Villepin asegura que no va a retirar ni a vaciar de contenido su proyecto laboral
Los sindicatos amenazan al primer ministro franc¨¦s con huelgas en los transportes p¨²blicos
El enfrentamiento entre el primer ministro franc¨¦s, Dominique de Villepin, y los sindicatos y organizaciones estudiantiles en torno al Contrato de Primer Empleo (CPE), que precariza el trabajo de los j¨®venes, dio ayer un importante salto cualitativo. El primer ministro no cede y proclama una y otra vez que no retirar¨¢ el CPE. Ayer asegur¨® ante parlamentarios de su partido que ni retirar¨¢, ni suspender¨¢, ni desnaturalizar¨¢ su pol¨¦mico proyecto laboral. Pero las centrales sindicales aumentaron su presi¨®n sobre Villepin convocando huelgas en los transportes p¨²blicos.
Los sindicatos consideran una condici¨®n previa a cualquier negociaci¨®n la retirada del CPE y ayer se acercaron un poco m¨¢s a lo que puede ser una huelga general el martes d¨ªa 28 -un t¨¦rmino que el lunes quisieron evitar por considerarlo "insurreccional"- al depositar los preceptivos preavisos de huelga en los transportes
La pelota est¨¢ en el tejado del frente anti-CPE, que forman la pr¨¢ctica totalidad de las centrales sindicales y un buen n¨²mero de organizaciones estudiantiles, que est¨¢n obligadas a realizar una espectacular exhibici¨®n de fuerza si quieren superar la masiva movilizaci¨®n del pasado s¨¢bado. La CGT, el principal sindicato del pa¨ªs, y la CFDT han depositado preavisos de huelga en la SNCF (los ferrocarriles), la RATP (el metro, los autobuses y los trenes de cercan¨ªas de Par¨ªs) y la compa?¨ªa Air France.
Paralizar el transporte ser¨¢ b¨¢sico para conseguir que la huelga tenga visibilidad. En Francia no hay una ley de servicios m¨ªnimos, pero en Par¨ªs, donde m¨¢s impacto tiene la falta de transporte p¨²blico, la apuesta es complicada desde que el Ayuntamiento, en una h¨¢bil maniobra, consigui¨® negociar con la RATP un contrato por el que la empresa se compromete a proporcionar estos servicios m¨ªnimos. Los estudiantes, por su parte, tienen su propia agenda. Ayer volvieron a manifestarse en Par¨ªs, concluyendo de nuevo en la vieja Universidad de la Sorbona, cerrada desde hace ya 10 d¨ªas. Eran varios miles y de nuevo se produjeron algunos incidentes. Tambi¨¦n en otras ciudades hubo manifestaciones.
En estos momentos, 57 de las 84 universidades francesas siguen bloqueadas, y el movimiento que exige que se reanuden las clases crece. Ayer, varios cientos de estudiantes hicieron una contramanifestaci¨®n en Par¨ªs, apoyando el proyecto del Gobierno y pidiendo el fin de la huelga. Y ma?ana est¨¢ convocada una gran marcha de universitarios y alumnos de instituto de toda Francia en las calles de la capital.
Dispuesto a negociar
Villepin, por su parte, se multiplic¨® de nuevo en un intento de mostrar que el Gobierno sigue decidido a poner en marcha su reforma laboral y que el CPE, destinado a los menores de 26 a?os y que permite el despido sin justificar durante los primeros 24 meses, es una herramienta muy importante en la lucha contra el desempleo juvenil, que en Francia se sit¨²a en un 22%, m¨¢s del doble de la media nacional. Ayer realiz¨® una visita sorpresa a una oficina de empleo en Poissy, en la periferia parisiense. Un joven desempleado le pregunt¨® qu¨¦ pensaba hacer ante la protesta masiva contra el CPE. "Es una ley votada por el Parlamento y se aplicar¨¢", le respondi¨® el primer ministro. "Pero la ley est¨¢ muy bien hecha y fija un cuadro que prev¨¦ mejoras que deben discutir los actores sociales", a?adi¨®.
Villepin se reuni¨® ayer dos veces con los diputados del partido gubernamental, la Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP). Por la ma?ana les visit¨® en la Asamblea Nacional y por la tarde les convid¨® a una copa informal en su residencia oficial de Matignon. Fue en esa ocasi¨®n donde Villepin dijo a los parlamentarios que no contempla "ni la retirada, ni la suspensi¨®n, ni la desnaturalizaci¨®n" de su pol¨¦mico proyecto.
Fuentes de la UMP insist¨ªan ayer en que el Gobierno est¨¢ dispuesto a negociar sobre la reducci¨®n del periodo de prueba y establecer que, en caso de despido, el patr¨®n lo tenga que justificar. El Gobierno quiere sentarse a negociar, asegur¨® el portavoz de la UMP, Bernard Accoyer, pero los diputados pidieron a Villepin que no ceda al "chantaje". Y la oposici¨®n aprovech¨® la sesi¨®n parlamentaria sobre la cumbre de la UE para lanzar un ataque contra Villepin. Jean-Marc Ayrault, jefe del grupo socialista, lo acus¨® de "aprisionar a Francia en su destino personal", y le exigi¨® "tragarse su orgullo" y ceder a la protesta.
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