 1994- se encontr¨® con una sala pr¨¢cticamente desierta. Que en una ciudad como Madrid no haya m¨¢s de 35 personas dispuestas a pagar un viernes por la noche una entrada para escuchar a unos grandes del folk da que pensar. Algo no funciona.
Hicieron de tripas coraz¨®n y hasta fueron generosos con el tiempo de actuaci¨®n. Eliza tuvo el detalle de explicar en espa?ol de qu¨¦ iba cada canci¨®n. Advirti¨®, con una sonrisa, que todas (o casi) eran tristes. Se turnaron los cuatro para las voces. Norma Waterson cant¨® con especial sentimiento la melanc¨®lica canci¨®n The bay of Biscay, que habla de la espera in¨²til de una mujer a la que el mar cruel le devuelve a su marinero m¨¢s querido convertido en fantasma.
Waterson: Carthy
Norma Waterson (voz), Martin Carthy (guitarra y voz), Eliza Carthy (voz y viol¨ªn) y Tim Van Eyken (acorde¨®n y voz). Galileo Galilei. Madrid, 17 de febrero.
Una voz extraordinaria, la de Norma Waterson, a quien la revista Mojo defini¨® como probablemente la mejor cantante inglesa actual. Cuentan adem¨¢s con la solidez art¨ªstica de Martin Carthy -que estuvo en Steeleye Span y form¨® un d¨²o importante con el violinista Dave Swarbrick-, un innovador guitarrista cuyo estilo de fingerpicking r¨ªtmico influy¨® en otros muchos. Eliza toca eficazmente el viol¨ªn y estuvo magn¨ªfica en un canto sin acompa?amiento instrumental.
Esp¨ªritu abierto
Trajeron folk de primera, de esp¨ªritu abierto, que no duda en recolectar una composici¨®n de Jerry Garc¨ªa, de Grateful Dead (Black muddy river) o una canci¨®n grabada por Bing Crosby, que Norma Waterson aprendi¨® con siete a?os de su padre, y que las dos mujeres bordaron sobre una guitarra r¨ªtmica y un viol¨ªn al estilo del viejo jazz c¨ªngaro.
Se despidieron con el extraordinario a capella coral de una vibrante canci¨®n de pescadores originaria de la costa de Yorkshire, donde viven. Y ellas dos regresaron al escenario para otro fant¨¢stico regalo de asombrosas armon¨ªas.
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