"El m¨¦todo Gr?nholm' es una obra llena de perversi¨®n"
Es actor de madera, sobre todo, y maciza, porque se ha hecho m¨¢s encima de las tablas que en las pantallas. Pero Carlos Hip¨®lito (Madrid, 1958) no rechaza ning¨²n rect¨¢ngulo donde pueda ejercer su oficio: ni el foco negro de una c¨¢mara de cine, ni el plat¨® esp¨ªdico de una cadena de televisi¨®n -"donde se hace mucha gimnasia", dice- y mucho menos ese lugar m¨¢gico donde los de su profesi¨®n se muestran de carne y hueso, que es el teatro. Se toma de una manera tan honda su trabajo que en todos esos espacios, cuando suena la palabra acci¨®n o se levanta el tel¨®n, Hip¨®lito cree que hay que dejar de lado ese concepto por el que la gente te conoce y entrar en el territorio de la ficci¨®n pura como espejo de la vida: "A escena no deben salir los actores, sino los personajes", asegura.
"No somos los actores los que debemos salir cada d¨ªa a escena, sino los personajes"
"?Qui¨¦n es mejor actor? El que m¨¢s conmueve. Es en los silencios cuando notas que has conmovido"
Es lo que trata de hacer junto a los tres compa?eros -Cristina Marcos, Jorge Roelas y Eleazar Ortiz, dirigidos por Tamzin Townsend- que interpretan El m¨¦todo Gr?nholm de Jordi Galcer¨¢n, comedia de risas petrificadas por la brutalidad, que ha sobrepasado ya las 500 representaciones en el teatro Marquina, de Madrid.
Pero Hip¨®lito, que es como un reci¨¦n licenciado salido del ¨²ltimo examen con su flequillo rubio y su cajetilla de Ducados, cree que no tiene ojo ni buena estrella para saber lo que ser¨¢n ¨¦xitos, aunque la realidad le contradice. Lo mismo ahora con El m¨¦todo Gr?nholm que hace unos a?os con Arte, junto a dos gigantes de su oficio, Jos¨¦ Mar¨ªa Flotats y Jos¨¦ Mar¨ªa Pou, que estuvo dos a?os y medio en cartel.
En aquella ocasi¨®n, los tres actorazos filosofaban sobre una tela blanca; ahora el personaje de Hip¨®lito es todo un desalmado dispuesto a merendarse a quien sea por un trabajo. El retrato del mal es un ¨¦xito estos d¨ªas: "?ste es un personaje donde no sab¨ªa c¨®mo engancharme. Pero en una segunda lectura, hay un punto en el que me cuadraba que mezclara realidad con ficci¨®n y ah¨ª s¨ª encontr¨¦ algo que me atra¨ªa", afirma el actor.
La obra, una reuni¨®n de aspirantes a un trabajo sometidos a varias pruebas para conseguirlo, plantea una pregunta muy en boga en pel¨ªculas como Match point, la reciente obra maestra de Woody Allen. "?Hasta d¨®nde est¨¢s dispuesto a llegar por algo que te parece importante?". ?se es el intr¨ªngulis para el actor.
La idea sali¨® del peri¨®dico. "Surgi¨® por esos papeles de un supermercado que se encontraron en la basura, en los que descalificaba a gente con adjetivos brutales. Lo m¨¢s terrible es que la realidad supera a la ficci¨®n porque vienen muchos responsables de departamentos de personal que nos dicen: 'No os cre¨¢is que es muy diferente lo que hacemos nosotros", explica el actor.
Puede que sea el secreto del ¨¦xito de una obra que est¨¢ arrasando tambi¨¦n en Barcelona, con direcci¨®n de Sergi Belbel, que cuenta con una adaptaci¨®n al cine y que tambi¨¦n se est¨¢ representando con ¨¦xito en varios pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, en Alemania, Portugal y que va a hacerse en ingl¨¦s.
La obra propone un sibilino juego de espejos, una terapia de grupo que es un baile de m¨¢scaras muy pegado a la realidad. "Es todo un cl¨¢sico contempor¨¢neo que nos habla de muchas cosas que nos afectan: del triunfo a la orden del d¨ªa, la esclavitud de determinadas ambiciones...". Una pieza con un lenguaje efectivo, directo, descarnado y con situaciones kafkianas. "Es una de esas obras en las que observas tambi¨¦n el comportamiento de los personajes por lo que no dicen, por lo que deciden callarse. Una funci¨®n llena de perversi¨®n".
Esta obra hace la n¨²mero 33 en la carrera de Hip¨®lito, desde que el actor empezara en el TEI, con William Layton, Miguel Narros y Jos¨¦ Carlos Plaza. "Debut¨¦ en el a?o 78 y desde entonces he tenido suerte. Siempre he trabajado", asegura el actor. Mucho teatro pero tambi¨¦n cine y algo de televisi¨®n, con un trabajo por el que le reconocen muchos admiradores casi de milagro: "Yo, que siempre he cre¨ªdo que ten¨ªa una voz de lo m¨¢s normalucha, ahora la gente quiere que le hable por ser el narrador en Cu¨¦ntame", dice Hip¨®lito.
Pero de toda su carrera, aparte de los dos grandes ¨¦xitos teatrales recientes, recuerda su gloriosa etapa con Miguel Narros y con Jos¨¦ Pedro Carri¨®n de principal compa?ero en escena. "Fueron 11 montajes en los a?os ochenta en el teatro Espa?ol". Despu¨¦s sigui¨® su carrera con Llu¨ªs Pasqual, Plaza, Adolfo Marsillach... De Largo viaje hacia la noche, de Eugene O'Neill, y Las comedias b¨¢rbaras, de Valle-Incl¨¢n, al Mis¨¢ntropo, de Moli¨¨re, y Julio C¨¦sar, de Shakespeare...
Grandes t¨ªtulos para forjar a un actor que conf¨ªa en la fuerza de su oficio, con sus descargas de emoci¨®n. "?Qui¨¦n es mejor actor? El que m¨¢s conmueve. Lo mejor cuando est¨¢s sobre un escenario es notar que has conmovido y te das cuenta en los silencios. No lo sientes todos los d¨ªas, por eso el ¨¦xito es un milagro en cada representaci¨®n y eso nos crea inseguridad, pero cuando notas que lo consigues, te creces". Para eso no hacen falta ni efectos ni efectismos especiales: "Con la experiencia vas adquiriendo recursos y uno de ellos es la econom¨ªa: a menos alardes, m¨¢s resultados".
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