Calidad de vida y estatutos de autonom¨ªa
El autor defiende que el C¨®digo T¨¦cnico de la Edificaci¨®n promover¨¢ la calidad en la construcci¨®n y repercutir¨¢ en el medio ambiente, en cuya protecci¨®n Espa?a est¨¢ a la cola de los pa¨ªses ricos
En tanto seguimos por los medios de comunicaci¨®n el debate sobre los estatutos auton¨®micos como si en ello nos fuera la vida, en cumplimiento de la Ley de Ordenaci¨®n de la Edificaci¨®n en vigor desde Mayo de 2000 est¨¢ a punto de ser promulgado por el Gobierno el C¨®digo T¨¦cnico de la Edificaci¨®n (CTE) que la desarrolla. La importancia del CTE es crucial para el sector de la edificaci¨®n, los planes y pol¨ªticas de suelo y vivienda, porque el sector de la construcci¨®n mueve un porcentaje aproximado del 16,18% del PIB de Espa?a, 135.599 millones de euros, del cual 69.238 millones, el 8,3%, son para Vivienda, y el resto, 66.361 millones, el 7,88%, se destinan a otras construcciones.
Sin embargo, seg¨²n un an¨¢lisis de las Universidades de Yale y Columbia (EEUU), la Comisi¨®n Europea y el Foro Econ¨®mico Mundial, publicado recientemente por EL PA?S, Espa?a est¨¢ a la cola de los pa¨ªses ricos en materia de protecci¨®n del medio ambiente. Analizados por el informe 16 indicadores de 133 pa¨ªses, Espa?a ocupa el lugar 23, con 79,2 puntos sobre 100 y es el pa¨ªs que se encuentra en el puesto 20 de los 29 pa¨ªses europeos analizados. Su autor afirma que "Espa?a ha elegido un mal camino: crecer econ¨®micamente a costa del medio ambiente, con gran participaci¨®n de la construcci¨®n, algo que a la larga pasa factura".
La calidad de vida depende de las t¨¦cnicas de sostenibilidad aplicadas al urbanismo y la arquitectura
El C¨®digo T¨¦cnico de la Edificaci¨®n representa una oportunidad para producir dos efectos de gran repercusi¨®n: la extensi¨®n de la cultura y la tecnolog¨ªa de la calidad y la sostenibilidad a la edificaci¨®n en Espa?a, especialmente en materia de Vivienda y Equipamientos, e implica cumplir Directivas europeas y seguir el proceso se?alado por el Protocolo de Kioto en todo el sistema edificatorio. Como consecuencias inmediatas habr¨¢ que cambiar las formas de contrataci¨®n p¨²blica verde, acreditar la calidad certificada y mejorar el sistema de calidad y sostenibilidad de la construcci¨®n. El CTE se ha convertido as¨ª en un punto de inflexi¨®n; un paso decisivo hacia un ejercicio m¨¢s responsable de la actividad en un sector de gran repercusi¨®n econ¨®mica y ambiental.
Kioto se?ala nueve indicadores en los que Espa?a ha aumentado entre los a?os 1999-2003 un 41,7% de las emisiones de gases de efecto invernadero. En ese tiempo, Alemania redujo sus emisiones un 18,25% y el Reino Unido un 13%. En Espa?a se contabiliza una emisi¨®n por sectores de residuos un 2,9% y de energ¨ªa (sin transporte) del 53,4% en 2003: la variaci¨®n en el per¨ªodo 1999-2003 en efectos sobre la vegetaci¨®n es del 344,1%, en residuos del 61,0%, en agricultura del 18,8%, en disolventes del 25,8%, en productos industriales 25,7%, en transporte 70,5%, en energ¨ªa (s.t.) el 38,4% y en energ¨ªa (c.t.) el 47,1%.
En otro orden de cosas, Espa?a genera 2 toneladas de basura de media por familia, en tanto que la media europea es de 1,3. Reciclamos poco. Nuestro pa¨ªs gasta m¨¢s en aire acondicionado y climatizaci¨®n que cualquiera de la UE y derrocha energ¨ªa en agua, electrodom¨¦sticos y mantenimiento: El auge edificatorio de los ¨²ltimos diez a?os no ha mejorado la calidad interna de los sistemas de eficiencia y acreditaci¨®n energ¨¦tica.
Las discrepancias estad¨ªsticas sobre las viviendas realizadas y/o los precios se deben a la incorrecci¨®n pol¨ªtica que supone decir hoy que en Espa?a se construyen anualmente un n¨²mero de viviendas equivalentes al de la suma de las de Francia, Italia y Alemania juntas. Por esa raz¨®n, mejorar los procedimientos de ahorro pasivo, reutilizaci¨®n, reciclaje, tratamiento de residuos, abaratando la factura energ¨¦tica, constituye un requisito del bienestar y el desarrollo sostenible de las ciudades.
El suelo, el principal de los recursos no renovables, es uno de los graves problemas. La tendencia a la alt¨ªsima ocupaci¨®n de suelo es imparable en el litoral mediterr¨¢neo y las conurbaciones metropolitanas. Solo en M¨¢laga, Almer¨ªa y Murcia se prev¨¦n m¨¢s de un mill¨®n de viviendas. En la Comunidad Valenciana se prev¨¦ la ocupaci¨®n del 50% del suelo urbanizable en 100 municipios costeros. Madrid, Barcelona y otras ¨¢reas de corredores econ¨®micos sufren los mismos procesos; en nuestro pa¨ªs no hay conciencia social suficiente de ese despilfarro irreversible.
El tiempo perdido en materia ambiental en la edificaci¨®n equivale a un retraso de diez a?os. La acreditaci¨®n de calidad y certificaci¨®n energ¨¦tica estaban preparados para implantarse hace tiempo. Pero hablar de edificaci¨®n sostenible en un contexto de insostenibilidad general de la ocupaci¨®n de suelo es imposible. Las ¨²ltimas reformas legales del suelo, impuestas por la inconstitucionalidad de algunas medidas, no eximen de la necesidad de una legislaci¨®n b¨¢sica de derechos y deberes sobre el suelo, por encima de fronteras y territorios. Esto se debe a que la sostenibilidad y la calidad de vida de Espa?a dependen m¨¢s del modelo de crecimiento que de la calidad inherente a la edificaci¨®n por si sola, aunque esta signifique una gran parte de la carga medioambiental. La calidad democr¨¢tica es una de las condiciones de la calidad de vida de los ciudadanos, pero la ciudadan¨ªa sabe que los estatutos por si solos no mejoran su vida diaria, su ambiente, sus recursos de aire, entorno, movilidad y espacio urbano.
En definitiva, la calidad de vida de los ciudadanos depende de la aplicaci¨®n de las mejores t¨¦cnicas de sostenibilidad a la arquitectura y el urbanismo. Hoy las medidas han de hacer confluir, por fin, las del sector de la edificaci¨®n con las pol¨ªticas de suelo y ordenaci¨®n del territorio, adem¨¢s -?claro!- de profundizar en el estado auton¨®mico, cuyo saludable valor ambiental a la democracia ya se le supone.
Carlos Hern¨¢ndez Pezzi es presidente del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de Espa?a. CSCAE
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