Miles de bielorrusos desaf¨ªan a Lukashenko y salen a la calle para denunciar fraude electoral
La comisi¨®n electoral central da la victoria al presidente con un 82,6% de los votos
La oposici¨®n al presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, sac¨® ayer a la calle a 10.000 personas como m¨ªnimo en el centro de Minsk, pese a un impresionante despliegue policial, para protestar por el fraude electoral. Mientras, las encuestas a pie de urna autorizadas por el r¨¦gimen pronosticaban que Lukashenko superaba el 80% de los votos y la comisi¨®n electoral central le otorgaba el 92,2% en las votaciones en cl¨ªnicas y unidades militares. La comisi¨®n electoral sosten¨ªa tambi¨¦n que la participaci¨®n, dos horas antes de cerrarse los colegios, era del 87,8%, ya por encima del 82,55% registrada oficialmente en 2001.
Adultos de todas las edades, acompa?ados de ni?os, desafiaron el fr¨ªo y la nevada en la plaza de Octubre de Minsk para expresar su rechazo al hombre que dirige Bielorrusia desde 1994. La multitud hac¨ªa ondear las banderas nacionales blancas y rojas, abolidas por Lukashenko en favor de la antigua ense?a de la Bielorrusia sovi¨¦tica, y tambi¨¦n banderas europeas. A las ocho de la noche (una hora menos en la Espa?a peninsular), en una pantalla gigante instalada en la plaza apareci¨® la imagen de Lukashenko mientras votaba y el locutor anunci¨® los fant¨¢sticos pron¨®sticos de las encuestas.
"?Mentira!", grit¨® rugiente la multitud, que pasadas las nueve de la noche segu¨ªa esperando la llegada de los l¨ªderes de la oposici¨®n, Alexandr Milinkevich y Alexandr Kozulin. La demora hac¨ªa temer a algunos que tal vez hab¨ªan tenido dificultades e incluso pod¨ªan haber sido detenidos. En medio de la confusi¨®n, los tel¨¦fonos m¨®viles, tanto nacionales como internacionales, dejaron de funcionar.
Al final, sin embargo, ambos llegaron y hablaron. "Seguiremos luchando por la libertad como hicieron antes nuestros antepasados", afirm¨® Milinkevich. "?No a la ¨²ltima dictadura de Europa!", clam¨® Kozulin tras denunciar la "falsificaci¨®n" de los resultados.
En v¨ªspera de las elecciones el mismo Lukashenko hab¨ªa advertido que se dispon¨ªa a "retorcer el cuello como a patitos" a quienes pretendieran dirigir lo que para el r¨¦gimen es un intento de golpe de Estado y una acci¨®n terrorista. Las fuerzas de seguridad hab¨ªan amenazado con penas de hasta 25 a?os, e incluso de muerte, a quienes lideraran la protesta.
En la plaza, muchos coincid¨ªan en que no hab¨ªa un acto tan masivo contra Lukashenko desde los a?os noventa. Galina y Larisa, dos ingenieros, dec¨ªan temer por los l¨ªderes de la oposici¨®n y se refer¨ªan los muchos opositores desaparecidos en extra?as circunstancias. A causa de estas desapariciones, entre mayo de 1999 y julio de 2000, varios altos cargos de Bielorrusia est¨¢n hoy vetados en la UE. Los manifestantes se dirigieron despu¨¦s a la plaza de la Victoria, donde anoche segu¨ªa la protesta.
Sospechoso voto anticipado
La televisi¨®n continu¨® ayer emitiendo en clave de propaganda electoral, y las encuestas a pie de urna fueron divulgadas antes de que cerraran los colegios. La presidenta de la comisi¨®n electoral central, Lidia Yerm¨®shina, vetada en la UE, manifest¨® que las elecciones se diferenciaban de las anteriores por ser "m¨¢s europeas". "Mimamos las elecciones; muchos nos envidian porque les damos la posibilidad de votar antes [del d¨ªa de los comicios] y no les pedimos explicaciones". Justamente el voto anticipado, que alcanz¨® porcentajes de hasta el 30%, es uno de los procedimientos m¨¢s criticados por los observadores de la OSCE.
Al conocerse las primeras cifras de un centro denominado Ecoom, que daban a Lukashenko un 84,2% y a Milinkevich un 2%, este ¨²ltimo asegur¨® que "la gente se reir¨¢ de estas cifras". "En Polonia, Solidaridad venci¨® cuando la gente comenz¨® a re¨ªrse de las autoridades", agreg¨®. Lukashenko se mostr¨® especialmente combativo ayer y llam¨® "primer terrorista del mundo" al presidente norteamericano, George Bush.
Esta corresponsal visit¨® varios colegios de Minsk, y excepto en un caso, los observadores locales parec¨ªan desinteresados del proceso. La mayor¨ªa ni siquiera pod¨ªan formular cu¨¢les eran sus obligaciones. En el colegio electoral 55, Alexandr Huai dec¨ªa: "A m¨ª me dijeron que me sentara aqu¨ª y observara la urna", pese a que no la ve¨ªa desde donde estaba. En el colegio 89, los observadores coincid¨ªan en que ninguno iba a quedarse al recuento de votos porque confiaban en la comisi¨®n electoral.
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