Artista invitado

Un miniciclo como ¨¦ste sobre Arriaga y su contexto organizado por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, que en su primera parte empezaba el martes y concluye hoy, merec¨ªa mejor suerte. Escuchar por vez primera los cuartetos del compositor vasco con base en los materiales preparados por Joaqu¨ªn P¨¦rez de Arriaga -alma de muchas cosas en este segundo centenario- val¨ªa bastante m¨¢s que la relegaci¨®n al ominoso horario nocturno. Lo que deb¨ªa haber sido un acontecimiento de esos que marcan la temporada se qued¨® en una reuni¨®n un tanto fantasmal de amigos y cabales. Seguro que tras esta frustraci¨®n inicial la cosa habr¨¢ de corregirse en el Teatro Real, el ¨²ltimo trimestre del a?o, cuando se ofrezca el resto de sus obras en versi¨®n de Al Ayre Espa?ol dirigido por Eduardo L¨®pez Banzo.

Por otra parte, la elecci¨®n del cuarteto invitado, el Festetics, irreprochable sobre el papel, se revel¨® interesante s¨®lo a medias, pues la formaci¨®n h¨²ngara no parece atravesar precisamente su mejor momento. El Op. 18 n? 2 de Beethoven alcanz¨® una altura aceptable y el Cuarteto 'La broma' de Haydn se dijo muy en estilo -su ¨²ltimo movimiento y unas czardas de propina fueron lo mejor del programa-, por m¨¢s que la afinaci¨®n del primer viol¨ªn resultara, cuando menos, opinable. Pero las versiones de las dos obras de Arriaga decepcionaron. En el Cuarteto n? 1 faltaron claridad, frescura y, desde luego ese impulso juvenil que hay que tratar en relaci¨®n con sus fuentes de inspiraci¨®n, aunque el Menuetto se negociara con gracia suficiente. No se trataba de demostrar que Haydn o Beethoven son mejores sino de dar al autor de Los esclavos felices la dimensi¨®n que verdaderamente tiene. El Tema variado, op. 17 pareci¨® cogido con alfileres y no sali¨® precisamente l¨ªmpido, con lo que el posible inter¨¦s de obra tan infrecuente se redujo sin duda. Seguramente falt¨® ese trabajo previo que diferencia la mera lectura de una interpretaci¨®n interesante, ensayos quiere decirse. En fin, que Arriaga era el protagonista pero al final pareci¨® m¨¢s bien el artista invitado.