Embarcados en un oscuro 'thriller' social

Hace unos a?os, Paul Laverty (Calcuta, India, 1957) ley¨® una noticia en la prensa que le horroriz¨®. Contaba que un capit¨¢n mercante griego hab¨ªa descubierto media docena de polizones en su barco y los hab¨ªa echado, sin contemplaciones, por la borda. En esa ¨¦poca, Laverty ultimaba el gui¨®n de La canci¨®n de Carla (1996) -su primera colaboraci¨®n con el director Ken Loach, que luego ha dado como resultado otros interesantes t¨ªtulos como Mi nombre es Joe (1998) y Pan y rosas (2000)-, pero se puso a investigar el porqu¨¦ de la actuaci¨®n tan salvaje de ese oficial y, con el tiempo, descubri¨® otros casos similares. "Me di cuenta de que detr¨¢s de ese proceder hab¨ªa una raz¨®n econ¨®mica: la legislaci¨®n establece multas alt¨ªsimas para los armadores cuyas embarcaciones arriban a puerto con polizones, incluso pueden quedarse sin permiso de navegaci¨®n. Comprend¨ª entonces que hab¨ªa una l¨®gica, perversa y cruel, pero l¨®gica al cabo", recuerda Laverty. La "fascinaci¨®n" por estos sucesos le llev¨® a escribir el gui¨®n de Cargo, en clave de thriller, con un trasfondo social. La pel¨ªcula, una coproducci¨®n europea dirigida por el documentalista Clive Gordon e interpretada por Peter Mullan, Daniel Br¨¹hl y Luis Tosar, se estrena hoy en Espa?a.

El argumento de Cargo -pel¨ªcula rodada en su mayor parte en Barcelona, en un buque de verdad- arranca con la peripecia de Chris, el personaje que interpreta Daniel Br¨¹hl (Barcelona, 1978), un joven mochilero alem¨¢n que viaja por ?frica. Tras un altercado por robar un brazalete, el chico se queda sin dinero ni pasaporte. Es decir, sin medios para regresar a casa, por lo que decide colarse en un carguero a punto de zarpar hacia Europa con la bodega repleta de p¨¢jaros ex¨®ticos enjaulados. Ya en alta mar, la presencia de Chris es descubierta. Pero, ¨¦l no es el ¨²nico pasajero ilegal oculto en las entra?as del misterioso barco.

Br¨¹hl, que empalm¨® en su ciudad natal este rodaje con el de Salvador, explica que le atrajo del proyecto la historia que cuenta, "real, inteligente y potente", imbricada en una trama de suspense. Tambi¨¦n a Clive Gordon (Londres, Reino Unido, 1950) -autor de documentales varias veces premiados y que abordan asuntos dif¨ªciles, como Children of Chernobyl (1991) o The unforgiving (1993)- le sedujo esa combinaci¨®n. A Gordon, que debuta como director de cine de ficci¨®n con Cargo, le interes¨® sobre todo subrayar "la desorientaci¨®n" de los personajes. Quer¨ªa que este sentimiento atrapara al p¨²blico. "Para m¨ª, era muy importante transmitir un mundo extra?o, psicol¨®gicamente inquietante, quer¨ªa que el espectador se estuviera preguntando en todo momento, '?pero, qu¨¦ est¨¢ pasando?", cont¨® hace unos d¨ªas el cineasta en Barcelona al presentar el filme.

Claustrofobia

El ambiente claustrof¨®bico del barco, "que", seg¨²n Gordon, "funciona como otro personaje m¨¢s de la historia" ayud¨®, sostiene el director, a crear ese clima turbador que persegu¨ªa. Algo que no acaba de compartir Peter Mullan (Peterhead, Reino Unido, 1960), que da vida al impenetrable capit¨¢n Brookes. "Creo que el entorno no importa demasiado; tanto da si es real o no. Lo verdaderamente fundamental es la conexi¨®n entre los actores", afirm¨® el protagonista de Mi nombre es Joe y director, a su vez, de Las hermanas de la Magdalena (2002). Sobre c¨®mo afront¨® el papel del torturado oficial al mando del carguero que oculta un tr¨¢gico pasado, Mullan cont¨® que ¨¦l siempre se deja llevar "por el alma del personaje".

Su fiel escudero en la ficci¨®n y quien consigue hacer emerger el lado humano que esconde es Bautista, cocinero de la tripulaci¨®n, al que encarna Luis Tosar (Lugo, 1971). Como Mullan, Tosar opina que lo principal en una pel¨ªcula es que "las cosas funcionen entre los actores". Aunque, precis¨®, a ¨¦l s¨ª le gusta rodar en escenarios naturales, "sobre todo porque detesto los plat¨®s". "Y", a?adi¨® el actor gallego, "al estar embarcado uno se siente un poquito marinero".

Cargo es una coproducci¨®n internacional en la que participan cinco empresas: las espa?olas Morena Films, Oberon Cinematogr¨¢fica y Vaca Films, la brit¨¢nica Slate Films y la escandinava Hepp Film. Uno de los productores, Juan Gordon, menciona, dentro de la complejidad del proyecto, el hallazgo de un barco abandonado y desvencijado en el puerto de Barcelona, de bandera nigeriana, el Gull, que se convirti¨® en el estudio de rodaje. El Gull carec¨ªa de motor y, para llevarlo a alta mar, tuvo que ser remolcado. "Conseguir que pareciera un buque real fue una pesadilla". Una pesadilla de la que ahora se siente muy orgulloso.